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ALIMOCHE

El carroñero veloz

Los días se acortan de forma peligrosa avanzando hacia el rigor otoñal que conduce hacia el frío. Desde el final del verano, la sierra de Cádiz ha sido testigo de espectáculos dignos de ver alguna vez en la vida: montones de aves forman una autopista aérea que ya quisieran los aviones.El amarillo se abre poco a poco camino y todavía algún rezagado nos brinda su peregrinar. Estos curiosos buitres regresan a la gran África a pasar la temporada, si bien los jóvenes no vendrán hasta que hayan pasado tres o cuatro años. Durante este tiempo modificarán el color y la forma de su plumaje hasta alcanzar un colorido parecido a la cigüeña. En pleno vuelo veremos la zona delantera de las alas de color blanco y las puntas de negro.

Más rápido que sus hermanos mayores -los buitres leonados o los buitres negros-, el vuelo le permite al alimoche llegar a los sitios antes que ellos. Luego no tendrá más remedio que ceder su lugar preferente en el banquete hasta el final. El plumaje del cuello se modifica para poder entrar en el interior de los animales muertos de los que se alimenta y salir cómodamente. El colorido amarillo de la gorguera y de la cabeza le dan un carácter informal que, junto con su estilizado y fino pico, les diferencia de sus hermanos carroñeros.

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