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España entra en el Consejo de Seguridad de la ONU con el voto de 180 países

El embajador español se sentará desde enero en el órgano decisorio de Naciones Unidas

España fue elegida ayer miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, puesto que ocupará durante dos años a partir de enero. Es la cuarta vez que Madrid se sienta en el órgano decisorio de Naciones Unidas y lo hará en un momento especialmente delicado, cuando EE UU quiere atacar Irak y los europeos no han conseguido adoptar una postura común frente a Washington. La votación que se celebró ayer en la Asamblea General fue un puro trámite, aunque resultó abrumadora: 180 votos a favor de los 183 miembros con derecho a voto.

El voto en la Asamblea General es secreto, por lo que no conoce la identidad de los tres países que no respaldaron la candidatura española. España, junto con Alemania, se presentaba en nombre del 'Grupo de Europa Occidental y otros' (conocido por sus siglas en inglés WEOG), en sustitución de Irlanda y Noruega.

El Consejo de Seguridad se dividide en dos categorías: cinco miembros permanentes con derecho a veto (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia), como reflejo del orden mundial existente en 1945, cuando se fundó la organización; y diez miembros no permanentes, divididos en cinco grupos regionales que se van turnando cada dos años.

En la votación de ayer también resultaron elegidos Chile, Angola y Pakistán.

España anunció su candidatura en 1997. Durante estos cinco años, la diplomacia española, como se hace en estos casos, desplegó una minuciosa y paciente labor de pasillo, promoviendo su candidatura entre los miembros de la ONU y ganándose el respaldo del WEOG.

El embajador Arias, que ha llevado el peso de la campaña, no será sin embargo el que se siente en el Consejo de Seguridad a partir de enero.

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Madrid tiene previsto nombrar a un nuevo representante en las próximas semanas, aunque todavía no se ha decidido por un candidato. El envíado especial de la Unión Europea en Oriente Próximo, el diplomático español Miguel Angel Moratinos, parece el más serio aspirante, dada su amplia experiencia en foros multilaterales.

España llegará a la cúpula de la ONU en un momento especialmente delicado. Estados Unidos lleva semanas pidiendo al Consejo de Seguridad una nueva resolución que autorice el uso de la fuerza si Bagdad pone trabas a la labor de los inspectores de desarme.

Washington ya ha anticipado que, de lanzar una ofensiva, preferiría hacerlo a principios del año que viene, justo cuando Madrid empiece a participar en las deliberaciones del Consejo.

La llegada de España y Alemania también reforzará y complicará la presencia europea en el organo decisorio de Naciones Unidas. A partir de enero, deberán, junto con Francia y Gran Bretaña, reunirse cada mes para concertar sus posturas, respetando un artículo olvidado (el 19) del Tratado de la Unión Europea, recientemente resucitado.

No será fácil. La UE ha sabido unir sus posiciones frente a Estados Unidos en temas como el protocolo de Kioto o, hasta ahora, la Corte Penal Internacional, pero no encuentra una voz común en el contencioso con Irak. Además, Londres y París no quieren renunciar a su poder en Naciones Unidas, que se basa en su derecho al veto, reliquia de glorias pasadas.

Entre los espinosos asuntos que figuran en la agenda del Consejo de Seguridad a partir de enero figura el sempiterno tema del referendum sobre el Sáhara que la ONU, ante la falta de acuerdo entre las partes, aplaza regularmente.

España ya se sentó en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en tres ocasiones: 1969-1970, 1981-1982 y 1993-1994. Según el orden alfabético, le corresponderá la presidencia rotativa de este foro en julio del año que viene y en septiembre del 2004.

A la hora de defender su cantidatura, España ha hecho valer que es el octavo contribuyente al presupuesto regular de la ONU y este año ya ha pagado los 28,19 millones de dólares que le corresponden como miembro de la organización. También tiene una importante contribución al presupuesto global de las Operaciones de Paz de la ONU con 65,78 millones de dólares, lo que supone un 2,53% del total. En estos momentos participa en operaciones de mantenimiento de la paz con unos 3.500 efectivos.

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