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Un marco para la investigación en Europa

El VI Programa de Investigación cuatrienal de la UE prepara su lanzamiento en 2003 con más dinero que nunca

El VI Programa Marco de Investigación de la Unión Europea está casi listo para ponerse en marcha el 1 de enero del año 2003. La semana pasada se aprobaron las reglas básicas para participar, pero la falta de acuerdo sobre la financiación o no de trabajos con células madre embrionarias está frenando su aprobación total.

Redes de excelencia y proyectos integrados coexisten con los antiguos instrumentos
Seis premios Nobel apoyaron en Sevilla la creación de un consejo científico europeo
En el año 2004 habrá una primera evaluación de resultados de los nuevos instrumentos
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Los resultados en investigación están directamente relacionados con la inversión que se dedica a la ciencia. Cada vez más lejos de la imagen del sabio de bata blanca rodeado de tubos de ensayo, el oficio de investigador se ha convertido, en buena parte, en el de buscador de fondos para la investigación. Programas privados y públicos, locales, autonómicos, nacionales y comunitarios conforman un tupido entramado por el que es necesario moverse bien para poder hacer ciencia. El VI Programa Marco de Investigación de la Unión Europea está casi listo para ponerse en marcha el 1 de enero del año 2003. Está dotado con 17.500 millones de euros y supone el 5% del gasto total de los 15 países de la Unión en I + D. Por primera vez se ha pedido a la comunidad científica que exponga sus demandas mediante las llamadas expresiones de interés. Se han recibido 15.000 ideas en las que hay involucrados unos 100.000 científicos.

Los programas marco se estrenaron en 1984, dos años antes del ingreso de España en la UE. Desde entonces, han sido al mismo tiempo una fuente de financiación y una exigencia científica: estar presente en algún proyecto de estos programas supone un cierto reconocimiento de capacidad investigadora. Este esfuerzo presupuestario de la UE pretende ayudar a salvar la distancia científica que aún tiene Europa con Estados Unidos, evaluada en 125.000 millones de euros anuales en una carta que seis premios Nobel enviaron a la reciente cumbre europea de Sevilla. Estos investigadores, entre los que se encuentran Rita Levi-Montalcini y Christian de Duve, proponen la creación de un consejo científico europeo que ayude a hacer realidad el Espacio Europeo de Investigación (EEI) y que, en el año 2010, se alcance el 3% del PIB dedicado a I+D, algo que la reciente Cumbre de Barcelona fijó como objetivo. El Comisario de Investigación, Philippe Busquin, se mostró en Sevilla de acuerdo con este objetivo y aseguró: 'La forma en que se concrete será una prueba de la voluntad de trabajar juntos , poniendo en común los medios de que disponen, en el espíritu del Espacio Europeo de Investigación'. En todo caso, el 3% es una cifra que está aún lejos de la media europea, que es del 1,8 %, pero aún más lejos de la española, que no llega al 1%. Además, dos terceras partes de ese porcentaje deberían provenir del sector privado.

Las siete áreas prioritarias del VI Programa Marco, acaparan 13.285 de los 17.500 millones de euros. Además, el PM trata de servir de cohesión en la investigación europea y estructurar el Espacio Europeo de Investigación, para lo que se destinan 2.655 millones de euros, a los que hay que sumar otros 330 millones más destinados a reforzarlo. Desde el punto de vista financiero es la tercera política de la UE, tras la agrícola y los fondos estructurales, y supone el 3,9% del gasto total de la UE.

Para Ramón Marimón, secretario de Estado de Política Científica y Tecnológica, 'el VI Programa Marco define cómo se va a hacer la investigación en Europa en los próximos años, lo cual plantea al mismo tiempo una oportunidad y un reto. Supone un cambio en las formas de hacer investigación que puede permitir a los grupos españoles hacerse más fuertes y asumir posiciones de liderazgo.'

La participación de los investigadores españoles en este macroprograma obedece a una serie de razones que resume Emilio Muñoz, ex presidente del CSIC y experto en política científica: 'Yo creo que se participa porque las reglas están más claras que en la dinámica interna y porque los recursos, cuando obtienes proyectos, son más importantes que los del Plan Nacional. Además, estar ahí da prestigio y, sin duda, internacionalizarte te enriquece, aprendes formas de actuar cooperativamente. La última razón, muy importante en los tiempos que corren, es que una vez que tienes el contrato sabes cuándo llegan los pagos.'

Se ha puesto especial énfasis en financiar proyectos en las áreas estratégicamente importantes y, al mismo tiempo, donde la dimensión pueda dar un mayo valor añadido. Se trata de conseguir suficiente masa crítica en los proyectos para que tengan importancia científica en el panorama internacional. Para ello, según Octavi Quintana, director de Ciencias de la Vida e Investigación para la Salud de la dirección general de Investigación de la Comisión Europea, 'se han buscado instrumentos de financiación y estructuración más efectivos y con una implementación más simple. Los proyectos tendrán más duración, más flexibilidad y más autonomía'.

Este programa marco, que, como dijo Busquin, se ha aprobado por primera vez, durante la presidencia española, antes de su fecha prevista de entrada en vigor, ha buscado la simplificación para, en palabras de Quintana, 'minimizar los gastos generales de los participantes, de las empresas contratadas y de la propia Comisión; también permitirá agilizar los procedimientos, especialmente el tiempo hasta la firma del contrato. La mayor flexibilidad permitirá la aplicación de los instrumentos a través de las prioridades temáticas. Por último, la autonomía de gestión permitirá eliminar la microgestión innecesaria. Y, todo ello, manteniendo la responsabilidad pública y protegiendo al mismo tiempo los intereses de la Comunidad'.

La creación de redes de excelencia es otro de los objetivos que se persiguen con especial énfasis en este programa marco. En este caso, no se trata de financiar 'el aumento de conocimiento sino la integración', explica Quintana. 'Nuestro propósito es integrar estructuras dentro de Europa, porque hemos identificado que uno de los problemas básicos de la UE es que cada país hace su investigación sin tener en cuenta lo que hacen los demás. Debemos evitar la duplicación, hacer investigación complementaria y coordinada y conseguir proyectos más grandes, que son los que hacen avanzar la ciencia'.

La financiación de estas redes será 'a un tanto por cabeza, por investigador en cada laboratorio. Y después analizaremos si se han integrado, si hay intercambio de investigadores real, proyectos de investigación conjuntos y no sólo publicaciones. Y lo que se haga dentro de cada país para diseminar el modelo, sobre todo en formación, será financiado al 100 por 100. Creo que ésta es una novedad importante', señala Quintana.

En los proyectos integrados, en cambio, lo fundamental es generar conocimiento y, de rebote, fomentar la integración entre los grupos y los países. Según Quintana, 'hay poca integración científica, de manera que los de investigación básica van por su lado, los de aplicada por el suyo y los de clínica por otro. Queremos la integración de todos los niveles, desde la básica hasta la aplicada, investigación multidisciplinaria y, además, intentar involucrar a las pequeñas y medianas empresas [pymes] con los institutos de investigación y la universidad'.

De hecho, al menos el 15% del presupuesto distribuido debe llegar a las pymes, con especial énfasis en el apoyo a sus necesidades tecnológicas. En concreto, están previstas actividades específicas de 'investigación cooperativa' en centros de investigación propios o en colaboración con laboratorios.

Según consta en la propuesta original, el número mínimo de grupos que deben estar integrados en un proyecto de investigación es tres y que sean, al menos, de dos países miembros diferentes o, por primera vez, países candidatos asociados. Pero será posible modificar estas normas y cambiar el número de participantes lo que, para Quintana, 'permitirá introducir algunos cambios a los dos años si vemos que algo necesita corregirse. Por ejemplo, en cuanto al número mínimo de países que deben estar involucrados en un proyecto'.

En cuanto al Espacio Europeo de Investigación (EEI), se han dispuesto cuatro tipos de actividades para conseguir que llegue a ser una realidad. Se trata de establecer redes de usuarios para el fomento de la cooperación transnacional, promover la movilidad de los investigadores mediante el programa Marie Curie y otras becas y fomentar el acceso transnacional a infraestructuras de investigación. Además, este capítulo procurará acercar la ciencia a la sociedad con programas de comunicación de incertidumbre y riesgo, potenciar la participación de las mujeres en la ciencia, interesar a los jóvenes por las carreras científicas y, en definitiva, aumentar el conocimiento científico de la sociedad.

En el año 2004 habrá una primera evaluación de resultados de los tres nuevos instrumentos: las redes de excelencia, los proyectos integrados y los programas ejecutados conjuntamente. Y, durante el proceso de puesta en marcha se coordinarán los esfuerzos para que los nuevos instrumentos coexistan con los del V PM para procurar que la transición de uno a otro sea ágil y gradual.

El incremento presupuestario de este programa marco con respecto al anterior ha sido de un 17%, pero que se convierte en un 9% real. Quizá no aún lo bastante como para ayudar a que en el deseado Espacio Europeo de Investigación cada uno de los miembros dedique al menos el 3% de su PIB a investigación y desarrollo. Pese a la petición del comité de sabios, esos seis premios Nobel, es una cifra que no parece probable que se alcance en un futuro próximo.

Instalaciones para la fabricación de chips genéticos.
Instalaciones para la fabricación de chips genéticos.ASSOCIATED PRESS

Expresiones de interés

Por primera vez, este VI Programa Marco ha incluido lo que se ha llamado expresiones de interés. Se trata de una petición a la comunidad científica para que envíe a la Comisión aquellos proyectos sobre los que tendrían interés en trabajar. Las expresiones de interés no comprometen a la Comisión. Según los datos aportados por el Comisario de Investigación Philippe Busquin, se han presentado unas 15.000 expresiones de interés, que conciernen a unos 100.000 investigadores. En cada una de ellas puede haber un número variable de científicos y además, un mismo investigador puede estar implicado en varias peticiones. El Comisario resaltó que la alta participación es un indicio claro del interés suscitado, aunque algunos investigadores insisten en que en la ciencia de hoy la financiación es tan escasa y es tan complicado conseguirla que ante cualquier iniciativa acude un gran número de investigadores. Para Octavi Quintana, director general de la CE, se trata de una 'buena idea para la comunidad científica, pero no estoy seguro de que se haya entendido lo que se quería hacer con eso. Pretendíamos saber quién está preparado para formar redes de excelencia y trabajar en proyectos integrados y qué temas son los prioritarios'. Así que ha sido como una macroencuesta en la que los resultados no serán determinantes, que no tiene que ver necesariamente con lo que será seleccionado. 'De todas formas', dice Quintana, 'si se reciben muchas peticiones de un tema concreto, será señal de que hay interés por investigar en ese tema, pero el objetivo de este ejercicio es tener una idea general de cómo la comunidad científica ha entendido los nuevos instrumentos, la existencia de posibles redes y los temas preferidos'.

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