Chus Pereda acusa a directivos del Barça de inflar el precio del brasileño Geovanni
El ex seleccionador juvenil sostiene que en el fichaje, aumentado en 1.200 millones, participaron agentes de Minguella
"Yo no sé qué ha pasado con el dinero. Pero es muy triste cómo están llevando el Barça", dijo ayer Chus Pereda. El ex seleccionador contó, en una conferencia de prensa, que en marzo y por encargo del entonces director técnico del club, Carles Rexach, viajó a Brasil junto a su socio, el agente FIFA, Ángel Caballero, para negociar el fichaje de Geovanni, de 21 años. El Cruzeiro pidió 12 millones de dólares. "Pero se podía negociar a la baja y ficharlo por 8,5 porque estaban necesitados de dinero", explicó. Pereda no tuvo más noticias sobre el caso hasta el 24 de mayo, día que pasó jugando al golf con unos amigos, entre ellos Urruti, que perdió la vida horas después en un accidente de tráfico. "Recibí a las 19.30 en el móvil una llamada de Parera. Me dijo: ’Chusín, vamos a fichar a Geovanni'. Si lo conseguimos por 12 millones os daremos a ti y Caballero un premio de dos millones de dólares (400 millones de pesetas)".
La cita era para la última semana de mayo, pero Pereda adelantó el viaje al domingo día 27 y se hospedó en el hotel Ouro Minas Palace, en Belo Horizonte, la ciudad donde debía concretarse el fichaje. Parera estaba negociando en Argentina y las instrucciones de la cita las debía dar su secretaria, Mercè, que le comunicó que sería el jueves 31 a las 10.00. Pero pasó el tiempo y nadie apareció. Sobre las 11.30, Mercè le reveló que la reunión se celebraba en el hotel Copacabana, en Río, a 600 kilómetros. "Esa fue la primera sorpresa", explicó Pereda, que aportó el documento de la reserva de Parera para esa noche; "Cogimos un avión y allí fuimos".
No viajó sólo: le acompañaban Caballero y Ángel Almeida, el agente brasileño de Geovanni, según el fax que el futbolista envió al Barça el 27 de marzo autorizando tanto a él como a su suegro, Roberto Asumçao, a negociar el traspaso. Los tres llegaron a Río a las 16.00 y se presentaron en la reunión. Allí estaban Parera y el presidente del Cruzeiro, Zeze Perrella. "Pero", explicó Pereda, "allí tuvimos la segunda sorpresa, porque estaban tres hombres de Minguella: Jorge Machado, Veloc Gilmar y Juan José Mateo". Minguella es ex agente de jugadores que ha dejado su oficio, "por amor al club" y para asesorar a Gaspart.
Superado el primer sobresalto, Pereda recordó a los reunidos que el Cruzeiro pedía 12 millones de dólares, pero el presidente de este club aumentó la suma a 18. Pereda buscó entonces un cómplice y telefoneó al hermano de Zeze, Audimar Perela, que confirmó la cifra pactada en marzo: 12 millones. "Entonces", agregó el ex seleccionador, "le dije a Antón [Parera]: 'Te voy a hablar como técnico y vamos a hacer las cosas bien. Geovanni no vale más de 8,5 millones. Y me replicó así: 'Chusín, el precio lo pongo yo'. Le recordé que los únicos ex futbolistas éramos nosotros y que el comprador tenía derecho al regateo. Pero el presidente del Cruzeiro ya no me dejó hablar. Almeida dijo entonces que las operaciones se engordaban siempre con el Barça y Parera le echó gritando: '¡Cómo dice esto! ¡Fuera de aquí!".
Almeida salió y Pereda siguió en la reunión ya sin opción a intervenir. "Veloc Gilmar me dijo que me darían una comisión, pero la rechacé por todo el feo. Parera también lo intentó: 'Ya le diré al presidente que te dé algo. Y le repliqué: 'Déjame, que estoy muy cabreado'. Y me fui a Mateo y le dije: '¿Sabes quién tiene la culpa? Tu jefe, Minguella. Qué casualidad que desde que está en el club aparecéis vosotros en los fichajes". Pereda aludía al de Rochembak, el otro brasileño fichado, por 2.200 millones, y a Cris y Lucio, a los que el Barça intentó contratar en invierno.
"La comisión se la habrán llevado ellos: yo no he cobrado nada. Y que no digan que no las pagan porque a mí me la ofrecieron. Y estoy dispuesto a mostrar más papeles que le sacarán los colores a Parera", concluyó Pereda. Parera en Rio propuso a Caballero, sin éxito, gestionar los traspasos de Alfonso y de Dutruel y Arnau. Pereda denunció el caso a Javier Pérez Fargell, el nuevo director financiero del club. Días después, Joaquim Rifé, jefe del fútbol base, le ofreció ser ojeador por seis millones al año: "No es despreciable, pero, como seleccionador, ya cobraba 20. Nunca se habían acordado de mí. ¡Qué triste que lo hagan ahora".
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