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El jazz elegante de Diana Krall se llena de aromas de 'bossa nova'

La pianista y cantante canadiense presentó su nuevo álbum en Lisboa

Con su poderosa y sensual voz, la pianista y cantante canadiense Diana Krall presentó el pasado viernes en Lisboa su nuevo álbum, The look of love, una deliciosa colección de baladas, algunas de ellas con toques de bossa nova.

Producido por el presidente del Verve Music Group, Tommy LiPuma, y con la participación de la London Symphony Orchestra bajo la dirección y arreglos del legendario Claus Ogerman, The look of love, que mañana se pone a la venta en España, nos recuerda algunos clásicos entonados por Sinatra, Nat King Cole o Julie London como S'Wonderful, de los hermanos Gershwin, I remember you, Cry me a river o un Bésame mucho cantado en español.

Ganadora de un Grammy en 1999 y primera artista de jazz que en los últimos 25 años fue nominada a la categoría de disco del año, Krall explica que su nuevo álbum, el sexto de su carrera, contiene 'nuevas canciones, nuevos arreglos, nueva banda y un trabajo de corazón'. La cantante se resiste en principio a pronunciarse sobre si la nueva generación de la que forma parte, junto a Cassandra Wilson, Patricia Barber o Jane Monheit, ha recuperado el pasado esplendor del jazz. No obstante, reconoce que Diane Schuur 'ha contribuido sin ninguna duda a la recuperación de ese esplendor. Gracias a ella somos ahora más conscientes de lo que es el jazz, y eso ha servido para conocer e impulsar a grandes músicos e intérpretes. Gracias a ella, el jazz ha recuperado la popularidad de las viejas épocas'.

Diana Krall confiesa que The look of love contiene influencias de su juventud, sus fuentes de inspiración musical y una mezcla de suaves ritmos brasileños: 'Siempre he adorado la fusión del jazz con ritmos brasileños y latinos; es una mezcla muy bonita, muy elegante'. En el disco canta Bésame mucho en español, ¿por qué? 'Me encanta esta canción, y me parecía que la traducción no le hacía justicia. No me sentía a gusto cantándola en inglés, y por eso me atreví con el español, intentando superar la vergüenza que me daba; la lengua española es muy sensual y tiene una gran musicalidad'.

La cantante canadiense reconoce que sus viejos ídolos siguen siendo su fuente de inspiración: 'Me he pasado la vida escuchando a Sinatra, Nat King Cole o Carmen McRae; me paso la vida oyendo música; oigo tanta que sería muy difícil explicar cuáles son mis nuevas preferencias. Sinatra o Nat King Cole siguen muy presentes en mi vida, y lo están en este álbum, aunque aquí también han llegado las influencias de Jobim, João Gilberto o José Feliciano, un gran músico y una gran voz'.

El fenómeno Krall ha contado también con el apoyo de un grupo de celebridades como Harrison Ford, Robert de Niro, Elton John y el propio Sting, que han declarado en público su admiración por la rubia canadiense. Su música ha aparecido en un buen número de películas, y esa faceta ha impulsado enormemente su carrera. Diana Krall explica: 'evidentemente los trabajos en el cine me han ayudado mucho; he tenido la suerte de presentar algunos temas en varias películas, como en The score, con Robert de Niro y Marlon Brando, que acaba de presentarse en Londres, o en Ejecución inminente, de Clint Eastwood. Pero hay muchas más en proyecto, sin contar las del pasado'. 'Creo', dice, 'que ha sido una buena combinación de mi capacidad como artista y buenas dosis de oportunidad y suerte. Por tanto, tengo claro que seguiré colaborando en este tipo de trabajos siempre que sean proyectos con un cierto nivel'.

Diana Krall no tiene miedo a interpretar viejos clásicos, y compone con frecuencia. 'Por el momento', cuenta, 'estoy haciendo todo de la forma más honrada que puedo: canto, toco el piano, escribo arreglos y dirijo mi banda; además, existen grandes nombres, como Sinatra o Tonny Bennet, que se dedicaron fundamentalmente a cantar viejas canciones'.

La gran revelación de los noventa se ha convertido ya en un clamoroso éxito, aunque se resista a reconocerlo por una prudente dosis de humildad. Los datos hablan por sí mismos. Diana Krall ha presentado su nuevo disco en Singapur, Japón, Londres, París y Lisboa, y el próximo mes lo hará en Madrid. Le espera una gira por Canadá, nuevas presentaciones por Europa, varios especiales de televisión, el Olimpia de París y un pequeño descanso por Navidad.

Los anuncios y las luces de Times Square han dejado paso a los carteles de solidaridad con las víctimas y las banderas.
Los anuncios y las luces de Times Square han dejado paso a los carteles de solidaridad con las víctimas y las banderas.AP

Una voz negra

Dotada de una prodigiosa voz negra, rasgada o aterciopelada a su antojo, esta elegante rubia de piel blanca comenzó a tocar el piano a los cuatro años y a los quince ya interpretaba clásicos del jazz en los cafés. Poco más tarde ganó una beca para la prestigiosa Berklee School of Music, donde estudió durante dos años, hasta su traslado a Los Ángeles, donde iniciaría su carrera. Su primer disco, Stepping out, de 1993, ya hacía presagiar un prometedor futuro. A partir de ahí cayó en las manos del productor Tommy LiPumma, con quien ha mantenido desde 1995 una duradera y provechosa relación musical. All for you, un tributo a Nat King Cole en 1996, la convirtió en una gran intérprete, y When a look in your eyes, en 1999, la lanzó al estrellato. El viernes se presentó en Lisboa. Con un ajustado vestido negro, tacón alto y una exuberante melena rubia, Diana Krall (Nanaimo, Canadá, 1962) ofreció en el teatro Tívoli un concierto organizado por su discográfica (Universal) y una cadena privada de televisión. Acompañada sólo de una guitarra acústica, contrabajo y percusión, ofreció treinta minutos de un jazz sofisticado y limpio, una voz sensual y un travieso virtuosismo al piano.

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