La villa romana del dios del sueño
Una ruta mitológica desde Priego de Córdoba hasta Almedinilla
El descubrimiento de El Ruedo, la lujosa villa romana que apareció en 1988 durante el trazado de una nueva carretera en Almedinilla, está rodeado de incógnitas. Nadie sabe por qué los romanos construyeron una magnífica casa en medio del campo, cerca de lo que hoy es un pequeño pueblo de la Subbética cordobesa. La adornaron con mosaicos, pinturas murales, fuentes y bellas esculturas en un paraje que, como hoy, también era rural hace 2.000 años. El misterio gira en torno al hallazgo de la escultura de Hypnos, el dios del sueño que va extendiendo la noche con el cuerno que sostiene en la mano derecha y provocando el sueño con una flor de adormidera. Todo apunta a que El Ruedo era algo así como una clínica del sueño a la que acudían los exhaustos patricios a reponerse del estrés de la urbe.
Si interesante es la villa romana, que conserva en pie muros de más de dos metros de altura con 80 metros cuadrados de pinturas murales (algo único en los yacimientos españoles), no lo es menos el sentimiento de protección que despertó el descubrimiento entre los 2.500 habitantes de Almedinilla. Algo parecido a Fuenteovejuna, pero, en lugar de vengar un abuso de poder, los vecinos formaron una piña para evitar que su patrimonio saliera del pueblo.
La magnífica escultura de Hypnos, un bronce de estética helenística a tamaño natural fechado en el siglo IV antes de Cristo, apareció desmembrada en distintos lugares de la villa romana. Los arqueólogos lo explican por la llegada de los cristianos, quienes se dedicaron a decapitar a todas las deidades que encontraron en el lugar. A Hypnos, el dios titular de este centro de reposo, le debían tener más miedo porque lo despedazaron literalmente. El dios desmembrado, hermano gemelo de Tánatos (la muerte), durmió ocho meses debajo de la cama del alcalde. El regidor municipal, apoyado por todos los vecinos, mantuvo un pulso con la Administración andaluza para evitar que su rico patrimonio abandonara el pueblo y acabara en los grandes museos arqueológicos. El bronce, restaurado después en el Instituto Andaluz del Patrimonio, es una de las tres representaciones escultóricas de Hypnos que se conservan en el mundo, y forma parte de un gran tesoro que guarda el Museo Histórico-Arqueológico de Almedinilla.
Un museo en el molino
Las piezas estaban ya embaladas y cargadas en un camión cuando los vecinos inmovilizaron el vehículo y las escondieron. Hasta que en 1999 se inauguró el museo en el antiguo molino de Fuente Ribera, junto al río Caicena. El edificio, que también guarda las armas halladas en la necrópolis ibérica de El Cerro de la Cruz, entre otros tesoros de este sorprendente pueblo, se encuentra en uno de sus parajes más bellos, al que se llega por un camino sembrado de cipreses. El viejo molino guarda también un espacio para la historia del olivo, un árbol tan antiguo en la Subbética cordobesa como el propio Hypnos. El aceite de oliva de la comarca de Priego, que incluye el que se produce en las 30.000 hectáreas de Priego de Córdoba, Almedinilla, Fuente Tójar y Carcabuey, es el verdadero dios de la zona. Este aceite, con denominación de origen, lleva dos años consiguiendo el premio al mejor óleo español, y es, sin duda, uno de los grandes monumentos de la comarca.
El zumo de las aceitunas era también indispensable en la cocina de hace 2.000 años, y el viajero puede comprobarlo si, tras la visita al yacimiento de El Ruedo y al museo, tiene oportunidad de asistir a un banquete romano de los que el mismo museo organiza para grupos. Hypotrimma, moretum o iscia de pescado, regados con vino de rosas, son algunos de los manjares que se sirven en la cena siguiendo las recetas que Marco Gavius Apicius escribió en el siglo I (Jornadas Gastronómicas Romanas: 957 70 20 21).
El balcón del Adarve
Dejar Almedinilla y entrar en Priego de Córdoba supone un rápido viaje en el tiempo para llegar al barroco. 'Por Priego no se pasa, a Priego se va, y para siempre'. Este dicho que circula por el pueblo seguro que lo soltó alguien que se mareaba con las curvas, abundantes en el trayecto de una hora y media que separa a Priego de la capital cordobesa. Sin embargo, en cuanto el viajero se asoma al balcón del Adarve (camino de ronda en árabe), una atalaya natural desde donde se divisan olivares de las provincias de Córdoba, Jaén y Granada, da por buenas las vicisitudes del camino.
Este pueblo, con sólo unos 23.000 habitantes, es una caja de sorpresas. Hay para todos los gustos, desde el tipismo del barrio de la Villa, con sus estrechas e impolutas calles atiborradas de geranios; hasta la espectacular y neoclásica fuente del Rey: 139 caños repartidos en tres estanques que Neptuno controla desde el centro. El barroco se pavonea en todo su esplendor en las iglesias de San Pedro, de la Aurora o en el sagrario de la Asunción. Los paladares más sencillos encontrarán otros atractivos en el Museo Arqueológico, con su soberbia colección de piezas del neolítico; o la casa natal de Niceto Alcalá-Zamora, donde se puede ver hasta la cuna que meció al presidente de la II República. Una caja de sorpresas que merece la pena abrir.
GUÍA PRÁCTICA
- Villa Turística de Priego (957 70 35 03). Aldea de Zagrilla. En el parque natural de la Sierra Subbética, a 10 minutos en coche de Priego. Habitación doble, 64 euros.
- Hostal Rafi (957 54 70 27). Isabel la Católica, 4. En el centro de Priego. Acogedor y sencillo. La doble, 29.
- Casa rural Postigo de la Casería (666 30 13 23). Zarzuela, 10. Aldea de Zagrilla Alta. Casa rural con patio y chimenea. La casa (para ocho personas) cuesta 72,12 euros la noche con leña incluida.
- La Fuente (957 70 37 34). Aldea de Zagrilla Alta. Al lado de un antiguo lavadero público, levantado sobre las trazas de una alquería del siglo X. Precio medio, unos 18 euros.
- Río (957 54 00 74). Río, 5. En el centro de Priego. Unos 15 euros.
- El Aljibe (957 54 29 65). Abad Palomino, 7. Un aljibe árabe da nombre a este coqueto lugar que se esfuerza en recuperar la cocina sefardí. Unos 15 euros.
- Almedinilla (957 70 33 17).
- Turismo de Priego de Córdoba (957 70 06 25; www.subbetica.org).
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