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El testimonio de un taxista pone en cuestión la coartada de la acusada en el 'caso Oiartzun'

Un taxista que declaró hoy en el juicio por la muerte a cuchilladas de una mujer en Oiartzun, en agosto de 1999 subrayó que, desde que ejerce su profesión, no recuerda haber parado a cliente alguno en la zona donde ocurrieron los hechos.

Esta declaración contradice la versión ofrecida por la acusada, M.I.M., quien sostiene que llegó al lugar del suceso en taxi para recoger a su entonces novio, F.J.S., después de que éste hubiera asestado 117 puñaladas a Miren Nekane G.A.

El procesado ha asegurado que cometió el crimen en solitario y ha exculpado a su ex novia, quien durante el juicio con jurado popular ha afirmado que el taxista, que le dio una tarjeta, le recogió en Rentería y le dejó en la carretera de acceso al paraje donde se cometió el crimen.

Luego, según ambos acusados, M.I.M. condujo el vehículo de F.J.S. de vuelta a su casa, en Rentería, porque el procesado no se encontraba bien. La inculpada asegura que no vio manchas de sangre en el coche.

El taxista reconoció que, en agosto de 1999, todavía no estaba adscrito a Radio Taxi y elaboró unas tarjetas para entregarlas a los clientes. Sin embargo, explicó que no recuerda si recogió a la acusada, aunque resaltó que es 'imposible' que lo hiciera sobre las diez de la noche, como apunta la procesada, porque termina el servicio a las nueve.

Ayer también testificó el amigo que estuvo con los inculpados la tarde del crimen, quien indicó que los tres se drogaron con heroína y cocaína, así como que la víctima llamó varias veces a F.J.S. para pedirle heroína.

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