Zapatero y el socialismo 'republicanista'
El debate sobre las ideas del filósofo irlandés Philip Pettit se abre paso en pequeños círculos del PSOE
La decisión del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, de no echar mano de lo que muchos de los más destacados militantes socialistas empiezan a llamar eufemísticamente 'los mayores' ha quedado de manifiesto, de nuevo, durante la polémica en torno a la Ley de Extranjería. Los miembros de la nueva ejecutiva han hablado con algunos de los diputados, catedráticos y personalidades del mundo del derecho más clásicos, pero no les han pedido que participaran en el debate sobre la necesidad de recurrir la ley. La misma idea, escuchar a mucha gente pero contar sólo con las propias fuerzas, está presidiendo la preparación de la Conferencia Política, que según el último congreso debe encargarse de reactualizar el pensamiento y el mensaje socialista, y que está previsto celebrar a la vuelta del verano.
Pese a su nombre, el republicanismo no tiene nada que ver con la monarquía o la república, sino con los valores de la sociedad actual
Al margen del trabajo de los comités creados para desbrozar el camino, empieza a tomar forma, y a seguirse con atención en los medios académicos próximos al socialismo español, la idea de que al nuevo secretario general, y a algunas significadas personas de su entorno, no les resulta atractiva la llamada tercera vía, de Tony Blair, sino que se encuentran más interesados por el patriotismo constitucional del filosofo Jürgen Habermas y, sobre todo, por la corriente de pensamiento denominada republicanismo, vinculada al radicalismo francés del siglo pasado y al liberalismo radical anglosajón.
Pese a su nombre, el republicanismo no tiene nada que ver con la monarquía o la república, sino que trata de los valores de la sociedad actual y del papel y la organización que deben tener y desempeñar las instituciones como garantes de la libertad de los ciudadanos. En las mesas de algunos dirigentes socialistas han comenzado a aparecer textos de los pensadores más famosos de esta corriente, como Philip Pettit, un profesor de 56 años, nacido en Irlanda y que vive en Australia.
Las teorías morales, económicas y sociales de Pettit llevan tiempo ocupando espacio en las revistas especializadas de medio mundo y presentándose como una alternativa a las teorías liberales y comunitaristas que han dominado la filosofia política de los últimos años. En España, uno de sus introductores es el sociólogo Salvador Giner, que ha escrito varios artículos sobre el tema, y que fue invitado la semana pasada a la sede madrileña del PSOE para conocer al nuevo secretario general.
Las pistas sobre el interés de Rodríguez Zapatero por esta corriente de pensamiento las viene dando el propio interesado en algunas intervenciones públicas, aunque con cautela. Zapatero parece escaldado por la reacción que provocó su primera conferencia en el Club Siglo XXI, cuando, recién elegido secretario general, aludió al socialismo libertario y levantó una polvareda mediática. Pero en aquella conferencia, y en otras posteriores, como la pronunciada hace cerca de un mes en una reunión de la Internacional Socialista en Zaragoza, puso también especial énfasis en la obligación del Estado a intervenir para evitar que los ciudadanos se encuentren coaccionados, lo que constituye una de las ideas básicas de Philip Pettit. 'La voluntad de Zapatero de ir haciendo calar esas ideas le llevó incluso a presentar al protagonista de la película Gladiator como un defensor de esos valores republicanos durante una charla que dio en un instituto', comenta divertido uno de sus asesores.
La aparición de la teoría de valores republicanos como uno de los elementos inspiradores del socialismo en el siglo XXI es acogida sin hostilidad, pero con un escéptico interés, en los medios más clásicos del PSOE. 'El partido hace bien en promover un debate de ideas', afirma un dirigente socialista que tuvo cargos relevantes hasta el último congreso y que representa a los mayores. 'Desde los años 80 se ha venido produciendo una situación extraña, porque el partido apoyaba políticas que desarrollaba el gobierno socialista, pero no las asumía como propias'. Así sucedió con algunas decisiones de política macroeconómica, con las liberalizaciones y las privatizaciones.
Ahora ese debate ya no existe y prácticamente todo el mundo dentro del PSOE asume la necesidad de amoldarse a la ortodoxia económica. Por eso algunos representantes de los mayores consideran lógico que la izquierda se plantee en este momento el debate sobre la autonomía personal. Otros, sin embargo, consideran que cualquier intento de reactualizar el pensamiento socialista español debe partir de la tradición del PSOE, con la que el republicanismo de Pettit no tiene nada que ver.
Un tercer grupo, por último, cree que no deberían rechazarse tan tajantemente las propuestas de Blair y recuerdan que el primer ministro británico intenta revitalizar su línea de pensamiento. Blair acaba de publicar un artículo titulado Tercera vía, fase dos para defender que 'la tercera vía no es algo a mitad de camino entre las filosofías conservadora y socialdemocrata, sino socialdemocracia renovada'.
'El debate estrictamente ideológico, por el momento, no está planteado, o si se plantea es sólo en ambientes muy reducidos. Ahora lo que de verdad hay que poner en marcha son los trabajos de dos grupos de reflexión organizados por la ejecutiva', asegura un miembro de la dirección. Uno de esos grupos trabaja bajo el epígrafe España ante el futuro de la UE. Está coordinado por Trinidad Jiménez y cuenta, entre otros, con la cooperación de Felipe González, el ex comisario Manuel Marín y Pasqual Maragall. El segundo se agrupa bajo el lema Política, economía y ciudadanía en la sociedad del conocimiento. Está dirigido por Jordi Sevilla y tiene subapartados en los que participaran, entre otros, Joaquín Almunia y Carlos Solchaga. Uno de esos subapartados tratará sobre la llamada renta básica universal, una idea que está despertando cada vez más apoyo entre los jóvenes europeos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.