'Sólo por levantar una ceja me he hecho un fenómeno'
Carlos Sobera es un consumado actor teatral, pero su mayor popularidad le ha venido gracias al concurso televisivo de Tele 5 ¿Quieres ser millonario?, donde explota su rostro enigmático y el movimiento peculiar de sus cejas. Con la obra de Jordi Galcerán Palabras encadenadas, que protagoniza junto a la actriz Elisa Matilla, Sobera tiene la oportunidad de demostrar que su talento va más allá de un puntual fenómeno televisivo. La obra, escrita también en clave de suspense, insinúa la descomposición de una sociedad que entra en tierra de nadie, sin ninguna ley moral. En Jaén, llenó el Teatro Darymelia.
Pregunta. La gente sigue obsesionada en hacerse millonaria.
Respuesta. Es un afán que ha acompañado a la humanidad desde el principio de los tiempos, y de ahí el nacimiento de la propiedad privada. Todo el mundo quiere tener una vida mejor de lo que tiene y mucha gente identifica eso con tener mucho dinero.
P. ¿Por qué intriga tanto a los concursantes?
R. El juego se basa fundamentalmente en una emoción, que es la de ganar o perder, y esto lleva consigo lógicamente suspense e intriga porque si no sería un correcalles sin ningún tipo de presión y no emocionaría a nadie que lo viera.
P. Parece que usted se siente especialmente cómodo con los papeles de suspense.
R. No tengo un papel específico con el que me sienta a gusto. Me encuentro bien con muchos papeles. Cuando los personajes tienen carne y tienen cosas que decir, te sientes muy a gusto. Y cuando no, es como un auténtico pelele. Claro que a veces puedes estar muy contento con lo que estés haciendo, pero eso no significa que te consagres. Yo he hecho cosas de las que he estado muy contento y han sido un fracaso absoluto. He hecho cosas que para mí eran normales, como por ejemplo levantar una ceja, y me he convertido en un fenómeno.
P. Parece que la escuela catalana está muy por delante del resto.
R. En Cataluña hay un movimiento teatral muy intenso. Los grupos independientes funcionan muy bien y el teatro allí es una institución. Se gasta mucho dinero desde las instituciones públicas. Hay muchas escuelas de teatro y circuitos teatrales muy interesantes. Y por eso están surgiendo actores como setas. Es un paraíso del teatro.
P. ¿El actor nace o se hace?
R. Ésta es una profesión fundamentalmente intuitiva y que depende del talento personal. En las escuelas se aprende la técnica teatral, televisiva o cinematográfica, pero lo que son métodos de interpretación cada uno utiliza el que más le conviene. Estar en una escuela de arte dramático o de cine no garantiza que luego se vaya a encontrar trabajo. Además, hay que tener mucha paciencia y amor a la profesión.
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