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Mia enamora a Washington

La mítica Hamm aspira a ganar con el equipo capitalino la primera Liga femenina de EE UU

Hasta ahora, Washington vivía acomplejado por su raquitismo deportivo. Mucha Casa Blanca, mucha CIA y mucho Pentágono, pero ni un solo equipo local de categoría. Ni los Wizards en baloncesto ni los Red Skins en fútbol americano han estado nunca a la altura de la capital del imperio. Pero las cosas han cambiado. Siguiendo el ejemplo de Michael Jordan, Mia Hamm, la deportista más popular del país, acaba de instalarse en las orillas del Potomac. Es la estrella del Washington Freedom, el gran aspirante al título en la primera Liga profesional de fútbol femenino.

Mia y sus compañeras, incluidas las brasileñas Pretinha y Roseli, efectuaron hace unos días su presentación en el Robert F. Kennedy (RFK), su estadio. Al término del entrenamiento, un grupo de periodistas extranjeros, entre ellos el corresponsal de este periódico, tuvieron que ponerse pesados para conseguir hablar con la joven que llevó a la selección estadounidense a conseguir el oro en los Juegos Olímpicos de 1996 y en el Campeonato del Mundo de 1999.

'El fútbol', dijo Mia, 'no es un deporte individualista. El heroísmo de un individuo no puede nunca ensombrecer el orgullo del equipo. Un jugador debe vivir y morir con su equipo'. Pero el 14 de abril, cuando arranque en el estadio RFK la primera Liga de la WUSA (Women's United Soccer Association), todos los ojos estarán fijos en la mujer que Edson Arantes do Nascimento, Pelé, elogió así: 'Me alegra no haber tenido que jugar nunca contra Mia Hamm'.

Nacida en 1972 en Alabama, hija de una bailarina de ballet y un piloto de la Fuerza Aérea, enamorada del fútbol desde su infancia en Italia, donde estaba destinado su padre, Mia es un fenómeno social en Estados Unidos. Se ha convertido en el símbolo del creciente poder de las chicas, que han adoptado como su deporte favorito el soccer, lo que el resto del planeta llama fútbol. Ella lo tiene casi todo: una medalla olímpica de oro (1996) y otra de plata (2000), un título mundial (1999), un atractivo físico que hace que la revista People la incluya entre las 50 personas más guapas del mundo y una licenciatura en Ciencias Políticas por la Universidad de Carolina del Norte.

Mia también tiene marido, pero éste, un piloto de helicóptero de los Marines, está destinado en Japón y es difícil que asista al encuentro inaugural de la Liga. Ha sido precisa más de una década de gestación para que esto ocurra. Parteros de esta competición, en la que participarán ocho equipos, han sido la fama de Mia, los éxitos de la selección femenina, los millones de mujeres que practican el fútbol y un grupo de directivos de empresas de la comunicación como Discovery Channel, Media One, Comcast y AOL-Time Warner. De hecho, Turner Televisión (CNN y TNT) ha comprado los derechos de las cuatro primeras temporadas.

Coincidencia con Jordan

El área de Washington era ideal para la formación del equipo favorito de la Liga. Con empresas como AOL, se ha convertido en vanguardia de la revolución tecnológica, un segundo Silicom Valley, lo que supone mucho dinero en manos de gente joven e imaginativa. Y en la capital, con una gran comunidad internacional y un poderoso contingente hispano, hay mucha afición al fútbol, como lo prueba la buena marcha de su equipo masculino de soccer, el DC United. 'El fútbol', dice Katty Button, manager del Washington Freedom, 'es el deporte más popular en la ciudad'.

Es significativo que Jordan y Hamm, los deportistas más admirados, según una reciente encuesta de Sports Ilustrated, coincidan en Washington. El ex baloncestista, como copropietario de los Wizards, con los que, según un rumor, podría jugar la próxima temporada. Ella, con las futbolistas. Pero los dos tienen más que eso en común: son guapos, elegantes, se expresan muy bien, son licenciados por la Universidad de Carolina del Norte y en 1999 protagonizaron un anuncio titulado El sudor no tiene sexo. Allí Jordan encestaba y decía: 'Yo puedo hacer mejor cualquier cosa que tú hagas'. Y Mia daba un paso de ballet con un balón en los pies y replicaba: 'Antes o después, yo seré más grande que tú'.

En julio de 1999 Estados Unidos se extasió ante Mia y la victoria de su equipo en la final de la Copa del Mundo. Unos 90.000 espectadores, incluido el entonces presidente, Bill Clinton, acudieron al estadio Rose Bowl. Fue la mayor asistencia a un espectáculo deportivo femenino de todos los tiempos, a la que se sumaron por televisión 40 millones de personas. Nació un mito que los norteamericanos sintetizan con la fórmula 'heroínas con colas de caballo' y un grito de guerra identificado con Mia: 'Adelante, chicas; sois ganadoras'.

Ahora, Washingtonian, un semanario que suele situar en ellas a los presidentes, dedica su portada a la nueva estrella de la ciudad. Y le pone este titular: 'Enamorados de Mia'. Así se siente, en verdad, la capital del imperio.

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