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Entrevista:JOSÉ RIVERA MENÉNDEZ | SOCIÓLOGO

'El milagro almeriense no ha sido obra de los agricultores'

'Resulta sorprendente lo difícil que es darse cuenta de lo evidente'. De este modo comienza José Rivera (Madrid, 1952) el libro en el que explica cómo la labor de la Administración 'en general' y del Instituto Nacional de Colonización (INC) en particular fue la causa del despunte agrícola almeriense allá por los años cuarenta. Rivera, licenciado en Ciencias Políticas y Sociología así como en Filosofía y Letras, se descarga de prejuicios ideológicos y ensalza la 'honradez' de los técnicos de Almería que se pasaron jornadas enteras en el campo, aunque pertenecieran a Falange. 'La importancia de su trabajo puede verla todo el mundo, lo que pasa es que hay gente que no lo quiere ver', espeta.

Pregunta. ¿Entonces el milagro almeriense no es tal?

Respuesta. Digamos que el milagro almeriense no ha sido obra de los agricultores sino de los técnicos que lo hicieron posible allá por 1940. Es imposible darse una vuelta por la agricultura almeriense sin ver las huellas del Instituto Nacional de la Colonización o del Iryda.

P. ¿Por qué no se reconoce con más frecuencia?

R. Porque hubo una mala suerte histórica al ser gente de Falange, que pensaban que el Régimen iba a solucionar la pobreza secular de España. Pero hubo dos actores: ellos y los campesinos, que siempre fueron arrastrados por esta gente. O sea, el riesgo y ventura del agricultor no fue tal.

P. ¿Cuáles fueron las virtudes de esa política de colonización?

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R. Que se hizo con una preocupación social: la de mejorar las condiciones de vida de los que no tenían nada y de los que tenían sólo secano. Fue un proceso anómalo de pequeñas explotaciones. A quienes expropiaban le entregaban tres hectáreas de terreno por cada miembro de la familia que se dedicara a la agricultura. Permitió que la gente invirtiese en el campo y que los que tenían grandes propiedades las parcelaran y las vendieran.

P. ¿Quedan restos físicos de importancia de aquella política?

R. Muchísimos, todo un patrimonio histórico-arquitectónico impresionante. Es una arquitectura que ha recibido premios internacionales y en la que participó gente como Francisco Langle Granados. Él mismo hizo los pueblos de Camponuevo, Solanillo o El Parador. Ahora sería el momento de tomar medidas para proteger ese patrimonio.

P. ¿A quién le será útil su libro?

R. Por ejemplo a quienes intentan copiar el modelo. Convendría que se enterasen de cómo surgió aquí: son explotaciones pequeñas. Ha habido intentos de hacer latifundios y no han funcionado por razones de tipo productivo.

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