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BALONCESTO | Comienza la Liga ACB

Los extranjeros no paran de crecer

Pese a los esfuerzos de la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP) y de la Federación Española, el número de extranjeros en la Liga ACB sigue creciendo temporada a temporada. La que hoy empieza no es una excepción. El pasado año, 69 de los 195 jugadores que iniciaron la Liga eran foráneos; 36 lo hicieron como extranjeros propiamente dichos, y 33 con licencia de comunitarios, incluidos los seis nacidos en países que no pertenecen a la Unión Europea, pero con la que sí mantienen diversos convenios de asociación. Eran los famosos comunitarios B.

Este año ya no se admite esa figura, y sin embargo el número de jugadores que no han nacido en España ha vuelto a crecer. Son 75 los que hoy empezarán la Liga. Como en la ley de vasos comunicantes, a la vez que los extranjeros aumentan, los nacionales disminuyen. Por los 126 jugadores con ficha española que el año pasado arrancaron el campeonato, este año son 123.

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Por más que los clubes españoles tengan vedadas las licencias que sí se permiten sus colegas de prácticamente el resto de las ligas europeas, donde la apertura de fronteras es una realidad sin apenas excepciones, el goteo de bases, aleros y pívots nacidos allende fronteras aumenta lenta pero progresivamente. Y no tiene visos de detenerse, por más que ABP y Federación lo intenten.

El último asalto tuvo lugar durante el pasado mes de julio, acabado ya el campeonato. Las reuniones entre los dos organismos citados y la ACB se sucedieron un día sí y otro también, siempre sin éxito. Los clubes proponían que las plantillas pudieran estar compuestas por cinco jugadores españoles, dos extranjeros y cinco europeos, sin distinción entre los que fueran comunitarios y los que no. Enfrente, la ABP defendió desde el principio el cumplimiento del actual convenio, en vigor hasta 2004. A saber: sólo dos extranjeros, incluyendo en el cupo a los comunitarios B. La ACB contraofertó garantizando un mínimo de seis plazas nacionales por equipo, más otra ficha para jugadores que no hubiesen llegado a la edad senior. A la Federación no le disgustó, pero la ABP no pasó por el aro e impuso su tesis. Sólo dos extranjeros, y las otras diez fichas a repartir entre nacionales y comunitarios. Que se les cierra las puertas a los comunitarios B, pues se las abrimos a los A, debieron decirse los clubes.

Caja San Fernando, Joventut, Pamesa y Unicaja son el mejor ejemplo de la política de fichajes que se ha impuesto este verano entre los clubes de la zona media que aspiran a destronar algún día a Madrid y Barcelona. Fuera españoles para hacer sitio a los nacidos en los Quince. El Joventut ha pasado de seis nacionales a cuatro, y de dos comunitarios a cuatro; el Pamesa de ocho a seis, y de uno a tres; el Caja San Fernando de cinco a cuatro, y de dos a cinco; y el Unicaja de seis a cuatro y de cuatro a cinco. Eso sí, los cuatro sólo tienen dos extranjeros.

Un dato más. De los 39 comunitarios inscritos, 24 lo son en virtud de una doble nacionalidad después de haber nacido, la mayoría, en EE UU o Yugoslavia.

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