Desalojado por Emvisesa
Ya soy un desalojado más del sevillano barrio de San Luis gracias a la especulación desatada por el Plan URBAN. Pero a mí quien me ha echado no ha sido el típico propietario particular con pocos escrúpulos y buenos contactos, sino la empresa municipal de vivienda, Emvisesa, dependiente de la Gerencia de Urbanismo.
Hasta mi desalojo, el pasado 31 de julio, trabajaba en el taller donde llevaba 30 años, situado en el corralón de la calle San Luis, 70, con mis papeles en regla, pagando mis impuestos, etc. Pero mi destino cambió cuando la parcela fue comprada por un constructor que al mes ya se la había revendido a Emvisesa, pero por el triple de lo que él había pagado. Vamos, un negocio redondo, pero no precisamente para 'lo público'...
Y, como con el resto de los talleres del corralón, Envisesa pretendió echarme sin derecho a nada. Y por la vía judicial: que si tenía el taller arrendado, que si no estaba allí trabajando... Sin autorizarlo el juez me tapiaron el acceso a la calle San Luis, por donde podían entrar las máquinas de Sevillana que reparábamos, obligándome así a usar un acceso secundario de 1,60 metros de ancho, lo que me dificultó enormemente desarrollar mi trabajo.
Seguí aguantando como pude pero decidí denunciar la injusta situación en el juzgado. La primera en la frente: me obligaban a pagar 470.000 pesetas por la tapia y me rescinden el contrato, y todo por atreverme a defender mis derechos. Recurro a la Audiencia y los jueces se ponen de parte de Envisesa sin entrar a considerar las pruebas que yo aportaba, y sin acceder a realizar la inspección ocular que solicité. Desesperado, pido amparo al Constitucional, que ni me escucha. Y para culminar la pesadilla llega el desalojo, en el que me parten dos tornos y me embargan el resto de mis herramientas. En fin, que estoy en la calle y he dejado de creer en la justicia.
El día del desalojo tuve que aguantar, encima, que los de Envisesa dijeran que no sabían a qué venían mis quejas y las protestas de mis convecinos allí concentrados, ya que 'me estaban haciendo un favor'. No consigo entender qué favor es que a uno lo desalojen y lo dejen en paro, aunque es verdad que podría haber sido aún peor si, además de los tornos, mandan a alguien a que me parta las piernas. Muchas gracias Envisesa.
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