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Un notable Celta pasa por Delle Alpi

El equipo vigués pierde a balón parado un partido en el que nunca estuvo por debajo del Juventus

José Sámano

Balaídos tendrá la última palabra sobre el destino europeo del Celta, que superó con notable la cita italiana. Sin grandes alardes los vigueses estuvieron siempre a la altura de su engalanado rival y sólo un cabezazo mal defendido de Kovacevic le puso en desventaja. Una diferencia corta, si bien ante un equipo italiano siempre es un océano. Más aún si es el Juventus, un equipo que ha encajado once goles en 23 partidos de la Liga italiana, una cifra extraordinaria.Al Celta no le costó frenar al Juventus, que exhibió un fútbol sin predicamento alguno. Ni siquiera expuso ese juego de hormigonera que le distingue. Quizá porque no se siente motivado en un torneo con menos rango que su escudo. Lo cierto es que el Celta pasó una noche sin grandes sobresaltos. Y en Delle Alpi eso es un éxito, máxime para un equipo apenas bautizado en competiciones continentales.

JUVENTUS 1CELTA 0

Juventus: Van der Sar; Mirkovic, Montero, Giuliano; Birindelli (Zambrota, m. 77), Tacchinardi, Oliseh (Pessoto, m. 68), Davids, Bachini (Del Piero, m.46); Kovacevic e Inzaghi.Celta: Pinto; Celades, Cáceres, Sergio, Juanfran; Karpin, Makelele, Mostovoi; López, McCarthy, Revivo (Tomás, m. 77). Árbitro: Kruig (Alemania). Amonestó a Juanfran, Montero, Mirkovic y Mostovoi. Goles: 1-0. M. 50. Falta a Del Piero que lanza él mismo y cabecea al primer palo Kovacevic adelantándose a Sergio. 11.000 espectadores en el campo Delle Alpi. Césped en buenas condiciones, aunque en la zona central, algo blando.

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De entrada, Víctor Fernández renunció al doble pivote habitual. Situó a Celades de lateral y nucleó el juego en torno a un triángulo formado por Makelele, Karpin y Mostovoi, con el primero como vértice retrasado. Con dos zurdos, Gustavo López (por la derecha) y Revivo en los costados. Sin duda, un equipo articulado para matrimoniarse con la pelota; pero Karpin y Mostovoi no fueron los guardianes del juego que pretendía Víctor. Anárquicos como son y anclados en una zona confusa casi nunca engancharon con los extremos. Si bien, las primeras grandes ocasiones celestes llegaron tras dos maniobras eléctricas de Gustavo López. Una culminada por Mostovoi con un remate dañino que desvió Van der Sar y otra por Karpin, cuyo disparo se empotró en la espalda de un defensa juventino.

La respuesta del Juventus fue siempre atropellada. Sin riego en la media cancha, por la suplencia de Zidane y Del Piero,los turineses se limitaron a buscar las cosquillas del rival con pelotazos inútiles. Salvo alguno que otro que llovió a las bandas, donde la defensa en línea celeste tuvo serios problemas para cerrarse. Se esperaba al menos un Juventus con el colmillo retorcido, con ese juego excesivo y sobreactuado que tanto aplaude la hinchada mediática del fútbol italiano. Pero ni eso. Con Tacchinardi, Davids y Oliseh en la cocina su fútbol se queda pálido. Durante todo el primer tramo su empuje se redujo a un mano a mano errático de Inzaghi ante Pinto.

A Ancelotti no le quedó más remedio que rectificar. Aprovechó la pausa para dar entrada a Del Piero, al que un día antes había cuestionado su estado físico. Pese a algunos técnicos hay leyes del fútbol imborrables: siempre hay un rinconcito, por pequeño que sea, para el talento. Miren si no. En una falta en un lateral del campo, recién estrenado el segundo tiempo, Del Piero se asomó al choque por primera vez. Metió una rosca con el empeine interior y Kovacevic, diluido hasta entonces, cabeceó a la red.

Del Piero

El Celta contribuyó al gol: ningún defensor se interpuso en la curva que describió el zapatazo de Del Piero. El que más cerca estaba era Sergio, pero Kovacevic le ganó la posición con una facilidad extrema. También de Del Piero partió el otro detallito significativo del duelo. De nuevo a balón parado, emuló el golazo de Effenberg el pasado martes en el Bernabéu. Esta vez, Pinto metió una manopla eficaz. Como poco después hizo Van der Sar en un golpeo de Revivo. Para terminar el repertorio de faltas, la única sinfonía del partido, Mostovoi la puso en la base del poste derecho del meta juventino. Todo detalles, pero en el fútbol de hoy día no hay otra degustación. Salvo advertir el mérito de equipos como el Celta, capaces de medirse con aplomo a todo un cortesano como el Juventus.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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