Lola Herrera vuelve a protagonizar 'Cinco horas con Mario'
La actriz regresa a la obra de Delibes 22 años después con una versión menos dramática
Carmen Sotillo, protagonista del monólogo de Miguel Delibes Cinco horas con Mario, estaba arrebatando la personalidad a quien le daba vida en el teatro, Lola Herrera. Así que en 1989, tras 10 años de función con alguna pausa, la actriz abandonó por prescripción médica las representaciones. La actriz vuelve ahora con una versión menos dramática de la obra, que se estrenó el pasado sábado en Valladolid y que, tras pasar por Castilla y León, viajará a Cataluña.
Corría el año 1979 cuando por primera vez un texto de Miguel Delibes se llevó al teatro. Se trataba de Cinco horas con Mario, que supuso el debú en la dirección de Josefina Molina y de José Sámano en la producción. 'Yo tuve la suerte de convertirme en Carmen -la protagonista-, después de que cinco actrices dijeron que no', cuenta Lola Herrera. La actriz se apasionó por el papel: 'Tenía la intuición de que algo grande me iba a pasar con ello'. Y así fue. La obra tuvo un rotundo éxito hasta que dejó de interpretarla, ya que el personaje le dejaba 'sin energía'. Pese a todo ella sabía que retomaría el papel y así ha sido a pesar de sus primeras reticencias. 'Yo me encontraba mayor para hacer de Carmen Sotillo, pero Delibes escribió a Sámano una tarjeta en la que decía que estaba bien para hacer el papel, que por lo menos los viejos todavía me veían joven y poco a poco me fui animando'.En esta temporada 2001-2002 llegarán a los escenarios las tres adaptaciones teatrales que hay de novelas de Miguel Delibes: Cinco horas con Mario, Las guerras de nuestros antepasados y La hoja roja. Un ambicioso proyecto en el que 'mediante un sistema de representaciones en un corto espacio de tiempo, se podrán ver las tres obras en una misma ciudad. Es la primera vez, que yo sepa, que se hace algo así en España con un autor vivo', afirma el productor de las tres adaptaciones.
La trilogía teatral cuenta con el apoyo de la Junta de Castilla y León, que ha subvencionado su gira por ciudades y pueblos de su comunidad. Sámano no descarta volver a representar la obra en muchas de estas localidades, pues en todas, salvo en Valladolid y Ávila, la obra se representa sólo un día y son muchos los que se van a quedar sin verla. 'Voy por la calle y la gente me dice 'he querido ir a verte y no quedan entradas', se lamenta la actriz.
Miguel Delibes también se encuentra satisfecho con la acogida del público y lo ha manifestado por escrito a este periódico: 'En principio no me pareció mal y después de la reposición lo considero un acierto. Las cuatro representaciones en Valladolid han sido a teatro lleno, 1.200 localidades. Y, cosa curiosa, aproximadamente la mitad de los espectadores eran jóvenes entre 15 y 25 años, que desconocían la obra, y la otra mitad gente madura que acudía al teatro a ver a la actriz por tercera, cuarta o quinta vez, una especie de rito'. El escritor se deshace en elogios hacia Lola Herrera: 'Es una gran actriz y las grandes actrices no tienen edad. Lo que importa en ellas es su maña para llevar los años, su talento y su capacidad para emocionar, que, en este caso, no sólo persisten, sino que han aumentado. La única diferencia que encontré entre su debú en 1979 y su última representación no fue su edad sino la mía; era yo -¡ay!- el que había envejecido, pero el placer de escucharla me rejuveneció'.
Han pasado 12 años desde la última función y la directora de la obra, Josefina Molina, decidió modificar algunas partes. 'Se han sacado cosas del libro y se han metido otras, haciéndola más actual', cuenta Herrera. También ella ha cambiado su interpretación de Carmen, una mujer de clase media alta con delirios de grandeza que vela a Mario, su marido muerto, con un monólogo que pone de manifiesto la incomunicación en la pareja. 'Ahora siento la pérdida del marido con distanciamiento y crítica', porque 'la otra vez me pasaba de drama, había demasiado dolor en todo, mis propios problemas salieron por ahí'.
Babelia
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