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INÉS ARGÜELLES | Gerente del Teatro Real

'Me conozco bastante bien el gallinero'

Esta madrileña de 53 años ha llegado al Teatro Real tras una sonada crisis en su cúpula directiva. Dicen que es de rompe y rasga, tras su aspecto de romper sólo los platos justos. Apasionada de la jardinería y la naturaleza, tiene un perro en Madrid y un equipo de gallinas en Asturias, que cría con su hermano. 'Sólo para comernos los huevos. Me divierte'.

Pregunta. ¿Usted, de música, ni idea?

Respuesta. Poquita idea.

P. Ya lo dijo el secretario de Estado. ¿Cómo va a estrenarse?

R. Hasta ahora he sido una simple aficionada. Digo poquita idea porque tengo que compararme con unos pesos muy pesados.

P. ¿Intimidada?

R. Nada. En absoluto.

P. A comerse el Real.

R. Bueno, yo creo que vamos a hacer un almuerzo compartido.

P. También dijo el secretario de Estado que usted era paciente e intachable en lo gerencial. ¿Y en lo demás?

R. Tengo alguna pequeña tacha. Pero muy pequeñita, y no la voy a confesar. Prefiero que la averigüe el público.

P. ¿Le pidió consejo a Cambreleng?

R. Ni se lo he pedido ni él me lo ha dado. Tuve con él una conversación muy cómoda, que fue un largo consejo práctico.

P. Él dijo que se iba porque un barco no puede tener dos capitanes. ¿Usted qué grado tendrá?

R. Es que no es una imagen que se acuerde con este modelo de Teatro Real. El modelo de gestión que se ha buscado es de coordinación. Esto no es un regimiento.

P. ¿Se ve de reinona madre por encima de las peleas?

R. Ni de reinona ni de madre.

P. Tras su acervo de intachable, paciente y tranquila, ¿hay algo que la despeine?

R. El viento.

P. Ser diplomática de carrera ¿le ayudará a evitar conflictos?

R. Ser diplomática, no. Saber encajar con un equipo, sí. La vida internacional, en la que algo tienen que ver los diplomáticos, está llena de conflictos, que ellos no consiguen evitar.

P. ¿Se consuela con Verdi, con Mozart, con Wagner o con ninguno de ellos?

R. Me consuelo con los tres, según mi estado emocional.

P. ¿Hay algún espectáculo que deba estar fuera del Real?

R. Establecer límites a lo que es arte es un error. El límite tiene que estar exclusivamente en la calidad.

P. ¿Es más fácil este puesto suyo o el que tenía en la secretaría general de la Casa del Rey?

R. Son plazas, cosos muy distintos. Y complicados, porque tienen una relevancia social distinta, pero ambos enormes.

P. ¿En la Zarzuela tenía que ser más mirada y modosita que cuando pasó por la Real Academia Española?

R. Hay que ser modoso siempre que uno puede estar expuesto. No como el Santísimo, pero expuesto. Y es más expuesta la Zarzuela.

P. ¿En cuál de los dos sitios cuidaba más las palabras?

R. Casi creo que en la Casa Real. En la Academia, las palabras tenían tan buenos cuidadores que no se fijaban en lo que yo decía.

P. ¿Y en cuál oyó más tacos?

R. Pues en ninguno oí muchos, pero por ahí se andarían.

P. ¿Es usted un poco silla inquieta?

R. Un poquito sí lo soy. Pero es que me lleva la carrera de un lado para otro. No es que yo me quiera mover.

P. ¿Comparte la frase de su antecesor de que para ser alguien en la sociedad madrileña hay que tener abono en el Real?

R. La verdad es que yo nunca hubiera expresado eso así. Imagino que él lo que quería subrayar era la relevancia del Teatro Real en la sociedad madrileña o española.

P. ¿Sacará al Real de las crónicas laborales, rosas, de tribunales y de sucesos?

R. Espero que sí, que no esté en crónicas tan especializadas como las que me está enumerando. Me gustaría que estuviera, y bien, claro, en las crónicas de cultura.

P. ¿Los gestores del Teatro dejarán de tirarse de los pelos?

R. Eso lo tengo clarísimo.

P. ¿Tiene ya preparados los modelitos y los perifollos para los estrenos?

R. Tengo que ir rápidamente a equiparme. Ahí soy muy deficiente.

P. ¿Conseguirá que el Real sea uno de los grandes escenarios de Europa?

R. Yo creo que lo conseguiremos, y lo quiero decir en plural, insistiendo mucho.

P. ¿Su nueva ocupación le hará abandonar la cría de gallinas?

R. No podré dedicarle mucho tiempo, pero es de lo que más me relaja, junto con cavar y podar.

P. ¿Cabe concluir que se conoce bien el gallinero?

R. Me lo conozco bastante bien.

P. Y no le tiene miedo.

R. No. Si no se les provoca, no hacen nada.

Inés Argüelles, fotografiada en el Teatro Real, dispuesta a cavar lo que haga falta.
Inés Argüelles, fotografiada en el Teatro Real, dispuesta a cavar lo que haga falta.BERNARDO PÉREZ

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