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Reportaje:VIAJE DE AUTOR

Vistas del Etna desde Taormina

Itinerario siciliano entre fiestas y huellas grecorromanas

Recorro Sicilia en coche. Tal y como conducen los sicilianos, es una aventura. El paisaje -cipreses, eucaliptos, naranjos, olivos, chumberas, montañas peladas- es hermoso, excepto cuando está salpicado de la viruela de las construcciones de hormigón. En una guía leo unos versos de Renzino Barbera: 'El sexto día, / Dios cumplió su obra / y feliz de haber creado / tanta belleza, / tomó la tierra entre sus manos / y la besó. / Allí, donde Él posó sus labios, / está Sicilia'. Ignoro quién es Barbera, un poeta, supongo, de esta tierra de escritores: Pirandello, Lampedusa, Sciascia, Consolo, son algunos de sus hijos.

Si ya Stendhal, como declara desde Sicilia en el prólogo de una de sus Crónicas italianas, renunciaba a encontrar la pasión italiana, menos quedará de ella hoy día. Pero puede que Dios besara esta tierra. Puede que la llaga del Etna sea una imponente y apasionada consecuencia de ese beso. Taormina, una pequeña población muy turística, es conocida por su teatro grecorromano, originalmente del siglo III antes de Cristo, pero convertido por los romanos en circo en el II después de Cristo. En lo más alto de la ciudad, rodeado de rocas, la vista es espectacular: riscos y árboles, el mar, y al fondo, el Etna, cubierto de nieve, pero fogoso, como sabían Segismundo y Calderón. Una pareja me pide que les fotografíe. Nada más hacerlo, se besan. Y entonces decido buscar, además de restos del esplendoroso pasado griego, besos.

Catania en pólvora y negro

El día de Santa Ágata, un domingo de procesiones, Catania parece algo siniestra: un alcalde de aspecto mafioso con una mujer teñida de rubio platino, una banda en la que los músicos sin uniformar tocan con un cigarrillo encendido entre sus dedos, el olor de la pólvora de los petardos, el negro de las vestimentas, el paso que se dirige hacia la catedral normanda, reformada en época barroca... Incluso la piedra de los edificios, volcánica, del Etna, es oscura, y el gracioso elefante romano -que, con su obelisco a cuestas, recuerda al de Bernini en Roma- integrado en la fuente de 1736, en la plaza del Duomo, es negro. Ese aspecto algo tétrico no le resta belleza, sino que da a ésta un aire peculiar. Más abajo de la catedral, en la misma vía Etnea, un hombre se besa el índice, con el puño cerrado, al pasar ante un Cristo en una hornacina.

En Siracusa, el centro, la península de Ortigia, pide a gritos ser rehabilitado, pero sus casas y palacios barrocos siguen siendo majestuosos. La pequeña plaza de Arquímides, con la fuente de Diana, y la del Duomo son buena muestra de la belleza del casco histórico de la ciudad. La catedral aprovechó sin mover de sitio las gigantescas columnas dóricas del templo de Atenea (siglo V antes de Cristo), visibles en la fachada y en el interior. En Neapoli, el área arqueológica es como un jardín lleno de tesoros de piedra. Allí está, sinuosa, alta como una catedral, la Oreja de Dioniso, así bautizada por Caravaggio y tallada por los canteros al sacar la piedra, y, sobre todo, el teatro griego, excavado en la roca en el siglo III antes de Cristo. En un teatro anterior, en el mismo sitio, Esquilo estrenó Los persas. Por la noche, un policía con melenas canosas y mostacho se hincha a parar a siracusanos que, aun en invierno, desprecian el casco, mientras en la plaza del Duomo vemos unos fuegos artificiales en honor a san Sebastián. La alegría de las luces y los estallidos es contagiosa.

En Catania me había acordado del muy recomendable libro de Peter Robb Medianoche en Sicilia, y de uno de los más famosos besos de Sicilia y de toda Italia: el que se dieron Andreotti e il capo di tutti i capi, Totó Riina, en presencia de Di Maggio, el chófer-asesino arrepentido. En el valle de los Templos es evidente el beso de la mafia inmobiliaria: Agrigento se convierte en un feo fondo de hormigón. Hay que mirar hacia el otro lado, hacia el verdor del valle y los almendros en flor, para apreciar mejor el templo de la Concordia (siglo V antes de Cristo), magníficamente conservado. Nada enturbia, en cambio, la solitaria belleza del inacabado templo de Segesta, a unos 25 kilómetros al sur de Scopello y en medio de un agreste paisaje. Los grajos se meten en los agujeros de la cornisa, y nosotros, absolutamente solos -ventajas del invierno-, en el interior del recinto, lo que permite hacerse una idea más cierta de sus proporciones. También el templo E, en el sistema de ruinas de Selinonte, gusta a los grajos y nos impresiona a nosotros. Derribado por un terremoto, fue reconstruido en 1960. Muchos criticaron la restauración por considerarla falsa como un beso de Judas. ¡Viva la reconstrucción!, pienso yo, sin embargo, admirado. El templo E y el local de hormigón a él pegado parecen resumir Sicilia: un pasado espléndido y un presente poco halagüeño.

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La villa del emperador

Entre Agrigento y el aeropuerto de Catania paramos en Piazza Armerina para ver los impresionantes -por superficie y calidad- mosaicos de la Villa del Casale, que se supone perteneció al emperador Magencio. Todo el suelo estaba cubierto de teselas con escenas mitológicas de caza mayor y menor y de pesca. Tras admirar los elefantes y los jabalíes, los rinocerontes y los barcos, y a las famosas gimnastas, las 'chicas del biquini', llegamos a la alcoba, con mosaicos de motivos geométricos y vegetales. En el centro, encerrados en una guirnalda, un hombre y una mujer semidesnuda se abrazan y se besan, y este beso de los primeros años del siglo IV me acompaña, junto con los sabores fuertes y especiados de la cocina siciliana, mientras vuelo hacia Roma.

ROBERT EVERTS

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicos

- Población: Sicilia cuenta con 5, 2 millones de habitantes. Prefijo telefónico: 0039.

Cómo ir

- Alitalia (902 10 03 23). Vuelos diarios, desde Madrid y Barcelona a Palermo y Catania, vía Roma o Milán. 443 euros desde Madrid y 403 desde Barcelona, más tasas. - Iberia (902 400 500). Diarios, desde Madrid y Barcelona a Palermo, con cambio de avión de Alitalia en Roma o Milán. 736 euros desde Madrid y 608 desde Barcelona, más tasas.

Dormir

- www.hotel.it es un portal de información hotelera donde se encuentra información sobre los hoteles de Sicilia. - Hotel Domus Mariae (0931 248 58). Via Vittorio Veneto, 76. Siracusa. Inaugurado en 1995, en Ortigia. La doble con desayuno, 120 euros. - Grand Hotel Timeo (0942 238 01). Via Teatro Greco, 59. Taormina. Un capricho. En lo alto de la ciudad, junto al teatro grecorromano. El primer hotel de Taormina, inaugurado en 1873. La doble con desayuno, 346 euros. - Sicilia cuenta con cinco hostales juveniles donde la noche cuesta entre 10 y 15 euros / persona. Información (con fotos), en www.hostels-aig.org.

Comer

- Minerva (0931 6 94 04). Piazza Duomo, 20. Siracusa. Excelente casa de comidas. Precio medio, 10 euros. - Scogghiu (sin teléfono). Domenico Scina, 11. Cerca de la plaza de Arquímides. Siracusa. 20 tipos de espaguetis. Alrededor de 6 euros. - Mamma Rosa (0942 243 61). Via Naumachia, 10. Taormina. Unos 20 euros. - Trattoria Atenea (0922 202 47). Via Ficani, 32. Agrigento. Casa de comidas. Alrededor de 14 euros.

Visitas

- Teatro grecorromano de Taormina (de 9.00 a 16.00), el área arqueológica de Siracusa (de 9.00 a 15.00), el Valle de los Templos de Agrigento (de 8.00 a 17.00), Museo Arqueológico de Agrigento (de 9.00 a 13.30 y de 14.00 a 18.00), las ruinas de Selinonte, el templo y el teatro de Segesta (de 9.00 a 17.00). Precio de la entrada a cualquiera de los sitios: 4,13 euros.

Información

- Oficina de Turismo de Italia en Madrid (915 59 97 50; www.enit.it). - Turismo de Palermo (091 696 82 01; www.regione.sicilia.it).

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