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Zapatero y Llamazares abren una 'nueva etapa' de colaboración en la oposición al PP

Carlos E. Cué

Como es lógico, era el partido pequeño quien más interés tenía en esta reunión al más alto nivel. Por eso, Zapatero no quiso dedicar excesivo tiempo de la rueda de prensa posterior a la cita a esta 'nueva etapa' de relaciones entre IU y el PSOE, aunque todo lo que dijo fueron parabienes y promesas de 'superar los prejuicios históricos' que han dividido a estas formaciones durante años.

Hay dos puntos en los que ambas fuerzas tienen intención de desarrollar esta nueva etapa de colaboración. Se trata de la financiación autonómica y los acuerdos municipales.

En el primero, la unión entre ambas formaciones, que gobiernan conjuntamente en Baleares y tienen un acuerdo parlamentario en Aragón, se sitúa como alternativa a un debate clave monopolizado por el PP, que se ha limitado de momento a consensuar sus proyectos con CiU.

El segundo asunto, el de los pactos municipales, es fundamental para Izquierda Unida. La coalición ha perdido a la mitad de sus votantes pero gracias a sus acuerdos con el PSOE conserva un notable poder municipal, especialmente en Andalucía. Y desde esa plataforma, con la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, al frente, pretende recuperar el prestigio perdido en estos años. Ambos líderes coincidieron en destacar que los pactos han funcionado bien en la mayoría de los municipios y que han servido para desarrollar políticas progresistas, y se comprometieron a programar reuniones a un nivel inferior para dar un nuevo impulso a esos acuerdos.

En cuanto al pacto antiterrorista, firmado por PP y PSOE y que IU no ha suscrito, las discrepancias siguen intactas pero, dentro de este nuevo clima, Zapatero y Llamazares se comprometieron a no hacer de ello 'el eje de la disputa' a la espera de que lleguen las elecciones vascas y el pacto pueda ser suscrito por más fuerzas, incluida IU.

En el ambiente de cualquier reunión PSOE-IU subyace el pacto que firmó Joaquín Almunia con Francisco Frutos y que ofreció unos resultados pésimos. En el PSOE no quieren ni oír hablar de repetirlo aunque, según Llamazares, Zapatero no critica el fondo del acuerdo, sino sólo la forma en la que se obtuvo y lo mal que se explicó al electorado de izquierdas.

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