Castañas en 'primavera'
Otoño tras otoño, las castañeras contribuyen a mantener una entrañable y sabrosa tradición
La inusual bonanza meteorológica que vive casi toda Europa -en Cataluña, el mes pasado se registraron las temperaturas más altas en los últimos 50 años en un mes de octubre y la gente todavía se baña en algunas playas- no ha sido obstáculo ni impedimento para que, como cada año por estas fechas, puntuales a su cita, las ciudades hayan visto reaparecer los pequeños tenderetes y quioscos de venta de castañas y boniatos asados.
La tradición de la castañera -la entrañable figura de una mujer mayor, muy abrigada y a veces enlutada, fielmente retratada en el siglo pasado en las historietas del singular y desaparecido TBO- se mantiene cuando ya hace 10 meses que hemos entrado en el tercer milenio. Pero su aspecto ha variado sensiblemente, como muestra la imagen de la joven castañera de la fotografía que ayer fue tomada en Barcelona. Los hábitos se mantienen y lo único que cambia es la indumentaria. Y este año, las temperaturas. Muy cerca de donde la castañera asaba boniatos, en las playas de la Barceloneta y la Mar Bella, muchos ciudadanos tomaban el sol y algunos incluso se zambullían en el agua.
La tradición también se mantuvo en los cementerios. Más de 100.000 personas acudieron a los cementerios de Barcelona a depositar flores sobre las tumbas de sus difuntos.
