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Reportaje:

¿Dónde está María Teresa?

Se cumplen 10 meses de la desaparición de una chica de Motril cuando iba a encontrarse con su novio

Llamadas telefónicas a media noche, bromas macabras, videntes con ansia de sacar tajada, pistas falsas, insomnio, tristeza y, muy a menudo, desesperación. Esta es la mayor parte de la vida de los padres de María Teresa Fernández desaparecida el 18 de agosto pasado. Hace más de diez meses que esta joven de 19 años, una noche, desapareció en Motril (Granada) mientras iba en busca del autobús para recoger a su novio en su lugar de trabajo.

Un escueto mensaje escrito desde su móvil al de su compañero es la última pista que se tiene de ella. 'Quizás tarde, pero espérame, que voy', son las palabras que los amigos, los vecinos, la policía y, sobre todo, sus familiares más cercanos han analizado hasta la extenuación.

La policía de Motril, apoyada por un grupo especial criminalista de Madrid, que acudió por petición expresa del presidente del Gobierno, ha manifestado hasta ahora que no hay pistas, aunque desde el primer momento se investiga a todas las personas próximas a la joven, en especial su círculo de amigos. La hipótesis que sigue la investigación es que María Teresa se entretuvo en su camino porque se encontró con alguien conocido.

Hace algo más de un mes, sus padres, Teresa y Antonio, recibieron una llamada de una mujer 'con acento andaluz y de mediana edad' que aseguraba conocer el desenlace, motivo por el que, explicó, no había podido volver a dormir. Pero la comunicación de cortó repentinamente y no se ha podido saber nada más sobre esta pista. La familia no sabe si las palabras de la mujer fueron sinceras o son otra broma como las que reciben frecuentemente y a las que ya están acostumbrados.

Por si acaso, a la entrada de Motril se ha instalado una pancarta muy grande en la que se lee: ¿Dónde está María Teresa? Basta ya. Di lo que sepas. Tu silencio te hace cómplice'.

La familia ofrece una recompensa de 4,5 millones de pesetas, de los que 1,8 millones son una aportación de la Asociación Andrea Lara de Argentina. 'Viva o muerta pero con Teresa delante' es la condición que su padre pone para desembolsar el dinero. En busca de esta compensación y de otros réditos adicionales han acudido y acuden a diario muchas personas que aseguran a la familia saber adónde está su hija mediante la adivinación o porque la han visto. 'Ya hemos dado mucho dinero a cantamañanas que no han hecho más que aumentar nuestra frustración', afirma Teresa cuando recuerda los engaños que habsufrido.

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Los padres descartan la posibilidad de que María Teresa haya huido ya que, explican, el día de su desaparición no estuvieron en su casa. 'Ella podría haber preparado algo para llevarse y no lo hizo'. Por el contrario, dejó 40.000 pesetas en efectivo que tenía ahorradas, su tarjeta de crédito y toda su ropa y resto de pertenencias. También abandonó a sus dos hermanas mayores con las que 'mantenía una relación muy estrecha'.

Los habitantes de Motril, un pueblo con 50.000 personas, y los compañeros de María Teresa del Instituto Francisco Javier de Burgos, han respondido a casi todas las convocatorias de protesta o de ayuda para realizar búsquedas en la zona. Las calles, los comercios y el mobiliario urbano están llenos de fotos de la desaparecida, y la gente lleva lazos naranjas en señal de solidaridad con la familia. La desaparecida tiene su propia página en internet (www.galeon.com/terefdez) donde se pueden ver sus fotografías y se da a conocer el número de contacto: 958 82 54 26.

Antonio y Teresa, los padres de la joven desaparecida, el viernes en su casa de Motril.
Antonio y Teresa, los padres de la joven desaparecida, el viernes en su casa de Motril.JUAN BARRIO

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