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Crónica
Texto informativo con interpretación

Laiseka corona al ciclismo español

El triunfo del corredor del equipo Euskaltel salva el Tour para un pelotón español masivo, pero secundario, que coloca a Óscar Sevilla con el 'maillot' de mejor menor de 25 años y al Kelme y al ONCE como aspirantes al triunfo por conjuntos

Carlos Arribas

El insolente Óscar Sevilla terminará con el maillot blanco de mejor joven; el regular Joseba Beloki subirá, probablemente, por segundo año consecutivo al tercer escalón del podio de los Campos Elíseos; el Kelme y el ONCE-Eroski se jugarán la última semana, a partir de mañana (hoy es día de descanso), la clasificación general por equipos; Chechu Rubiera y Roberto Heras han sido los mejores ayudantes con los que podía soñar Lance Armstrong para ganar su tercer Tour consecutivo. El ciclismo español está teniendo una presencia masiva este Tour 2001. Masiva, pero secundaria. Desde el primer repecho del primer puerto, desde Alpe d'Huez, hace ya una semana, el Tour, la victoria final en la grande boucle dejó de ser un asunto al alcance de un ciclista español. La carrera quedó tan definida, con una jerarquía tan establecida como inmutable, un orden casi divino Armstrong-Ullrich-Beloki, que corría peligro de dejar un recuerdo demasiado agridulce. La victoria de Roberto Laiseka en la cumbre de Luz Ardiden llegó ayer como un acto de justicia, una justificación para tanta ilusión como el ciclismo español había invertido en el Tour.

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Ganó Laiseka y ganó en Luz Ardiden, dos datos que no son anecdóticos. El veterano ciclista de Gernika personifica en su delgada figura la evolución de un equipo, el Euskadi, desde la fase de sueño utópico a la de realidad con peso tangible en el ciclismo mundial en siete años. Ganó en Luz Ardiden, quizás la cima más española de todo el Tour, y no sólo porque su cercanía a la frontera y su facilidad de acceso, y su disputa en domingo, permitió ayer que una afición ilusionada y feliz la tomara al asalto, sino porque allí mismo donde ganó Laiseka, allí mismo donde Laiseka, joven cunetero, animoso hincha de ciclistas, vio pasar a Indurain hace 11 años camino de derrotar a Greg LeMond vestido de arcoiris, allí mismo, también, en 1985, el año que se subió por primera vez, ganó Perico Delgado, y también allí, en 1988, el año del Tour de Perico, también ganó, fugado desde lejos, otro fino escalador, el bejarano, como Heras, Laudelino Cubino. Y ayer, cuando más lo necesitaba, Luz Ardiden volvió a ser generoso con el ciclismo español.

Roberto Laiseka alza los brazos al cruzar la línea de meta de Luz Ardiden.
Roberto Laiseka alza los brazos al cruzar la línea de meta de Luz Ardiden.AP
Laiseka se saluda con Armstrong en el podio
Laiseka se saluda con Armstrong en el podioASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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