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Una obra de 600.000 millones para sólo 15 años

Vicente G. Olaya

En julio de 1999, en pleno caos aéreo, el entonces ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, anunció que tenía ya los planos del nuevo aeropuerto de Barajas, una ampliación a cuatro pistas del que existía en ese momento, de sólo dos. Ésta era, según el Gobierno de José María Aznar, la única solución para poner fin al desbarajuste aéreo que se sufría en aquel año. Era la segunda vez que se intentaba ampliar el aeropuerto madrileño, ya que en 1992 el PSOE, entonces en el Gobierno, presentó un primer proyecto que nunca llegó a realizarse.

Arias-Salgado anunció un nuevo aeropuerto con capacidad para 120 movimientos a la hora (frente a los 75 actuales) y que atendiese a más de 120 millones de pasajeros al año. Las futuras instalaciones, a las que ahora ha dado su visto bueno Medio Ambiente, incluyen la construcción de dos nuevas pistas, cuatro en total, que serán paralelas dos a dos. De ellas, dos se dedicarán a despegues, y las otras, a aterrizajes, lo que permitirá operaciones independientes. Barajas se convertirá así en uno de los aeropuertos con mayor capacidad de Europa. Además de las pistas, se prevé construir un nuevo edificio terminal para pasajeros, con edificios satélites contectados entre sí mediante un tren eléctrico o people mover.

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El coste de la ampliación rozará los 300.000 millones de pesetas, si bien las inversiones realizadas en toda la infraestructura aeronaútica en los últimos años superan los 600.000 millones (aparcamientos de aeronaves, nuevas vías de acceso...)

Pero todo esto dejará de ser útil en 2015, fecha en la que está previsto que se abra un nuevo aeropuerto en el municipio de Campo Real, donde la Comunidad quiere llevar el futuro aeropuerto internacional.

Ocho pistas

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El Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón sueña con un aeropuerto de ocho pistas y preparado para recibir a más de 100 millones de pasajeros al año. Pero aún no han comenzado los trabajos. El nuevo aeropuerto de Munich tardó en construirse 28 años; Berlín, 16; Sidney (Australia), 15, y Seattle (Estados Unidos), 11. Pero la Comunidad está dispuesta a construir Campo Real en un tiempo récord, entre cinco y ocho años.

En una ocasión, cuando a Ruiz-Gallardón se le espetó que sus cálculos eran demasiado optimistas, respondió: 'Cuando nos tachaban de ilusos por pretender hacer 24 kilómetros de metro en cuatro años y dijeron que era imposible, porque no se había hecho en ningún lugar del mundo, nosotros hicimos 55 kilómetros. Al final, si existe la necesidad, se hará'. Ahora sólo falta que Fomento esté dispuesto a deshacer una inversión de 600.000 millones para volver a levantarla en Campo Real.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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