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INCERTIDUMBRE EN LOS MERCADOS

Microsoft y el Gobierno de EE UU aceptan la propuesta del juez para resolver el caso

Microsoft y el Departamento de Justicia del Gobierno de EE UU aceptaron ayer la propuesta de solucionar el caso por la "vía rápida" que les había efectuado el día anterior el juez Thomas Penfield Jackson. Consciente de que la prolongación del caso Microsoft sólo puede aportar turbulencias tecnológicas y económicas, Jackson, el juez que el lunes declaró a la empresa de Bill Gates en situación de ilegalidad por abuso de su posición monopolista, es partidario de una solución definitiva antes de fin de año. El 24 de mayo se conocerán las peticiones de sanciones.

Joel Klein, jefe del equipo legal del Departamento de Justicia, que ha puesto contra las cuerdas al gigante de la programación informática, informó ayer que tanto el Gobierno como Microsoft aceptan la idea del juez de acelerar el calendario. Esa idea tiene dos componentes: una expedita resolución, en dos meses, del trabajo que le queda pendiente al juez, la imposición de sanciones al fabricante de Windows, y un proceso de apelación comprimido, que evite pasos intermedios y llegue directamente al Tribunal Supremo de EE UU."Mi objetivo principal", dijo Jackson el martes a los abogados de Microsoft, "es que el proceso de apelaciones sea lo más rápido posible, porque no quiero trastornar la economía, ni perder más mi tiempo y el suyo". Tras conocer el veredicto de culpabilidad del lunes, Gates declaró que Microsoft lo apelará y se declaró dispuesto a llevar al Tribunal Supremo el pulso legal iniciado en 1998 por la demanda del Gobierno, apoyado por 19 Estados.

La aceleración de la fase de apelaciones, que evitaría los pasos judiciales intermedios hasta el Supremo, no es posible hasta que el juez Jackson culmine la siguiente fase de su actuación: el establecimiento de una condena a Microsoft, que remedie su violación de la ley antimonopolios Sherman. El lunes, el juez consideró probado que Microsoft ha violado esa ley, al ampliar al mercado de los navegadores por Internet la posición aplastante que, gracias a Windows, ostenta en el de los sistemas operativos para ordenadores personales.

Jackson dio en la noche de ayer un plazo máximo de dos meses para que las partes del caso, Microsoft y el Gobierno, le presenten propuestas de solución al problema planteado por el monopolio del fabricante de Windows. La dos partes confirmaron ayer que aceptan respetar ese plazo y que presentarán antes de dos meses sus fórmulas. La más radical que podría esgrimir el Gobierno es la fragmentación de Microsoft en pequeñas empresas, llamadas ya miniBills, que fue la fórmula que terminó con el monopolio petrolero Standard Oil, de Nelson Rockefeller, y con la que ejercía el gigante de las telecomunicaciones AT&T.

El magistrado, según informó ayer The Wall Street Journal, también exigió a las partes que le informen de sus respectivas propuestas de acuerdo amistoso efectuadas durante los cuatro meses en que el juez de Chicago Richard Posner intentó infructuosamente una mediación que evitara el veredicto emitido el lunes. No ha trascendido el contenido exacto de esas propuestas, pero Gates afirma que su empresa hizo "concesiones generosas" que se enfrentaron al deseo gubernamental de fragmentarla.

Si Jackson culmina antes del verano la fase de condena a Microsoft y se cumple su voluntad de una vía rápida, el caso podría llegar al Tribunal Supremo de EE UU durante el periodo estival. Su capítulo final podría entonces escribirse hacia finales de este año. De no haber vía rápida, el Supremo no se pronunciaría hasta el año 2002, como pronto.

Lo más duro para Microsoft es acortar el proceso de apelación, ya que ello supondría saltarse el Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia. En otro enfrentamiento judicial, ese organismo le concedió en 1998 a Microsoft una gran victoria frente al departamento de Justicia del Gobierno norteamericano.

Hasta ahora, la estrategia de Gates parecía basarse en confiar que el Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia desautorice al juez Jackson.

Gates también apostaba por ganar tiempo hasta una posible victoria republicana en las elecciones presidenciales de noviembre próximo, que cambiaría en sentido favorable a Microsoft los términos de su pulso con Washington.

Pero el daño que este caso está efectuando a su fortuna personal y a la valoración de mercado de Microsoft ha empujado a Gates esta semana en la dirección de acortar la batalla. Microsoft tiene ahora dos meses para llegar a un acuerdo con el Gobierno, que evite la fragmentación.

La vía rápida está recogida en la Ley Sherman para casos que son "de importancia pública general". En los últimos cinco lustros sólo ha sido utilizada una vez, en el caso que terminó con la fragmentación de AT&T.

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