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"Queda usted multado, con perdón"

Un policía puede atravesar problemas internos propios del cuerpo de seguridad al que pertenece, anhelar un ascenso, discrepar con los compañeros o mandos, protestar por los turnos asignados y hasta ser mella de tensiones y envidias, pero jamás debe fallar en la forma en que se dirige a un ciudadano. Al advertir que no siempre era así entre sus agentes, el Ayuntamiento de Benidorm encargó a los técnicos del Centro de Desarrollo Turístico (CDT) la programación de un curso específico dirigido a mejorar el trato policial a vecinos y turistas. Los 190 policías locales de la capital turística tienen la obligación de acudir a esas clases de servicio público y asistencial, y los mandos aseguran que el cambio "ya se nota" en la calle."Es verdad que en ocasiones se fallaba y no se concedía al ciudadano el trato que merece", reconoce el oficial jefe, Juan Fuertes. "Un gesto, una palabra, una expresión o unos modos no adecuados tensan la relación, que debe ser exquisita", añade.

Los agentes reciben clases de urbanidad, atención al público y, de paso, las claves para soportar con estoicismo las frecuentes salidas de tono del ciudadano, que por lo general entiende que su comportamiento no merece reproches y se muestra irascible frente a quien cumplimenta un boletín de sanción.

"Muchas veces escuchamos que la policía está para perseguir comportamientos graves y no para multar a quien aparca en doble fila, pero nuestra obligación también es esa, y debemos hacer ver al ciudadano que su actitud no es la adecuada porque su vehículo interrumpe la circulación y genera problemas a otras personas". Es decir, que hay que conseguir que el conductor, si no con alegría, acepte la multa sin dedicar al agente una de esas miradas que lo dicen todo.

En Benidorm la nueva consigna policial radica en ser "especialmente tolerantes", como corresponde a una ciudad que vive por y para el turismo. La aplicación práctica de la teoría que recibe depende, como todo, del talante personal de cada agente. "Pero al menos hemos constatado que todos recapacitan, que no es poco", concluye Juan Fuertes.

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