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Reportaje:

Un japonés atrapado por el duende

Ryo Matsumoto da clases de baile flamenco y pone la sal al concurso 'De punta a cabo' en Canal 2 Andalucía

'Dentro de mí sucedía una cosa muy rara que no sé explicar. Era como si recordara algo que pertenecía a una vida anterior. Era algo que me tiraba del cuerpo sin explicación alguna', señala el bailaor japonés Ryo Matsumoto. Aquella misteriosa fuerza interior, esa sensación que ha dado pie a tantos relatos y películas, tenía su raíz en Andalucía.

El flamenco se había apoderado de Ryo Matsumoto, de 34 años, allá en la ciudad japonesa de Osaka. Matsumoto tenía sólo 18 años y jamás había visto un baile flamenco; pero esa vida anterior le subía por las plantas de los pies como un torrente reclamándole que cumpliera con su destino. 'En el flamenco hay un momento especial. Es el duende del que hablaba Lorca. Vuela un pájaro negro', explica Matsumoto.

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Este japonés corrió a inscribirse a una escuela de flamenco en Osaka. 'La danza clásica es como un pajarito que vuela buscando el cielo. Y el flamenco es, en cambio, como una hierba que ama la tierra. Para mí es más importante vivir echando raíces en la tierra', dice Matsumoto, que estudió ballet en Bruselas.

Cinco años después de aquella iluminación inexplicable, Matsumoto llegó a Sevilla para quedarse, echar el ancla 'para siempre' y convertirse con el tiempo en estrella televisiva. Porque aparte de taconear, cortar el aire con los brazos en éxtasis y embridar el gesto hasta lo más hondo, Matsumoto es un comediante de primera categoría que intentará hacer reír en el concurso De punta a cabo, que estrena hoy lunes Canal 2 Andalucía a las 21.00.

Matsumoto dará el toque exótico al concurso, que presenta Pepe Begines, el líder del grupo musical No me Pises que Llevo Chanclas. El concurso tiene como objetivo acercar a los espectadores la variedad cultural, histórica y geográfica de Andalucía.

'Todo lo que he hecho en mi vida tiene como fruto este programa. En el concurso hago de explorador. Recorro cada pueblo de Andalucía. Doy pistas sobre los pueblos para que uno de los concursantes adivine dónde estoy. Hablo del plato típico del pueblo, de alguna fecha importante de su historia... Entrevisto al alcalde', comenta el bailaor japonés en su pequeño estudio.

Situado en el barrio de La Macarena, el local donde Matsumoto imparte sus clases y ensaya su arte no llega a los 10 metros cuadrados. Tres espejos y una foto de Camarón colocada en el centro como un icono otorgan al desconchado lugar la magnificencia ajada de una religión a la que apenas quedaran fieles.

'Mi familia y yo siempre hemos sido bichos raros en Japón. Nuestra forma de vida es más occidental y latina. Mi padre es católico y yo me hice budista al llegar a Europa. Mi padre cantó delante del Papa en el Vaticano', relata Matsumoto mientras le brillan los ojos. 'Soy un loco aficionado de los toros. Es un arte que no se puede tratar incurriendo en un sentimentalismo ecologista. La pasión y el arte de algunos toreros representan el colmo de la belleza', señala el bailaor japonés.

Matsumoto se encontrará hoy con los telespectadores andaluces y espera aprobar el examen. 'Al final del programa hago un sainete, un teatrito con Pepe Begines. Suelto palabras antiguas y otro concursante tiene que adivinar el significado de esas palabras', relata Matsumoto. 'En el programa canto, bailo, hablo con la gente... No quiero ser arrogante, pero no hay ningún extranjero que se haya integrado tanto aquí. Me he criado en Sevilla. Mi vida está aquí, donde tengo amigos para siempre', concluye.

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