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Un atracador mata a un policía y hiere a otros tres en el asalto a un banco en La Vall d'Uixó

Un policía muerto de un tiro en la cabeza, dos más heridos de bala y otro agente con heridas en los ojos y la cara a causa de los cristales rotos en el tiroteo. El atracador que ayer intentó llevarse 3,3 millones de pesetas de una sucursal de la Caja Rural San Isidro de la Vall d'Uixó (Castellón) había hecho hasta ese momento un trabajo limpio y profesional, tanto que algunos de los clientes que estaban a las dos de la tarde en la oficina bancaria ni se enteraron. Pero a la salida se topó con cuatro policías locales que acudían a la llamada de alarma activada desde el banco. El asaltante se lió a tiros con los agentes y, tras disparar 200 balas y destrozar cristales de coches y escaparates, logró huir.

El atracador, que actuó solo y disfrazado con bigote, barba y peluca postizas, utilizó al menos dos armas: un subfusil y una pistola. Tras abatir a los policías logró llegar hasta un coche, un Suzuki Vitara de color blanco y con matrícula de Castellón, que era buscado anoche intensamente por las fuerzas de seguridad. En las carreteras cercanas a La Vall d'Uixó se mantenían anoche los controles policiales y varios helicópteros peinaban la comarca en busca del atracador, que en su huida perdió parte de los 3,3 millones de pesetas de botín, así como un teléfono móvil y un cargador. A sus espaldas dejaba el cadáver del agente Manuel Ferrándiz, de 49 años, casado y con tres hijos, que recibió varios disparos, uno de ellos en la cabeza. El agente herido grave es José Quirant, de 38 años, que ayer fue trasladado al hospital Peset Aleixandre de Valencia para ser intervenido y extraerle un proyectil alojado en la pierna. Además, el agente Daniel Diago, de 34 años, recibió un balazo en el muslo y el sargento Carlos Domingo, de 39, presentaba heridas en la cara y la córnea provocadas por los cristales que le cayeron encima durante el tiroteo. Ambos fueron dados de alta en la tarde de ayer.

Hubo un cuarto herido, de carácter leve, que fue detenido inicialmente por la policía al sospechar que pudiera estar aguardando al atracador en un vehículo situado a apenas 200 metros de la entidad bancaria. Fue puesto en libertad tras comprobarse que no tenía relación con el asalto.

Los hechos se produjeron sobre las dos de la tarde, pocos minutos antes de que la entidad bancaria, situada en el número 3 de la avenida Corazón de Jesús cerrara sus puertas. El individuo entró en la oficina de la Caja Rural San Isidro y, tras amenazar a los empleados, logró obtener el dinero de una de las ventanillas, unos 3,3 millones de pesetas. En ese momento había en la oficina 12 clientes y nueve empleados.

"Algunos de los clientes que estaban allí ni se enteraron", explicó ayer el director de la sucursal, Vicent Cervera, quien dijo que el atracador actuó como un "profesional". Era en principio un trabajo limpio, pero la alarma antiatracos de la sucursal había sido activada y cuatro policías locales se dirigieron, a pie, hacia la oficina bancaria situada muy cerca de la comisaría.

El atracador se los topó de frente y disparó una ráfaga de subfusil que les alcanzó de lleno. Tres de ellos cayeron al suelo: Ferrándiz herido mortalmente y los otros dos con balazos en las piernas. El otro agente logró guarecerse tras un vehículo que, en ese momento, circulaba por la misma vía. Este mismo policía se subió al coche y trató de seguir al asaltante, pero un disparo en la luna delantera del turismo impidió la persecución.

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Sin dejar de disparar y tras recorrer unos cientos de metros, el atracador logró llegar hasta la cercana calle de la Virgen de los Desamparados y subirse a un vehículo que ya ha sido identificado por las fuerzas de seguridad. El coche huyó en dirección a la vecina localidad de Moncofa.

Tras de sí el atracador dejó decenas de casquillos de las dos armas que utilizó en su huida y numerosos cristales rotos de comercios y coches aparcados en las inmediaciones del banco.

El alcalde de La Vall d'Uixó, Vicent Aparici, ofreció ayer por la tarde una rueda de prensa, acompañado por el director general de Interior de la Generalitat, Fernando Coquillat, en la que informaron del avance de las investigaciones sobre el atraco. Ambos confirmaron que el atracador actuó en solitario, "iba bien vestido" y al parecer portaba tres armas, "que manejaba con precisión, lo que hace pensar que era un delincuente peligroso". Respecto al botín, estimado en algo más de tres millones de pesetas, el alcalde informó de que durante su huida el atracador perdió parte del dinero, así como un cargador y un teléfono móvil, que están siendo analizados por la Policía, y no descartó que hubiera sufrido heridas como consecuencia del intercambio de disparos con los policías.

El Ayuntamiento ha decretado un día de duelo por lo sucedido.

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