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Fiat se alía con General Motors para no quedar aislada del mercado automovilístico mundial

La industria italiana vivió ayer una jornada histórica con el anuncio por el Grupo Fiat de una alianza estratégica con la General Motors, número uno mundial en la fabricación de automóviles, destinada a cambiar el panorama internacional del sector. El acuerdo, bien acogido por el mundo político y sindical italiano en general, se articula en torno a un intercambio accionarial que colocará el 20% de Fiat Auto en manos de GM, mientras que la casa de Turín poseerá en torno al 5,1% del grupo de Detroit. La operación se ha valorado en 2.400 millones de dólares, unos 411.000 millones de pesetas.

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La alianza fue resumida por el presidente honorario de Fiat, Gianni Agnelli, con estas palabras: "Seguimos siendo autónomos, pero con un gran aliado". El acuerdo, que, según el presidente de Fiat, Paolo Fresco, ahorrará a ambas firmas no menos de 350 millones de pesetas al año, pone punto final a una larga y compleja búsqueda de socios fuertes emprendida por Fiat hace casi diez años para afrontar los retos de un mercado cada vez más competitivo que exige inversiones enormes en innovación. La cotización del Grupo Fiat fue suspendida tras conocerse el acuerdo de GM y su filial Fiat Auto, que no cotiza en Bolsa. La operación se valoró en 2.400 millones de dólares (411.000 millones de pesetas), cifra estimada por la cotización de General Motors en Nueva York, donde su capitalización se acercaba ayer a los 10 billones de pesetas.No a DaimlerChrysler

Fiat (séptimo fabricante mundial de automóviles) era consciente de no poder gestionar su patrimonio en solitario en un mundo dominado por grandes colosos automovilísticos. Pero el acuerdo no hubiese prosperado de no ser por Gianni Agnelli, presidente honorario de la firma. La opinión del avvocato, favorable a los estadounidenses, ha sido decisiva a la hora de rechazar la otra opción de alianza valorada al mismo tiempo por la cúpula de Fiat, la presentada por el grupo Daimler-Chrysler, con el que Fiat habría encajado pero que pretendía absorberla por completo.

La familia Agnelli, que controla todavía el grupo a través de las financieras Ifi e Ifil (30% de las acciones), ha sido siempre reacia a una venta de Fiat Auto. "Lo verdaderamente importante del acuerdo", declaró ayer un entusiasta Gianni Agnelli, "es la complementariedad que, al pasar de ocho millones a 11 millones de coches al año , se puede producir en el campo de las adquisiciones, en determinados productos de mecánica y en la investigación en general".

Además del intercambio accionarial que convertirá a GM, firma presidida por John F. Smith, en el segundo accionista de la firma que preside Paolo Fresco y a Fiat en segundo accionista del coloso de Detroit, la alianza estratégica con GM da la posibilidad a Fiat de transferir el control de Fiat Auto a GM en el plazo de cinco años. "Es una opción que no pensamos ejercer", dijo Fresco, "porque si nuestro interés fuera vender ya lo habríamos hecho". El acuerdo prevé también la creación de dos empresas conjuntas, dedicada una a componentes del automóvil y a los motores la otra, que estarán definidas dentro de tres meses.

En todo caso, y para satisfacción del Gobierno de centro-izquierda, que había manifestado su preocupación por una posible venta de Fiat a un grupo extranjero, la casa turinesa quedará bajo control italiano, al menos de momento. Está por ver si en el Consejo de Administración de GM se sentará un hombre de Fiat, y viceversa, de acuerdo a la nueva composición accionarial. Las marcas Fiat, Lancia y Alfa Romeo, afectadas por la alianza, seguirán funcionando con sus propios nombres y sus cadenas de distribución independientemente de GM. "Tengo la impresión de que el acuerdo financiero alcanzado es bueno", declaró ayer desde Chile el primer ministro italiano, Massimo D'Alema.

También favorable al acuerdo se mostró el líder del principal sindicato italiano, CGIL, Sergio Cofferati, según el cual "la alianza será buena para la economía italiana". Cofferati no comparte las dudas de sus colegas de CSIL y UIL, los otros dos grandes sindicatos, bastante más desconfiados de una operación que puede significar, en su opinión, una venta por entregas de Fiat Auto, que emplea a 82.450 personas.

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