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Reportaje:CON EL EURO EN EL BOLSILLO

El mayor impacto de la integración europea

Carlos Yárnoz

La llegada del euro a los bolsillos de los ciudadanos supone la mayor revolución monetaria de la historia del mundo moderno, como se repite insistentemente estas semanas. Pero, además, el definitivo paso de la Unión Económica y Monetaria (UEM) es un acto político que refleja la decisión de los Estados europeos de fortalecerse en su conjunto por encima de sus soberanías monetarias. Por eso, la llegada del euro será recordada como un trascendental acontecimiento económico y también como el mayor impacto de la integración europea sobre los ciudadanos.

Éste tendrá un efecto aún más positivo y necesario en estos momentos por coincidir en el tiempo con tres hechos que han llevado a la UE a su actual situación de incertidumbre: las consecuencias políticas y económicas de la ampliación al Este, la apertura de un gran debate entre los Quince sobre el futuro de la Unión y el frenazo al crecimiento agravado por los atentados del 11 de septiembre.

Pese a los vaivenes frente al dólar, los líderes de ambos lados del Atlántico sostienen que un euro estable es absolutamente necesario para la economía mundial
Pedro Solbes: 'El euro es ya una moneda de referencia en 50 países del mundo, pero aún debemos trabajar más para que su importancia aumente'

Pese a esta fase de incertidumbre, los europeos van a experimentar más que nunca a partir del 1 de enero la consecuencia tangible de pertenecer a la UE. Van a sustituir sus monedas nacionales, probablemente el símbolo más obvio de soberanía nacional, por otra que debe convertirse en el elemento básico de confianza de la Unión. Y también por el efecto político que supone que una comunidad de 300 millones de personas use la misma moneda por encima de fronteras, lenguas y culturas.

'Las grandes decisiones en política exterior tienen consecuencias económicas enormes y, por el contrario, la llegada del euro tendrá repercusiones políticas enormes', repite estos días el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi. 'En sí mismo, el euro será una especie de catalizador que impulsará una mayor unión política', afirma el presidente del Banco Central Europeo (BCE), el holandés Wim Duisenberg. 'El euro es ya un signo de identidad europea', concluye Pedro Solbes, comisario para Asuntos Económicos y Monetarios.

Recuerdos históricos

Para los españoles, la llegada del euro a sus bolsillos incluye dos recuerdos para la historia. En diciembre de 1995, los líderes europeos pactaron en Madrid que fuera euro el nombre de la moneda única. Ahora, la introducción de la moneda coincidirá con el inicio del semestre de la presidencia española.

Pero esa realidad era inimaginable hace muy pocos años. Al concluir la II Guerra Mundial, los líderes europeos pusieron en marcha la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, precisamente los dos productos que habían originado durante décadas los más graves conflictos en Europa. Seis años más tarde, en 1957, nacía la Comunidad Económica Europea.

El salto hacia objetivos más políticos fue posible en 1992 al aprobarse el Tratado de Maastricht, que incluyó la creación de una moneda única europea y de un BCE. Aceptaban así los dirigentes europeos que los Estados perderían en el futuro dos de sus símbolos más básicos: la moneda nacional y las competencias clave de los bancos nacionales.

Desde que en enero de 1999 se puso en marcha la tercera fase de la UEM, el BCE fija los tipos de interés y el cambio de la moneda con una autonomía total frente a los Gobiernos. Es esa tercera fase de la UEM la que ahora culmina con la llegada del euro. Hace tres años, 11 países (en 2001 se sumó Grecia) formaron la zona euro al adoptar la moneda única. Desde entonces, las monedas nacionales han funcionado como subdivisiones del euro.

Como toda iniciativa de gran envergadura en la UE, la del euro ha tenido un largo recorrido, concretamente de 30 años. Fue el luxemburgués Pierre Werner el que lanzó en 1970 la primera idea, recogida 20 años después por el francés Jacques Delors siendo presidente de la Comisión. Desde la llamada serpiente monetaria, pasando por el Sistema Monetario Europeo (SME) y hasta llegar primero al ecu (european currency unit) y ahora al euro, han transcurrido tres décadas.

Frente a su prolongada gestación, el proyecto ha sido el más deseado por los ciudadanos europeos. Seis de cada cuatro apoyan la llegada de la moneda única, y hasta los alemanes, los más reticentes a la desaparición de su poderoso marco, han roto la tendencia y ya son más del 50% los que están a favor.

Sólo tres años después desde su nacimiento, el euro es ya la segunda moneda del mundo, por encima del yen, y es equiparable al dólar en emisión de obligaciones. Rusia y China ya han comunicado a Bruselas su intención de contar con una moneda de referencia para contrarrestar la polarización originada con el dólar.

'De una u otra forma, el euro es ya una moneda de referencia en 50 países en el mundo', afirma el comisario Pedro Solbes. 'Para el comercio de los países de la Unión, un tercio del mundial, es la moneda clave, pero aún debemos trabajar más para que su papel aumente y esperamos conseguirlo a medida que aumente su conocimiento y credibilidad', añade Solbes.

No es extraño, a la vista de lo que se avecinaba, que desde Washington se haya seguido con recelo y hasta con temor todo el proceso de creación de una moneda única europea que podía acabar perjudicando los intereses norteamericanos. 'En Estados Unidos hemos percibido una gran desconfianza sobre la capacidad de Europa de poner en marcha una moneda única, pero esa situación ha cambiado, y hoy se acepta que el euro es ya una realidad y que será positivo para la estabilidad del sistema financiero internacional', reconoce Solbes.

Hoy, pese a las dificultades que pueden presentarse y a los disgustos por los vaivenes del euro frente al dólar, los líderes de ambos lados del Atlántico sostienen que un euro estable es absolutamente necesario para la economía mundial. En los próximos meses, Europa crecerá más que Estados Unidos, aunque los dirigentes europeos reconocen la incapacidad europea para sustituir a la locomotora americana. La creación de una dinámica favorable para el crecimiento y el empleo, cuando los mayores esfuerzos se centran en controlar la inflación y el déficit, y la eliminación de obstáculos a la integración de los mercados financieros son dos de las asignaturas pendientes.

La cumbre europea de Barcelona, prevista para los días 15 y 16 de marzo, será una de las principales citas de los Quince para impulsar esas asignaturas pendientes. Allí, los jefes de Estado y de Gobierno harán su primer balance solemne sobre la introducción del euro, pero sobre todo intentarán lanzar un proceso cuya meta ya está fijada: convertir a la UE en 2010 en la zona económica más competitiva del mundo. Y el euro se ha convertido ya en un elemento clave para alcanzar el objetivo.

Primer sello español en euros, por valor de 0,25. El grabado es el logro de la presidencia española, que se extenderá durante el primer semestre de 2001.
Primer sello español en euros, por valor de 0,25. El grabado es el logro de la presidencia española, que se extenderá durante el primer semestre de 2001.REUTERS

Las ventajas del euro para los ciudadanos

LAS VENTAJAS GLOBALES más destacadas del euro para la economía europea son la creación de una estructura política económica más favorable al crecimiento, su contribución al robustecimiento de la economía europea y el impacto de la moneda única en los mercados financieros. Desde su nacimiento hace dos años, la moneda europea irrumpió como una de las monedas principales en los mercados de divisas frente al dólar y el yen. Para el ciudadano europeo, la llegada del euro llevará aparejadas otras ventajas: menores gastos de cambio, fácil comparación de precios en toda la UE, reducción de comisiones bancarias en transferencias internacionales, equiparación de tipos de interés o mayor seguridad en inversiones a largo plazo. Hoy, como suele recordar el comisario Solbes, un español que visite los 15 países de la UE con 100.000 pesetas y las vaya cambiando en cada etapa de su viaje se encontrará al final que las comisiones se han llevado casi la mitad de su dinero. A partir de pasado mañana, nada de eso ocurrirá. Sin embargo, a unas horas de que la moneda única llegue a los bolsillos de los europeos, la Comisión Europea sigue con preocupación el posible impacto psicológico que tendrá en los consumidores ese acontecimiento. Porque, aunque los ciudadanos 'se han preparado bien en términos generales', afirma Bruselas, todavía más de la mitad desconoce, por ejemplo, hasta qué fecha podrá seguir usando legalmente sus monedas nacionales (en España, hasta el 28 de febrero). Mayor preocupación, no obstante, existe sobre el peligro de que el redondeo de precios en productos de primera necesidad acabe influyendo negativamente en la inflación. Por eso, la Comisión Europea ha exigido a los Gobiernos que aumenten al máximo la vigilancia para evitar abusos, especialmente en pequeñas localidades donde la competencia es muy baja o inexistente.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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