'El colapso hospitalario crece porque el PP se limita a facilitar el comercio sanitario'
P. ¿Por qué la gripe repercute en las urgencias?R. Porque están desmantelando la asistencia primaria y la gente acude directamente al hospital
Fernando Rizo tiene 50 años y desde hace 27 es enfermero del hospital Arnau de Vilanova de Valencia. Vecino de L'Eliana, casado y padre de una niña, ha desarrollado un intenso trabajo sindical en la Federación de Servicios Públicos de la UGT (www.fsp.es/pvalenciano).
Pregunta. ¿El libro de partes de su hospital es un libro de partes de guerra?
Respuesta. Efectivamente más que un libro de trabajo normal parece un libro de partes de guerra y lo lamentable es que no es un hecho aislado, sino que viene siendo así desde hace años. Por ejemplo, en el Arnau de Vilanova desde el año 1990 el personal que atiende los diez boxers de urgencias no ha aumentado, mientras que los ingresos se han triplicado. Ese desfase hace que se tengan que poner las camas en los pasillos, que haya enfermos en sillas, o sin acceso a oxígeno. Por falta de sitio se han tenido que atender infartos en el pasillo.
P. ¿El colapso es sólo consecuencia de la gripe como ha asegurado el consejero de Sanidad?
R. La presión actual sí que está causada por la gripe, pero esto se añade a la situación desbordada del resto del año en el que ya había camas en los pasillos.
P. ¿Y por qué una vulgar epidemia, como la gripe, repercute en las urgencias?
R. Por dos razones. Por un lado la gripe agrava la situación de las personas afectadas por una patología pulmonar y que necesitan acudir a un hospital. Pero también, porque falla la atención primaria. Se está desmantelando la atención primaria. Si hubiera una buena atención primaria se evitaría que muchos de estos pacientes llegaran a urgencias. Los profesionales de primaria tampoco dan abasto, la demora es terrible y entonces la gente acude directamente al hospital que, en principio, resulta más fácil, aunque, luego, el resultado es el colapso.
P. ¿Cómo repercute esto en las intervenciones quirúrgicas?
R. Cuando no hay camas en las unidades de cuidados intensivos, en previsión de que los pacientes que salen de quirófanos puedan necesitarlas, se opta por no intervenirlos. En estas situaciones de colapso, se retrasan las intervenciones programadas.
P. Lo cual también va en detrimento de la imagen de la sanidad pública.
R. Pero con todo, hay que decir que España tiene la tercera mejor sanidad pública del mundo, a pesar del Gobierno y gracias a sus profesionales, que están muy mal tratados por la Administración.
P. Pero muchas veces el paciente no lo percibe así.
R. Sí, porque el discurso que lanza el poder es muy narcótico: venden como panacea una sanidad privada que es un espejismo. En la privada una hostelería magnífica sustituye a lo que debe ser el verdadero objetivo, una asistencia sanitaria de calidad.
P. ¿Cuántas camas hacen faltan para lograr esa asistencia pública de calidad?
R. Para enfermos agudos, en la Comunidad Valenciana, hacen falta un 30% más, para crónicos se necesitarían unas seis mil más y habría que triplicar las de intensivos. Lo que está pasando es que muchas camas de crónicos se derivan a los centros privados o se obliga a las familias a hacerse cargo de los ancianos enfermos. Y esa falta de camas se intenta también camuflar con planes de choque que luego resultan absolutamente inútiles.
P. ¿Por qué?
R. Porque a pesar de todo el dinero que se ha dado a los hospitales privados, aún estamos peor que antes, en una situación de saturación absoluta y listas de espera tremendas en todos los niveles de atención.
P. ¿Los hospitales de crónicos no deberían actuar como colchón de los otros centros?
R. El Doctor Moliner, el antiguo Portaceli, es un buen ejemplo de lo que sucede. En ese hospital los contratos basura alcanzan al 50% de la plantilla. La gestión que se está llevando es una barbaridad: ahora se han cerrado cuarenta camas y como consecuencia, los hospitales de agudos no pueden enviar allí a sus enfermos crónicos, a pesar de que en el Doctor Moliner se les den altas más que discutibles, con circulares de la dirección diciendo que en camas aún calientes se ingresen a otros enfermos y mandando a casa a pacientes en situación muy precaria.
P. ¿Usted es de los que cree que se permite el deterioro de la sanidad pública para justificar la privatización?
R. Por supuesto. Están haciendo strip tease con la sanidad pública: van soltando prendas para dejarla desnuda e incluso, desmembrada.
P. El PP plantea que lo importante no es quién presta el servicio, sino cómo se presta.
R. Hablan mucho de pragmatismo y de déficit y en realidad lo único que hacen es articular el diálogo entre comerciantes. La sanidad es, por principio, deficitaria, siempre debemos aspirar a más. Comerciar con la salud es muy peligroso, nadie debería sacar beneficio de la enfermedad y del dolor ajeno.
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