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Reportaje:

Una viuda derrota a la banca mexicana

La justicia obliga a pagar 9 billones de pesetas a una mujer de 84 años

Juan Jesús Aznárez

El locutor de radio carraspeó, contuvo la risa, y soltó una noticia que este corresponsal atribuyó a una excesiva ingesta de tequila: doña Celia Reyes Lujano, viuda de 84 años, ganó una sentencia judicial que obliga a un banco a pagarle 48.000 millones de dólares (unos nueve billones de pesetas), una cantidad que supera en cuatro mil millones las reservas en divisas de México. 'No es una broma', precisó su abogado, Blake Gómez. La señora Reyes, viuda de Nieto, de hacerse efectivo el pago, ingresaría en la lista de la revista Forbes, codo a codo con Bill Gates. El banco puede recurrir en amparo, y es probable que pierda de nuevo, porque la Corte Suprema sentó doctrina a favor de los acreedores en 1998.

Magnánimos en la victoria, los 16 hijos -tuvo 19- de doña Celia y una parentela de 136 miembros están dispuestos a regatear la cifra, pero el banco se niega a negociar temiendo que la danza de millones sea todavía mareante y que su desembolso establezca un precedente, y convoque una avalancha de demandas.

La sucesión de disparates, injusticias y corruptelas que condujeron al insólito fallo comenzó en 1988, año en que la viuda y quien fue su marido en vida efectuaron diversos depósitos en el Banco del Atlántico, equivalentes a 6.000 dólares, a un interés variable que osciló entre el 124,35% y 149,35% anual. Pasaron los años de las insensatas alegrías financieras, sobrevino la catástrofe de 1994, que colocó a México al borde de la bancarrota, y el matrimonio acudió a la ventanilla a retirar los ahorros. Se les comunicó que nada había que retirar porque el dinerillo ya había sido liquidado. Terca y amargada, clamando venganza, la viuda contrató abogados hace tres años y, después de cinco juicios, acabó demostrando ante el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México que nunca lo recibió.Quebró el Banco Atlántico durante una crisis que arruinó a los más decentes y enriqueció a muchos sinvergüenzas, y la entidad fue intervenida por el Gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000), para entrar después en un proceso de fusión con el Banco Bital, uno de los principales institutos de crédito de México. El caso es que el pleito de la familia Reyes siguió adelante y los abogados echaron mano de un arma mortal: el anatocismo. Se trata de una figura legal que consiste en cobrar intereses sobre intereses, hasta el infinito. Fue ejecutada en su día por los bancos para apremiar a los clientes morosos, no hubo clemencia, y el inconmensurable incremento de los débitos condujo a suicidios y una cruzada contra los banqueros.

'Los bancos les quitaron departamentos, casas, automóviles y empresas', denunció Blake. El comentarista Miguel Ángel Granado Chapas calificó el embrollo actual como 'anatacismo al revés'. El Tribunal Superior de Justicia de Ciudad de México confirmó una sentencia anterior, de 25 de enero de 2001, a favor de los litigantes y rebatió al Banco del Atlántico argumentando que proceda al pago porque no hubo violaciones de carácter público por parte de los querellantes, y existió un pacto contractual que se renovó automáticamente y debe ser cumplido en los términos acordados, esto es, de conformidad con el Código de Comercio.

La familia niega que desea convertirse en banquera. El Banco Bital está dispuesto a cobrar los adeudos de los clientes morosos del Banco Atlántico, con el que se fusionará previa inyección oficial de 1.300 millones de dólares, pero rechaza en redondo asumir la sideral suma, tres veces superior al monto que el gobierno de Fox pretende recaudar anualmente con una reforma fiscal todavía en pañales. No obstante, el Bital debe dar gracias al cielo, pues la saga Reyes dejó de multiplicar en abril de 1999: calculó que con 48.000 millones de dólares era suficiente.

Un grupo de trabajadores mexicanos protestan, en mayo de 1995, por la crisis económica que vivía el país.
Un grupo de trabajadores mexicanos protestan, en mayo de 1995, por la crisis económica que vivía el país.REUTERS

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