Francisco Marco, incuestionable
En el moderno espectáculo taurino prima el dato. Con este sistema la organización acalla a los aficionados. Éstos solicitan toros con presencia, ganaderías con poder y carteles realistas. Argumentan que la seriedad da prestigio. Nada, que si quieres arroz. Los taurinos sólo suman orejas con merecimiento o sin él, salidas por la puerta grande justas o por la patilla. La cosa es sumar. Andaba la cosa justa cuando llegó Francisco Marco, que de forma merecida e incontestable les cuadró las estadísticas. Marco por obra y gracia de la necesidad y la vergüenza torera se ha convertido en el triunfador indiscutible de la feria. Variado con el percal en su primero, brindó una faena cadenciosa, templada, con gusto y verdad. Series con ambas manos rematadas con originalidad. Adornos los justos. Dos orejas. Arrollado espectacularmente al recibir a porta gayola en el que cerraba festejo, plantó faena vibrante no exenta de calidad ante un incierto animal. Inseguro pero arrojado llevó la emoción a los tendidos. Enterrada la espada, la plaza se convirtió en un clamor. Dos orejas.
Torrealta / Puerto, El Juli, Marco
Seis toros de Torrealta, 1º y 2º impresentables e inválidos; 3º, 4º, 5º y 6º justos de presencia, nobles y blandos. Víctor Puerto: pinchazo arriba -aviso-; estocada (ovación y saludos); estocada ladeada y atravesada (silencio). El Juli: estocada caída (silencio); pinchazo arriba (oreja). Francisco Marco: estocada caída (dos orejas); estocada (dos orejas). Salió por la puerta grande. Plaza de Santander. 7ª de feria. Lleno.
El Juli, inédito ante el inválido segundo. Vulgar con las banderillas. Faena frívola y ventajista. Oreja. Víctor Puerto, vulgar y oportunista.
Homenaje a Vidal
Nos queda agradecer en nombre de la sección taurina creada por Joaquín Vidal a los aficionados del 'silenciado', coloquio del hotel Santemar que dirige Manolo González el espontáneo, el emotivo y cariñoso homenaje que se le brindó. Joaquín era natural de Santander. Nació en la última casa del paseo de Canalejas. Esta calle, junto a la de San Martín, Gurugú y Peña Herbosa, eran por la época zona de residencia de las familias marineras. Quizá por esto naciera en él su otra pasión, la mar.