GAEL GARCÍA BERNAL, LA MIRADA DIVINA
La polémica rodea el estreno en México de 'El crimen del padre Amaro', que narra las tentaciones sexuales y morales de un joven cura. El actor, que considera que no es un filme 'anticlerical', interpreta al Che Guevara en su nuevo rodaje.
Existe algo profundamente perturbador en la mirada de Gael García Bernal (Guadalajara, México, 1978). Agustín Díaz Yanes lo dirigió en Sin noticias de Dios y le dio el papel de jefe del infierno. Sus ojos -azules, o verdes, a veces incluso un poco amarillos- le bastan para parecer la mano derecha del mismísimo Lucifer. Ahora, dirigido por Carlos Carrera, esos mismos ojos son los de alguien más celestial, un joven cura atormentado por su fe y por su cuerpo.
Ángel y demonio conviven con una naturalidad pasmosa en el rostro de este actor, para muchos la promesa más sólida del cine latinoamericano. A caballo entre su casa de Londres, México (donde se ha comprado un apartamento en pleno centro del DF), Madrid y Los Ángeles, Gael García Bernal (que acaba de rodar en Tokio un anuncio de Levi's para la campaña de EE UU) dice sentirse cómodo en el caos: 'Sin el caos, ¿qué sería de México?'.
'Mis padres se dedican al teatro y la cultura teatral es una forma de vida que me gusta mucho'
El crimen del padre Amaro, última película del actor, ha desatado una dura polémica en su país. Una escena erótica interpretada por él (el cura) bajo el manto de la Virgen de Guadalupe o la imagen de una mujer que se saca una hostia de la boca y se la da de comer a un gato son sólo dos detalles.
La película se estrenó el viernes. La Iglesia católica mexicana ha intentado presionar al Gobierno de Vicente Fox (apelando a que ha sido subvencionada con fondos públicos) para que retire el filme de las salas. La película, además, ha sido demandada por varias asociaciones cristianas. El crimen del padre Amaro no sólo relata la lucha por mantener el celibato de su protagonista sino que aborda asuntos como el aborto o las supuestas relaciones de la Iglesia con la guerrilla y el narcotráfico. Ayer, la policía custodiaba el acceso a algunos cines, y en la localidad de Morelia la proyección se tuvo que suspender.
La película, estrenada en 358 salas mexicanas, concursará en la sección oficial del próximo Festival de San Sebastián. En España se estrenará en octubre. Ayer, Los Angeles Times ofrecía un amplio reportaje sobre la reacción desatada en el país vecino. Según el diario californiano, hace un par de meses un grupo de obispos exigió un pase privado del filme. Al menos uno de ellos se levantó a mitad de la película y abandonó, furibundo, la proyección.
El estreno en México de El crimen del padre Amaro estaba previsto para principios del verano, pero ante la visita del Papa se retrasó. 'Era una provocación y no se trataba de eso', dice Gael García Bernal. 'La película no es anticlerical, es sólo una historia de amor. Igual que Amores perros no era una película sobre peleas de perros. Era una historia de amor en un contexto. Aquí el contexto es la Iglesia. Es una película que no juzga a nadie'.
Dirigida por Carlos Carrera, El crimen del padre Amaro está basada en una novela del escritor católico portugués Eça de Queiroz, adaptada por el dramaturgo y guionista mexicano Vicente Leñero. Protagonizada por García Bernal, cuenta en su reparto con Sancho Gracia (el padre Benito), Ana Claudia Talancón (la feligresa de 16 años que despierta los instintos sexuales del joven Amaro) y Damián Alcázar (el padre Natalio, afín a la teología de la liberación).
'Para mí es un reto interpretar a alguien que no puedes entender. Él es un hombre con un profundo miedo a Dios y con un profundo miedo a sí mismo y a su sexualidad. Es la historia de un niño que pierde su inocencia', cuenta el actor. 'El cura llega al pueblo y empieza a descubrirse. Se enamora pero él no tiene la capacidad ni para amar ni para ser amado'.
Mientras El crimen del padre Amaro empieza su accidentada (y, a todas luces, rentable) carrera comercial, Gael García Bernal prepara en Argentina Diarios de motocicleta, la película del brasileño Walter Salles en la que interpretará a Ernesto Che Guevara cuando era un estudiante de Medicina. El filme, que narra el viaje en moto del Che junto a un amigo (interpretado por Rodrigo de la Serna, 'Rodrigo es actor y además es sobrino del Che', asegura sonriente Gael García Bernal). Durante dos meses, los actores y el director prepararán la película con ensayos diarios y el rodaje se prolongará hasta enero del próximo año.
'¡Es que es el Che!', exclama el actor con una carcajada. 'Hay que prepararlo bien. Hay que darle su lugar, su espacio y su tiempo. O se hace bien o mejor no se hace. Hasta ahora nadie lo ha hecho así, nunca. Al Che siempre lo han interpretado en inglés, y siempre muy politizado. Este será un Che muy niño, muy ridículo, como somos nosotros. Será un Che diferente'.
'Mi familia', continúa el actor, 'es de izquierdas y en América Latina se nace con una noción bastante fuerte de lo que fue su lucha y su vida. Es un personaje muy moderno, muy vivo, y muy consecuente ante sí mismo, él reconoció sus errores, que cara a la historia fueron muchos'.
'La película', continúa el actor, 'narra un episodio muy concreto. Es la historia de él y de su amigo viajando en motocicleta con la única intención de follar y follar. Y así, poquito a poquito, va tomando conciencia. Como nos pasa a todos. Cuando él salió de su burbuja en Argentina, era un burgués con mucha visión política pero no dejaba de ser un burgués más'.
Desde Venezuela (última parada del rodaje de Diarios de motocicleta), el actor volverá a Londres para preparar una obra de teatro en el West End. 'Estoy un poco cansado del cine', dice. 'Te hace sentirte muy inútil, que exprimes tu naturaleza sin demasiado sentido. Tu cuerpo y tu mente son una fuente de vida y eso se agota. No quiero recargar energía o esas cosas que se dicen. No, sólo quiero perderme un rato, viajar un año. Perderme'.
'Y el teatro', añade, 'es una buena forma de hacerlo. La cultura teatral es una forma de vida que me gusta mucho. Mis padres se dedican al teatro y hacer teatro es una manera de recuperar todo aquello. La vida de una compañía de teatro me atrae mucho. Me gustan los horarios del teatro, que son como de oficinista, puedes ver a tu mujer, a tu novia, a tu amante, a tus hijos si los tienes. Llevar una vida normal. El otro día jugaba con unos amigos actores a qué nos gustaría tener, y uno decía: me gustaría tener vecinos y una liga de fútbol. No es que quiera una vida convencional pero sí cierta tranquilidad. No sé. Vivir en una casa, tener familia, cosas de esas que a veces se echan de menos. Actuar te ofrece un tipo de vida muy ambigua, muy sacrificada. ¡Yo quería ser actor para no hacer nada!'.
Gael García Bernal asegura que no quiere planificar su carrera, que le parece poco estimulante, que se siente algo confuso, lleno de proyectos importantes que podrían coincidir en fechas de rodaje. 'Y hacer teatro', insiste, 'porque de verdad quiero hacer teatro en Londres y también en México'.
Se sabe que su nombre circula no sólo en un par de grandes proyectos del cine estadounidense sino en lo que podría ser la próxima película de Pedro Almodóvar. El actor ni confirma ni desmiente el rumor. 'No sé, no sé... nunca se sabe. Sólo espero que no se crucen proyectos importantes. Pero ya veremos, ya veremos...'. La sonrisa vuelve a su cara y sus colmillos (grandes y blancos) asoman entre los labios. ¿Ángel o demonio?
Su capacidad para parecer muy triste es la misma que para parecer muy alegre. Se pone serio y luego se ríe como un loco. Es tímido pero bromea, siempre bromea, ha dormido poco pero quiere llevar a su agente de Los Ángeles (que le acompaña en su visita a Madrid) a un buen restaurante. 'Uno que le guste mucho', dice. Desde Amores perros, Hollywood puso el dedo sobre la foto de este joven mexicano que habla cuatro idiomas, al que le gusta Madrid, y salir, y los amigos, pero que se pone serio otra vez cuando se acuerda de su madre y de sus hermanos, Darío y Tamara: 'Lo peor es no ver a mis hermanitos pequeños, me gustan mucho los niños y a ellos les quiero mucho. Creo que es lo peor de todo'.
Viaje iniciático en 'La poderosa'
Producida por el actor y director Robert Redford, Diarios de motocicleta relata el viaje en moto que en 1952 realizó Ernesto Che Guevara junto a su amigo Alberto Granado. Dos amigos estudiantes, dos burgueses argentinos que un día deciden recorren su continente en moto.
Diarios de motocicleta será una especie de road-movie, el relato de un viaje iniciático por 'una geografía física y humana que no es propia, sino de toda Latinoamérica', ha dicho su director, el brasileño Walter Salles.
El Che y su amigo se subieron a lomos de La poderosa, nombre de la motocicleta que nunca les abandonó, y recorrieron así gran parte de Latinoamérica: Argentina, Perú, Chile Bolivia, Venezuela... Un viaje que arranca en Argentina con un estudiante de medicina con ganas de divertirse y termina en Venezuela con un hombre dispuesto a cambiar el mundo.
Diarios de motocicleta es una idea original del propio Robert Redford. El actor y fundador del festival de Sundance eligió a Salles, que le puso una única condición. Debía ser un filme rodado en español, con un equipo técnico y artístico latinoamericano. Una película que no pretende mitificar al Che, sino relatar un breve, aunque fundamental, episodio de su juventud. Una película que, además, reuniera a lo mejor del actual cine latinoamericano.
Gael García Bernal fue desde el primer momento el rostro elegido para interpretar al joven Che. El actor es conocido en EE UU desde su trabajo en Amores perros y se le considera una promesa segura.
García Bernal, hijo de actores, estudió en un colegio británico de Guadalajara, luego estudió cursos de cine en Nueva York y La Habana. Con 17 años se marchó a Europa, donde se instaló en Londres. Fue camarero, albañil y modelo hasta que logró dinero para matricularse en The Central School of Speech and Drama. Se graduó en 2000. Su inglés es perfecto, algo que le permite plantearse el reto de subir al escenario de un teatro del West End londinense para hacer lo que más le gusta, una vocación que para él es una forma de vida, una manera de mirar el mundo: interpretar.
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