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Retratos de la crisis minera

Los mayores, jubilados tras décadas de penoso trabajo en Río Tinto Minera, mantienen que la crisis llegó a la faja pirítica onubense 'cuando se fueron los ingleses', aunque ya hace muchos años de eso (los británicos vendieron dos tercios de la sociedad a bancos españoles en 1954, forzados por la nacionalización impuesta por Franco) y, desde entonces, la explotación señera de la minería onubense ha producido miles de toneladas de cobre y ha superado muchos momentos amargos.

'En los últimos 150 años de historia de la minería metálica de la faja pirítica están documentadas entre 8 y 10 crisis, salimos mínimo a una cada 20 años', explica Honorio Quintana, presidente del Colegio de Ingenieros de Minas del Sur. Sin embargo, en esta ocasión apenas se ve luz al final del túnel, con cinco de las seis explotaciones al borde del colapso. Sólo las minas de hierro de Presur en Cala (Huelva) mantienen su actividad. Río Tinto y Minas de Almagrera (Calañas) acumulan deudas de más de 60 millones de euros cada una (10.000 millones de pesetas) y, como Filón Sur, Nueva Tharsis (Tharsis), o Aguas Teñidas (Almonaster la Real), tienen a sus plantillas en expediente de regulación de empleo.

Las grandes empresas prefieren países en los que haya costes laborales más bajos
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CASIANO PEÑA / Mina de Almagrera
LORENZO CABALLERO / Tharsis
JUAN PLUMA / Minas de Almagrera
RAMÓN RODRÍGUEZ / Filón Sur de Tharsis
RODRIGO BLANCO / Almagrera Navan

'Vamos a apoyar a las explotaciones que sean viables, para las que no lo sean trabajaremos en encontrar alternativas económicas', comenta el consejero de Empleo, José Antonio Viera. El foro de la minería andaluza, convocado tras las movilizaciones sindicales, acordó esta semana crear un grupo de trabajo para hacer un análisis definitivo sobre el futuro económico de estos yacimientos y tomar decisiones. En ese grupo de trabajo, además de Junta y Gobierno, participará también una consultora 'externa' a la Administración.

El desastre de Aznalcóllar (Sevilla) prendió la alarma en la cuenca minera onubense. El yacimiento que explotaba desde los años ochenta la multinacional Boliden Limited, aunque también estaba acusando el descenso del precio mundial de cinc, cobre y plomo que empezó a registrarse en la segunda mitad de los años noventa, presentaba aún un balance económico aseado. Una situación de privilegio que le había hecho plantearse explotar un segundo yacimiento, Los Frailes, junto al de Aznalcóllar.

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Pero en abril de 1998 cuando la inversión estaba hecha y se auguraba trabajo para al menos 15 años más, la balsa en la que almacenaban los residuos reventó, provocó un vertido tóxico en el valle del Guadiamar e hizo replantearse a los directivos suecos su permanencia en España. Con el coste económico del desastre, la apretada situación financiera de la multinacional y el continuo descenso de los precios, la suerte estaba echada: Boliden anunció ya hace un año que dejaba Aznalcóllar.

Desde entonces, los 425 trabajadores de Aznalcóllar comenzaron una campaña para que las administraciones tomaran algún tipo de medida para paliar su situación laboral (están ahora mismo en paro) y evitar así un impacto brutal en la economía de la comarca, muy dependiente de la mina. El plan de prejubilaciones y subsidios para los trabajadores de Boliden está todavía pendiente del visto bueno del Ministerio de Trabajo, pero el ejemplo de Aznalcóllar ha cundido.

En las explotaciones mineras metálicas onubenses (que concentran la mitad de la producción andaluza) trabajan 1.364 personas en puestos directos, unos 12.000 en empleos indirectos y, en total, unos 30.000 inducidos. Es decir, es la principal actividad económica de 16 localidades onubenses, que el 17 de enero ya se pusieron en huelga para exigir soluciones.Porque la situación es acuciante: según los cálculos de los sindicatos, 200 trabajadores han agotado ya sus prestaciones por desempleo al haber gastado los 24 meses de subsidio a los que tienen derecho en los últimos expedientes de regulación. Y otros 400 mineros entrarán en una situación similar antes del verano. Las prejubilaciones también se han convertido en un caballo de batalla en unas plantillas con una edad media laboral cercana a los 45 años.

La crisis minera no sólo se debe al descenso de los precios que, en el caso del cobre y del cinc, han vuelto al nivel de la primera mitad de los años ochenta. En los países desarrollados, la minería metálica presenta muchos problemas, por lo que las grandes empresas suelen preferir países con instituciones más débiles para evitar las exigencias medioambientales y tener costes laborales más bajos. Y, a diferencia de otros sectores, como el energético, no cuenta con grandes subvenciones.

A este marco desfavorable la cuenca minera onubense añade problemas propios. La mayoría de los yacimientos lleva muchos años en actividad y son a cielo abierto, por lo que el coste de extracción es cada vez mayor (mayor profundidad) y la ley (proporción de metal en la pirita) cada vez más pobre. Y, en los últimos años, ante la fuga de las multinacionales, algunos yacimientos han tenido que ser gestionados por los propios trabajadores (Río Tinto, Tharsis) o iniciativas locales, lo que se ha traducido en empresas con muy poco músculo para pelear en el mercado minero, lleno de multinacionales con un intenso respaldo financiero.

Lo que sigue habiendo en la faja pirítica es mineral; y el mineral metálico (a diferencia del carbón), aun con los precios a la baja, va a seguir teniendo mercado en las próximas décadas. Una circunstancia que explica que varias compañías se interesaran por las minas de Aznalcóllar, a pesar de su pésima situación económica, o que haya proyectos en marcha como el de Las Cruces (en Gerena, Sevilla) o el de Aguas Blancas (al sur de Badajoz).

'La salida de la crisis pasa por reorganizar las explotaciones, hacer un coto minero para que sea gestionado por alguna empresa grande y por una inyección de dinero público que permita incorporar innovaciones tecnológicas que vuelvan a hacer competitivos los yacimientos', mantiene el presidente del Colegio de Ingenieros de Minas del Sur.

El Colegio, junto a Junta y Gobierno, ensaya con una planta hidrometalúrgica que podría mejorar el rendimiento de los concentrados de pirita sucios (con metales muy mezclados), lo que junto a otras técnicas 'aumentaría los ingresos en un 15% o un 20% aun con los precios bajos'. Quintana estima que la puesta en marcha de esa planta requeriría de unos 60 millones de euros de inversión.

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