El fracaso del pacto de pesca no perjudicará al país magrebí
El fracaso de la negociación pesquera con la Unión Europea apenas va a tener consecuencias para Marruecos. El presidente José María Aznar advirtió a finales de abril de que la ruptura perjudicaría a Rabat en su relación con España y con el conjunto de los Quince, pero, a la hora de la verdad, el castigo va a ser simbólico. Concretamente, el Ejecutivo ha decidido suspender las visitas de alto nivel a Marruecos, empezando por la reunión anual de los dos jefes de Gobierno, que ya no se celebró el año pasado, pero seguirá recibiendo a los ministros alauíes que viajen a España. Estudia además endurecer su postura en la inminente negociación del capítulo agrícola del acuerdo de asociación entre Rabat y Bruselas, según fuentes diplomáticas españolas.
Estas dos medidas ni siquiera serían puestas en práctica si las autoridades de Rabat hiciesen en las próximas semanas esfuerzos para satisfacer las dos principales reivindicaciones españolas: un mayor control de la emigración ilegal hacia España y la exportación de droga.
Abderramán Yussufi, el primer ministro marroquí, reconoció el jueves en París que temía a España en la negociación agrícola que debía haberse iniciado hace ya más de un año. 'Hemos oído amenazas del otro lado del Estrecho, que podrían concretarse en represalias', afirmó. 'Tenemos confianza en nuestros socios europeos, con los que estamos vinculados por un acuerdo de asociación, para que las negociaciones se desarrollen de buena fe, como exige la moral internacional', concluyó.
El acuerdo de asociación preveía que, a los cinco años de su firma, su capítulo agrícola fuese revisado para mejorar las condiciones de entrada en la UE de los productos marroquíes. Es ahí donde España le puede hacer daño negándose a aprobar concesiones que requieren la unanimidad de los Quince.
