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Blair y Aznar dejan sin respuesta todos los interrogantes en torno al submarino nuclear

La entrevista que celebraron ayer en Madrid el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente del Gobierno, José María Aznar, sirvió para aclarar únicamente tres cosas acerca del futuro del submarino nuclear Tireless: que el aparato será reparado en Gibraltar; que la próxima semana habrá otra reunión de técnicos británicos y españoles, y que ambos mandatarios están empeñados en afirmar que "no existe el más mínimo riesgo" y que los británicos no guardan secretos sobre el estado del sumergible. Pero no dieron respuesta a los grandes interrogantes que inquietan a la opinión pública.

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Es difícil que una pregunta se haya repetido tanto en una rueda de prensa como se repitió ayer la de si "ha pedido el Gobierno español que un técnico de su nacionalidad suba al Tireless y si podría el Gobierno británico aceptarlo". Formuladas unas veces por periodistas españoles y otras por británicos, Aznar y Blair hubieron de topar al menos cinco veces con estas cuestiones. Y la respuesta fue en todos los casos la misma: "La próxima semana volverán a reunirse técnicos de los dos países. La situación informativa es absolutamente transparente". No respondieron.La última reunión tuvo lugar el jueves y a continuación el Consejo de Seguridad Nuclear elaboró un informe que el Consejo de Ministros estudió ayer. El ministro-portavoz, Pío Cabanillas, indicó que ese texto se haría público ayer por la tarde pero hasta el momento no ha sido distribuido.

Es seguro, sin embargo, que Aznar ha planteado la petición de poder subir a bordo al menos si se da crédito al ministro de Defensa, Federico Trillo, que, en la noche del jueves, afirmaba que tal deseo había sido comunicado a los británicos. Pero no es el único punto en el que el presidente rozó ayer la contradicción con algunos de los miembros de su Gabinete.

En su declaración inicial, y al hilo de unas buenas relaciones hispanobritánicas "como no ha habido nunca" -"entiendo que esto pueda resultar claramente chocante en algunos ambientes", concedió-, Aznar afirmó que "el Gobierno británico ha informado de manera permanente, correcta y continua" sobre la avería del Tireless; que el Ejecutivo de Madrid, como el de Londres, "siempre ha mantenido la posición de que no existe el más mínimo riesgo"; y que "la naturaleza del problema ha estado siempre identificada".

Trillo declaró, sin embargo, en la misma noche del jueves, que el Ejecutivo no conocía "la dimensión" de la avería del sistema de refrigeración del submarino nuclear. Incluso fuentes diplomáticas británicas afirmaron durante la jornada del jueves que los técnicos de su país aún no habían terminado de analizar las fotografías tomadas por una microcámara que, introducida en la tubería averiada, puso de manifiesto que el fallo no era una fisura en una soldadura, como en un principio se había pensado, sino una grieta producto de la fatiga de los materiales. Ese dato decidió al Ministerio de Defensa británico a anunciar el pasado viernes 20 la retirada de la circulación de otros 11 sumergibles de dos clases distintas pero con diseño similar al Tireless.

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Tras revelarse esta nueva "naturaleza" del problema, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, envió una carta a su homólogo británico, Robin Cook, recibida en Londres en la mañana del jueves, expresando "inquietud" y "preocupación" por lo que estaba ocurriendo y urgiendo una información tanto más necesaria por cuanto que ningún técnico español ha podido visitar el submarino "como sería deseable".

El tono de esta misiva casa mal con la tranquilidad demostrada por Aznar sólo 24 horas más tarde, y entra en contradicción directa con su afirmación de que los británicos han mantenido siempre informados a los españoles. Pero el presidente se limitó a comentar que Josep Piqué hace su trabajo con Cook, como él hace el suyo con Blair, y que no hay que sacar más conclusiones. De trasladar el submarino al Reino Unido, ni se habló. El primer ministro británico dijo que sería "muy peligroso". Aznar sentenció: "Desde luego, era más divertido cuando cantábamos el Submarino amarillo".

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