El juez propone liberar al 'asesino de la ballesta' tras casi nueve años en la cárcel
Andrés Rabadán mató a su padre a flechazos e hizo descarrilar tres trenes
José Luis Albiñana, juez de vigilancia penitenciaria de Barcelona, ha propuesto poner en libertad a Andrés Rabadán, de 30 años, convicto y confeso de haber matado a su padre de cuatro flechazos de ballesta en febrero de 1994. Además, entre finales de 1993 y principios de 1994 Rabadán había planificado y provocado el descarrilamiento de tres trenes de cercanías de la línea del Maresme. Durante el juicio por el parricidio, tres forenses psiquiatras declararon que el acusado padecía delirios, doble personalidad y esquizofrenia paranoide. Durante los ocho años y 10 meses de internamiento, Rabadán ha intentado fugarse tres veces.
Un tribunal de la Audiencia de Barcelona le eximió de culpa por la muerte de su padre, dada la perturbación de personalidad que sufre, pero le condenó a 18 años de cárcel por los descarrilamientos. Finalmente, el Tribunal Supremo ordenó que Rabadán cumpliese su condena en régimen psiquiátrico, por lo que está internado en el pabellón correspondiente de la cárcel de Quatre Camins.
El informe del juez de vigilancia penitenciaria afirma que Rabadán ya está curado de su enfermedad y resocializado. La última palabra la tiene la Audiencia de Barcelona. El magistrado añade que, una vez en libertad, Rabadán debe ser sometido al tratamiento ambulatorio que se juzgue necesario para acabar de corregir los trastornos de personalidad detectados, que, según los psicólogos, son de tipo menor.
En julio, la Audiencia de Barcelona ya rechazó una petición de libertad de Rabadán al anteponer el riesgo de fuga que presentaba, puesto que ha intentado evadirse en tres ocasiones. El propio juez de vigilancia penitenciaria propuso entonces que siguiese en el pabellón psiquiátrico de la cárcel de Quatre Camins.
Los tres intentos de evasión de Rabadán dieron al traste con la posibilidad que contempló el propio juez de modificar la medida de internamiento por otra más llevadera, dado "lo estable de su sintomatología" mental.
El fiscal se opone
Ahora las cosas han cambiado y el juez cree que Rabadán está listo para salir libre. En cambio, el fiscal es de opinión totalmente contraria y ha pedido que Rabadán siga internado por la "extrema peligrosidad del interno, manifestada en las circunstancias en que ejecutó el delito" y en la "persistencia de la enfermedad diagnosticada [psicosis esquizofrénica de tipo paranoide], que está estabilizada, pero no curada".
Para proponer la libertad de Rabadán, el juez se apoya en varios informes de psicólogos y psiquiatras que avalan la recuperación del recluso. Uno de ellos, de la unidad de salud mental de Quatre Camins, dice que ya no hay datos que apunten a un trastorno esquizofrénico, que se le retiró la medicación en diciembre de 1997 y que sólo se aprecia una "alteración de la personalidad de tipo narcisista, con una importante vulnerabilidad de su propia autoestima que condiciona de manera significativa su vida emocional".
Sin embargo, lo importante para los expertos es que Rabadán ha experimentado una "evolución altamente favorable desde un estado de baja autoestima, sentimientos de tristeza, tendencia al aislamiento e ideación autolítica a un estado afectivo con predominio de la socialización, proximidad con los demás, afecto eutímico e interés por las actividades creativas".
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