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La Junta protegerá los humedales de Cádiz de las presiones urbanísticas

Medio Ambiente reintroducirá águilas imperiales y linces ibéricos

Las zonas húmedas de la provincia de Cádiz han sufrido una desecación sistemática en los últimos años y han desaparecido en un gran porcentaje ante las presiones e intereses económicas derivadas de los usos urbanísticos del suelo y de la distribución de los recursos hídricos. Para acabar con esta visión desarrollista, la Consejería de Medio Ambiente aplicará un grupo de medidas proteccionistas sobre estos parajes naturales de gran valor ecológico, a la par que reintroducirá en estos enclaves especies como las águilas imperiales y pescadoras y el lince ibérico, que antaño habitaron estos ecosistemas.

En la provincia de Cádiz hay 82 humedales, en los que se localizan 230 charcas. Se trata de la mayor concentración de estas zonas naturales en toda Andalucía, entre las que destacan el Parque Natural de la Bahía de Cádiz; las reservas naturales Lagunas de Cádiz; las marismas de los ríos Barbate, Guadalquivir, Palmones, y Guadiario; la Laguna de Tarelo y de los Tollos; la cola de los embalses de Bornos y Arcos, y las lagunas marítimas de Castilnovo y Trafalgar. Uno de cada tres enclaves húmedos se mantienen conservados, aunque el 56% han sufrido alguna transformación o alteración. Diez de los 82 se han degradado.

El delegado de Medio Ambiente en Cádiz, Sebastián Saucedo, informó de que su departamento protegerá estos enclaves gracias a una serie de actuaciones que recoge el Plan para la Conservación y el Uso Racional de los Humedales.

El objetivo es proteger estas zonas de los impactos que amenazan su conservación física, como la erosión del entorno, los vertidos de residuos sólidos, el drenado, los cultivos, los pesticidas o las urbanizaciones. Otras actuaciones tenderán a proteger los humedales de la regulación hídrica, la sobreexplotación de acuíferos y la utilización hidroeléctrica. Por último, diferentes equipos vigilarán las alteraciones de vegetación, la caza furtiva, la pesca o el marisquero incontrolado, la acuicultura intensiva o la instalación de tendidos eléctricos.

Asimismo, una de las bases de estos planes será reintroducir algunas especies que abandonaron este hábitat, como el águila pescadora para que anide en el embalse de Barbate. Medio Ambiente trasladará ejemplares jóvenes o crías de esta especie desde Finlandia. Técnicos de la consejería trabajarán en introducir el águila imperial y el lince ibérico, así como proteger las especies exóticas con un seguimiento de poblaciones del cangrejo rojo, el sapillo moteado, la salamandra, la carpa o el tritón.

El plan contempla también dotar a todos los humedales inventariados del grado de protección adecuado en función de sus valores ecológicos y del peligro potencial por los efectos perniciosos de la mano del hombre. 'Se trata de una actuación integral de estos ecosistemas para evitar su permanente degradación', dijo Saucedo.

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