Un paseo por los tesoros del pasado

'Alicante jugó un papel primordial en la antigüedad', asegura el profesor Mauro Hernández, comisario de la exposición Y acumularon tesoros. Mil años de historia en nuestras tierras, que hoy se inaugura en el Marq (Museo Arqueológico de Alicante). Mientras en el Mediterráneo Oriental y en el Próximo Oriente, durante el segundo milenio antes de Cristo, conocían la escritura y las civilizaciones de Egipto, Creta y Micenas dominaban la ciencia y el comercio, en estas latitudes se desarrollaba la Edad del Bronce, un período de importantes avances técnicos, sociales y económicos, que son la antesala de la escritura.

En la Península Ibérica destacan las culturas de El Argar y el Bronce Valenciano. Las actuales tierras murcianas se integraron en el Bronce Argárico que se extendió por las comarcas alicantinas de La Vega Baja, Baix Vinalopó, y alcanzó hasta la Illeta del Banyets de la Reina de El Campello (L'Alacantí), que se ha convertido en el yacimiento más septentrional de esta cultura en la costa, en el que la Diputación de Alicante trabaja para convertir en un museo el yacimiento y su posterior apertura al público.

La posición geográfica y estratégica de Alicante convirtió a esta zona en lugar de paso, cruce de caminos y de culturas. Por sus costas llegaron los primeros navegantes del Mediterráneo que trajeron los 'sobresalientes' avances técnicos, recalca el catedrático de Prehistoria en la Universidad de Alicante Mauro Hernández.

Así, en los yacimientos alicantinos proliferan gran cantidad de tesoros de incalculable valor. La exposición que se inaugura hoy, y se podrá visitar hasta el próximo 28 de octubre con entrada gratuita para todo el público, reúne los restos arqueológicos derivados de los cambios ambientales, tecnológicos, sociales e ideológicos producidos en la Edad del Bronce, entre el año 2000 antes de Cristo y el 800 a.C.

El principal atractivo de la exposición son, sin duda alguna, los tesoros, y en especial la répicla del Tesoro de Villena, del que se ofrece una visión diferente a la tradicional. 'Este tesoro articula la muestra, vemos el valor de cada pieza y no el conjunto como se hacía hasta ahora', explica Hernández, quien recuerda cómo el arqueólogo José María Soler mostraba el tesoro siempre en su conjunto, y dentro de una vitrina, sin detenerse en la importancia que las pulseras, joyas, botellas y vasos tienen por separado.

En la exposición Y acumularon tesoros también se pueden contemplar restos de las especies vegetales cultivadas en aquella época, como el trigo o la cebada y las que formaban parte de la recolección, como las bellotas. Es curioso contemplar una quesera de bronce que se utilizaba para cuajar la leche y hacer queso fresco, o los ritos y dibujos que sobre las rocas hacía el hombre prehistórico para invocar precipitaciones.

Los restos de animales domésticos, como ovejas, cabras, bueyes, perros, cerdos y caballos, así como las primeras piezas de instrumentos para la fabricación de telas y la confección de vestidos, con pesas de telar de barro cocido o bobinas de hilo carbonizadas, introducen un importante valor añadido a esta exposición, porque permiten conocer los hábitos, costumbres y modos de vida de las culturas de aquella época.

Sin duda, la actividad metálúrgica es la principal protagonista en estos mil años de historia, y en la muestra tienen un lugar destaco la extracción y procesado de los minerales en bruto, hasta la fabricacion de piezas en forma de manos, yunques, crisoles y moldes de piedra, utilizados para elaborar hachas, punzones o espadas.

Entre las piezas que se exponen en el Marq figura el casco de plata de las Coves de Vinromà, que es una 'excepcional muestra' de orfebrería del Bronce final. Según el profesor Mauro Hernández, el 80% de las piezas que integran la muestra es la primera vez que están en Alicante y resalta la colaboración de 20 museos que han cedido parte de sus colecciones.