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Estados Unidos impone la paz en Bosnia

Minutos después, la atormentada población de Sarajevo festejó con reservas este éxito, todavía sujeto a múltiples obstáculos para su aplicación. A los habitantes de Sarajevo y de toda Bosnia, el presidente de ese país, Alia Izetbegovic, les dijo en la ceremonia celebrada en la base aérea de Wright-Patter son: "Ésta puede no ser una paz justa, pero es más justa que la continuación de la guerra". Tanto como el presidente de Serbia, Slobodan Milosevic sentado junto Izetbegovic a él, se comprometieron a cumplir con los pactado y a hacer los sacrificios que eso exija. "Ninguna parte debe arrepentirse de las concesiones que ha hecho. No hay vencedores ni vencidos. Todos somos perdedores. Sólo la paz es victoriosa", dijo Milosevic. El presidente de Croacia, Franjo Tudjman, declaró estar convencido de que "la aplicación de este acuerdo traerá la paz definitiva" en los Balcanes. Los tres presidentes se dieron la mano en dos ocasiones, y aunque no abundaron las sonrisas, los tres se aplaudieron mutuamente y se felicitaron por lo conseguido. "Éste es un día que muchos creían que nunca llegaría", manifestó por su parte el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, que tuvo un papel fundamental en las últimas horas de esta larga y difícil negociación. Fueron necesarios varios ultimatos por parte de los mediadores norteamericanos, casi 48 horas ininterrumpidas de conversaciones, numerosos retoques del plan original y cientos de mapas trazados, para que ayer, cuando la conferencia de Dayton estaba al borde del colapso y Warren Christopher había ordenado ya su final, los tres presidentes decidieran poner sus firmas en lo que oficialmente se llama "acuerdo de iniciación".

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Viene de la primera página El acuerdo permite la supervivencia de Bosnia como una sóla nación, pero dividida en dos entidades étnicas y con un Gobierno central que cuenta con atribuciones poco más que formales. La Federación Bosnio-Croata y la República Serbobosnia tendrán el control efectivo sobre sus respectivos territorios, separados por una fuerza multinacional de 60.000 soldados. El pacto tuvo que cerrarse sin una solución definitiva sobre el control del corredor de Posavina, que une el Este y el Oeste del territorio serbobosnio, donde el futuro estatuto de la estratégica localidad de Brcko ha sido dejado en manos de una comisión internacional de arbitraje, de la que todavía no se conocen todos los detalles. Fuentes norteamericanas aseguraron que el propósito es que las diferencias sobre ese corredor, que centraron las negociaciones en las últimas horas, queden resueltas en el plazo de un año. El Gobierno bosnio, que fue el último en aceptar el compromiso, ha visto satisfechas sus aspiraciones de un corredor que una las ciudades de Sarajevo y Gorazde, así como el mantenimiento de Sarajevo como capital de Bosnia y bajo control de los musulmanes. La conferencia de Dayton había prácticamente concluido en fracaso en la medianoche del lunes. A esa hora, Christopher, que había celebrado maratonianas reuniones con Milosevic, Tudjman e Izetbegovic, dio por terminadas las conversaciones, les pidió abandonar la base de Wright-Patterson y se fue a dormir.

Presiones de última hora

A la mañana siguiente, según el relato del portavoz del Departamento de Estado, Christopher llamó por teléfono a los dos líderes para saber si habían cambiado de posición antes de convocar una conferencia de prensa. Christopher preguntó a cada presidente por separado si estaban dispuestos a firmar el acuerdo aunque los demás no lo hicieran. Milosevic y Tudjman le contestaron que sí; Izetbegovic, que se lo tenía que pensar. Aislado de los demás y ante el riesgo de aparecer ante el mundo como el responsable de la continuación de la guerra, Izetbegovic llegó a las 10.45 de la mañana ante Christopher con una respuesta afirmativa. Cuarenta y cinco minutos después -quizás apresurado para evitar que alguien cambiase de nuevo de punto de vista-, el presidente Bill Clinton compareció para anunciar lo que constituye su mayor triunfo en política exterior. Cumpliendo con el texto del acuerdo de Dayton, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas convocó ayer mismo una reunión en la que se decidirá la suspensión de las sanciones económicas que pesan sobre Serbia desde 1992 y el levantamiento paulatino y condicionado del embargo de armas al Gobierno bosnio. Las sanciones contra los serbobosnios se mantendrán hasta que pueda certificarse su aceptación de lo pactado en la base de Ohio. También en cumplimiento del compromiso de ayer, la OTAN emitió un comunicado en Bruselas en el que anunció que sus tropas están "listas para el despliegue" en Bosnia, según los plazos y las condiciones planeadas. El presidente Clinton informó ayer que estudiará inmediatamente esos planes y los transmitirá al Congreso norteamericano, al que prometió consultar antes de ordenar la participación de 20.000 soldados estadounidenses en la operación de paz en Bosnia. Clinton hizo ayer un último y desesperado esfuerzo para que el Congreso le dé esa autorización. "Las partes han escogido la paz. Estados Unidos tiene que escoger la paz también", dijo Clinton, quien advirtió: "Sin nosotros, esta paz tan duramente conseguida se perderá, la guerra se reanudará, las muertes de inocentes volverán, y el conflicto se extenderá como veneno por toda la región". Poco después de la intervención de Clinton, el presidente de la Cámara de Representantes de EE UU, Newt Gingrich, anunció que convocará una sesión de votación, y pidió que ''no se vote automáticamente por el no ni automáticamente por el sí". [En Pale, sede del Parlamento de los rebeldes serbobosnios, todo eran críticas aja paz. Momcilo Krajinsnik, miembro de la delegación de los serbobosnios que, a finales de agosto, cedió a Milosevic la dirección en las negociaciones, calificó anoche el acuerdo de "gran error".]

Habrá un solo Estado, con sus actuales fronteras La capital, Sarajevo, será una ciudad unificada Se excluirá a los criminales de guerra de la vida política. Presidente y Parlamento se elegirán democráticamente

El presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, rubrica el acuerdo de paz en Bosnia
El presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, rubrica el acuerdo de paz en Bosnia

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