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FÚTBOL Internacional

Cárcel para los futbolistas violentos

Varios jugadores del Estudiantes de la Plata pasaron hasta 29 días en prisión en los sesenta por su agresividad sobre el césped

Seis futbolistas del Peñarol y tres del Nacional han ido la semana pasada a la cárcel tras su batalla campal sobre el terreno de hace dos domingos. Un juez uruguayo les aplicó el delito de "riña" con el agravante de "alarma social". No es una medida inédita en Suramérica. Es más, en el decenio de los 60, solía aplicarse en Argentina.El interventor de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Valentín Suárez, reunió a los jugadores en el descanso y les dijo: "Si se siguen pegando, retiro a los dos equipos de la Copa [Libertadores]". Sucedió en 1968, entre el Racing de Avellaneda, de José Pizutti, ganador de la Intercontinental del 67 ante el Celtic Glasgow, y el Estudiantes de la Plata, de Osvaldo Zubeldía.

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PEÑAROL-NACIONAL, SIN SUS ENCARCELADOS.

Aquella violencia que provocaba el Estudiantes y a la que respondían el Racing y otros equipos es una leyenda viva. Nadie podía imaginar que aquella noche, cuando Perfumo, el capitán del Racing, fue expulsado por una patada a Bilardo, comenzaba para el fútbol argentino su periodo más oscuro.

El país vivía bajo la dictadura del general Juan Carlos Onganía, que había exigido a los directivos medidas de acción directa contra tan "bochornoso espectáculo". La AFA aceptó la aplicación de un edicto policial -abolido para los jugadores en 1971 y del todo hace dos años- que permitía condenar a 29 días de cárcel, sin intervención del juez, a quienes el comisario de la zona considerara responsables de "alterar el orden público", "incitar a la violencia" o "riña".

El tercer partido entre el Racing y el Estudiantes terminó con igualada a cero y cuatro jugadores en la prisión de Villa Devoto: el uruguayo Chabay, sustituto de Perfumo, y Basile, por el Racing, y Togneri y Aguirre Suárez, por el Estudiantes. La solidaridad de los futbolistas, el silencio de los involucrados y el reclamo de los clubes permitió que quedasen libres a los cuatro días. Pero aquel escándalo no acabó con el estado de tensión, especialmente en los encuentros entre los equipos argentinos y uruguayos.

Tras eliminar finalmente al Racing, el Estudiantes fue campeón de América y venció en la Intercontinental al Manchester United de Bobby Charlton (1-0 en la Plata y 1-1 en Manchester). Los dos últimos partidos, el título y su repercusión hicieron olvidar a Onganía y la prensa los antecedentes del Estudiantes. Cuando les recibió en la Casa Rosada, la sede del Gobierno, el dictador preguntó a los directivos: "¿Qué podríamos hacer para mantener a este equipo, ejemplo para todos?".

La sucesión de batallas de 1969 frente al Nacional llevaron nuevamente al Estudiantes a ganar la Libertadores y a disputar la Intercontinental, esta vez ante al Milan de Gianni Rivera, contra el que perdió por 3-0 en Italia. La vuelta quedó en los registros como "la página más negra" del fútbol argentino. El Estudiantes, conducido dentro del campo por Bilardo, pegó a mansalva: Combin, delantero del Milan, salió bañado en sangre, con el tabique nasal partido, y el portero local, Poletti, pegó un puntapié brutal a Pratti. El partido terminó 2-1, pero se consagró el Milan.

La madrugada siguiente acabó con tres jugadores del Estudiantes entre rejas: Poletti, Aguirre Suárez y Manera. Sus compañeros querían quedarse con ellos y no los dejaron. Zubeldía se lamentaba: "Hace un año éramos un ejemplo; ahora somos delincuentes". Los detenidos cumplieron 29 días de condena.

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