EXPEDIENTE WC

Como siempre, por la pertinaz sequía, también este año han florecido los almendros antes de tiempo, aunque no a la manera de aquel 23 de febrero de 1981 que a punto estuvo de pasar a la historia de las infamias más terribles. ¡Todos al suelo!, nada menos. Y, como cada año, siempre aparece alguna faceta nueva sobre aquel esperpento nacional, bien como informe de historiadores de papeles desclasificados o, como en este caso, mediante la mirada del arte. Es lo que ha hecho Arturo Ruiz, un joven y premiado director de cortometrajes que acaba de presentar en el cine del Círculo de Bellas Artes de Madrid el cortometraje Expediente WC. Trata sobre los minutos que precedieron a la entrada de los militones en el salón de pleno del Congreso, encerrados antes en los WC de las Cortes para que el teniente que los manda, interpretado por Ramón Barea, chusco y bigotudo, ensaye su proclama patriota, pistola en mano, con ayuda del sargento (el actor Pepe Oliva). Todo ante las narices de un funcionario del servicio de espionaje, gordo y ganso -el papel de Pablo Pinedo-, que habla por teléfono con un amigo. El corto, realizado por jóvenes que no llegan a los 30 años, tiene la virtud de reflejar la mirada de una generación a la que todo aquello le suena a esperpento y cutrez. Expediente WC ha sido producido por Javier Martín, con guión del propio Arturo Ruiz. La inquietante música lleva la firma de Iván Ruiz.-