_
_
_
_
_

'Jugar al límite motiva'

Raynald Denoueix (Rouen, 1948) ofrece café, ordena sus cuartillas y cruza la mano izquierda sobre el pecho en un gesto napoleónico que sólo pretende tapar una marca deportiva ajena a la que viste a la Real Sociedad. El técnico francés, educado, metódico y fiel a su idea valiente del fútbol, ha revolucionado el juego del equipo donostiarra, tercer clasificado y máximo goleador, con 13 tantos, de la Liga.

Pregunta. Tras 33 años de carrera en el Nantes, la Real Sociedad. ¿Es una aventura?

Respuesta. No, es casi como si hubiese cambiado de club en Francia, salvo que aquí la Real está en el centro de la vida de la región, de lo que la gente aprecia. El club es un polo mucho más importante de lo que era el Nantes en su entorno.

Más información
La cara fresca de la Liga
El primer viaje de Denoueix
As.com:: Ficha de Denoueix
As.com:: Las noticias de la Real Sociedad

P. ¿Qué le choca?

R. Pocas cosas. Quizás, las historias que escucho: el otro día dijeron que me habían detenido en la frontera para devolver un descodificador de Canal + o que obligaba a los jugadores a subirse y sentarse en el avión por orden alfabético.

P. Philippe Bergeroo, el entrenador del Rennes, dice que la suya es 'una profesión de gilipollas, pero formidable'. ¿Comparte esa apreciación?

R. A veces, hay muy poca distancia entre la victoria y la derrota. Tanto en lo que sucede sobre el césped como en la preparación del partido. Pero, en cambio, existe un abismo entre lo que esa derrota provoca y lo que se dice acerca de esa derrota. De ahí, las palabras de Bergeroo. Es un trabajo difícil, en el que entre lo que uno hace y el resultado hay una gran distancia. Pero, como el fútbol es imprevisible, hay que saber soportar sus consecuencias, que son también imprevisibles.

P. ¿Qué responsabilidad tiene en los éxitos y los fracasos?

R. La importancia del entrenador tiene que ver con la idea de juego que va a transmitir, con la forma de comportarse sobre el césped. El resto es fácil: la derrota es siempre la responsabilidad del entrenador. En la victoria, en cambio, no sé de quién es el mérito. Podría explicar los motivos de la derrota, discutirlos, argumentar sus razones auténticas, pero al final, seguiría siendo, para todos, mi culpa.

P. Un año después de ganar la Liga francesa, en 2001, el Nantes le puso en la calle.

R. No se le concede tiempo al entrenador, no se le da un margen. Hoy en día, es imposible trabajar a largo plazo como técnico. Por lo menos, es imposible imponerlo, desearlo. Es el reflejo de la sociedad actual, que quiere tenerlo todo y rápido.

P. ¿Es imposible edificar un proyecto?

R. Imposible, por lo menos con los jugadores profesionales. Para educar se necesita tiempo, un tiempo que no existe en el fútbol. Es una de las paradojas del fútbol. Por eso dice Bergeroo que es una profesión de gilipollas. Si se quiere enseñar algo a los jugadores, y tienen mucho que aprender, respecto al juego, a la vida, al comportamiento..., hace falta tiempo. Y no lo hay. Esto funciona así y los entrenadores sólo podemos denunciarlo.

P. ¿Tienen mucho que aprender los jugadores de la Real?

R. Claro, como todos. Hay que aprender constantemente. Los jugadores tienen que entenderse los unos con los otros, aprender unos de otros, y el entrenador está en medio para facilitar esto. El técnico no debe decir 'haz esto, eso y aquello' sino 'hay que hacer esto juntos'. Nosotros no les damos cosas. Les decimos lo que deben buscar.

P. ¿Deja libertad a los jugadores sobre el terreno?

R. Existen reglas. Pero, desde el momento en que las respetan, los jugadores son libres. La primera dice que para que gocen de libertad deben aceptar ciertas contrapartidas. La libertad en sí misma no funciona. Si cada uno hace lo que le viene en gana cuando quiere, no funciona. Los jugadores deben concederse la libertad los unos a los otros, permitírsela. Es decir, para que un jugador ose una acción determinada sus compañeros deben pensar para él, trabajar para él.

P. ¿Cómo motiva a sus futbolistas?

R. Hay que proponerles retos interesantes. La motivación está en el movimiento, términos que comparten raíz. Cuando se está motivado, uno se mueve.

P. La Real juega al límite, lo que le hace atractiva.

R. Es la opción que hemos elegido y debemos mantenerla porque motiva a los jugadores. Partidos como el del Betis son espectaculares para el público y para los jugadores. El placer más grande del deportista es superarse, sobreponerse a la adversidad por sí mismo y por la afición.

P. ¿Dónde para la improvisación sobre el césped?

R. La improvisación sólo les sirve a los que han trabajado mucho, a los que saben mucho.

P. Y a los que tienen mucho talento.

R. Lo importante es que los jugadores de talento sepan cuándo conviene improvisar y no se equivoquen. Los buenos jugadores son los que respetan el juego.

P. La Liga tiene muchos partidos infames. ¿Es por culpa de los jugadores o de los entrenadores?

R. Es culpa de los progresos que conoce el fútbol. Cada vez hay menos diferencias de calidad entre los equipos, lo que bloquea muchos partidos. Los entrenadores apreciamos esta realidad, pero no es espectacular. Cuando se marcan muchos goles es porque se han dado muchos errores, lo que no nos gusta a los técnicos. Es difícil ver partidos equilibrados y espectaculares.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_