Londres suspende 'sine die' las conversaciones sobre Gibraltar en atención al referéndum
El Reino Unido mantiene el diálogo con España, pero no menciona la soberanía compartida
El Gobierno británico dejó ayer muy claro que seguirá negociando con España un acuerdo sobre Gibraltar a pesar del contundente resultado del referéndum del jueves, aunque abogó por una pausa en la negociación para que todas las partes puedan reflexionar sobre lo ocurrido. El compromiso con el diálogo expresado ayer no incluye mención de la soberanía compartida como objetivo. El portavoz del primer ministro, Tony Blair, admitió el jueves que las negociaciones llevan meses en pausa y que no podía adelantar una fecha para su reanudación.
Las posiciones británicas son coherentes con la valoración final del referéndum que el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, hizo en la madrugada de ayer. Caruana vino a decir que la negociación entre Madrid y Londres quedó suspendida precisamente el pasado 1 de julio, cuando el ministro británico de Exteriores, Jack Straw, se presentó de improviso en el Parlamento para hacer una declaración institucional en la que afirmó que el Reino Unido y España habían llegado a 'un amplio acuerdo' de principio para compartir la soberanía sobre el Peñón.
El objetivo de aquella declaración, razonó el ministro principal, no era otro que dejar sentado el modelo de soberanía compartida como base del diálogo para cuando, en un futuro impreciso, se reanuden las negociaciones estancadas por detalles concretos. Pero el referéndum del jueves y el informe, demoledor para la gestión de Straw, publicado el mismo día por el Comité de Exteriores de la Cámara de los Comunes, concluyó Caruana, liquidan las posibilidades de la soberanía compartida como modelo de arreglo.
También la ministra española de Exteriores, Ana Palacio, ha reconocido implícitamente que las negociaciones han concluido, al afirmar en varias ocasiones que no piensa convocar ninguna reunión formal mientras no esté segura de que de la misma va a surgir un sí o un no final al acuerdo.
Paréntesis negociador
El 98,97% de los llanitos que votaron rechazó el jueves que el Reino Unido y España compartan la soberanía sobre el Peñón. La participación fue del 87,92% del censo (20.683 individuos). Sólo 187 votaron que sí, frente a 17.900 que optaron por el no y 72 que votaron en blanco. Hubo 11 nulos y 2.506 abstenciones.
Caruana dijo de madrugada en Gibraltar: 'Espero que el Gobierno británico tome nota de estos resultados y abandone la vía de la soberanía compartida. No sé lo que hará el Gobierno español, pero sí sé que Tony Blair es un profundo demócrata'.
'El resultado no ha sido ninguna sorpresa', señaló el nuevo ministro británico para Europa, Denis McShane, en una nota difundida ayer por el Foreign Office. 'Hace tiempo que mucha gente del Peñón tiene serias preocupaciones sobre nuestro diálogo con España. Entiendo esas preocupaciones y seguiré escuchando los puntos de vista de la población', reconoció el ministro. 'Pero', advierte, 'sigue siendo un hecho que no puede haber un futuro estable para Gibraltar mientras no se resuelvan importantes cuestiones en la disputa con España'.
A pesar de esa voluntad negociadora, MacShane pareció ayer confirmar la preferencia de Londres por un paréntesis en la negociación. 'Tenemos que reflexionar sobre la pasada noche, reflexionar sobre el año que ha pasado e intentar sacar esto adelante', dijo.
En relación con el duro informe aprobado el jueves por la influyente Comisión de Exteriores, que se alinea abiertamente con las posiciones defendidas por el lobby gibraltareño en los Comunes, el Ejecutivo británico anunció que le dará 'una detallada respuesta'.
Sobre este documento, que entre otras cosas exige al Gobierno que tenga en cuenta el resultado del referéndum, el Foreign Office hizo pública ayer una declaración escrita de un portavoz en la que dice: 'Responderemos a ese informe con detalle a su debido tiempo. Pero hay un punto en particular sobre el que queremos salir al paso: el que dice que hemos cometido el error de no revelar que la soberanía conjunta estaba incluida en las negociaciones (...) Como el mismo informe deja claro en el párrafo 6, el Proceso de Bruselas lanzado en 1984 siempre ha incluido la soberanía como parte', puntualiza el texto, haciendo ver que era superflua la comunicación a la Cámara de ese asunto concreto.
El informe del Parlamento, que sorprende por su dureza contra el Gobierno y su alineamiento con las tesis defendidas por los gibraltareños, supone una gran victoria política para el ministro principal, Peter Caruana, y un golpe político muy duro para el Gobierno dada la contundencia del texto, la influencia de la Comisión de Exteriores y el hecho muy significativo de que dicha comisión está ampliamente dominada por el partido del Gobierno.
Otro elemento a tener en cuenta es la coincidencia temporal precisa entre la presentación del informe y la celebración del referéndum. Dos de los redactores del texto, el laborista Andrew Mackinlay y el liberal David Chidgey, fueron ovacionados en la madrugada de ayer en Gibraltar mientras se anunciaban los resultados de una consulta en la que participaron como observadores. Los responsables ministeriales daban por seguro hasta ahora que los Comunes apoyarían cualquier acuerdo sobre el Peñón al que llegaran Madrid y Londres.
Tanto el portavoz de Tony Blair como Denis MacShane coincidieron en reiterar la voluntad del Gobierno de seguir negociando y en dejar muy claro el compromiso de que ningún acuerdo con España que afecte a la soberanía de Gibraltar será aplicado si no obtiene el respaldo de la población gibraltareña. El Proceso de Bruselas sigue, pues, formalmente abierto, aunque la vía de arreglo intentada desde julio de 2001 esté bloqueada y la soberanía compartida parezca hoy un modelo con difícil futuro.
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