Caballero Bonald se define como un "discípulo del Oteiza contestatario"
"Yo aprendí con Jorge Oteiza un modo de ser artista". El escritor andaluz José Manuel Caballero Bonald rememoró ayer en San Sebastián, en términos admirativos, la figura y la obra poética del artista guipuzcoano Jorge Oteiza, quien fue retratado por aquél como un "personaje intuitivo", "deslumbrante" y señalado un "ejemplo de integridad creadora". Caballero Bonald refrescó también el recuerdo de los años en que Oteiza se distinguía por su "personalidad crítica con las convenciones y los academicismos".
Jorge Oteiza (Orio, 1908) y José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1926) se conocieron en el Madrid de comienzos de los años 50 y alternaron en tertulias con otros artistas, como Manuel Viola y Antonio Saura. De allí surgió en el escritor jerezano una amistad, casi una fascinación, por el escultor oriotarra: "Me dejó deslumbrado, más que por su obra artística, por su crítica de la cultura, por su personalidad como hombre de cultura".Caballero Bonald, con una extensa creación literaria a sus espaldas, erudito en el arte de la escritura, poseedor de un refinado estilo impropio de esta época, es autor de al menos seis novelas, nueve libros de poesía y numerosos artículos de ensayo. En su estancia de ayer en San Sebastián ofreció una conferencia tituladaMemoria de Oteiza, durante la cual glosó la valía humana y artística del díscolo Oteiza, con quien no ha vuelto a encontrarse desde hace "unos 20 años".
La poesía de Oteiza llegó a las manos del literato andaluz muchos años después de sus encuentros en Madrid. Una vez estudiada en detalle su técnica y temática, Caballero Bonald sostiene que la poética de Oteiza "está enraizada en la vanguardia de los años 20 o 30", y escrita como "una herencia del surrealismo, del dadaísmo y de la poesía de Huidobro, Vallejo, Lorca y Alberti". A su juicio, Oteiza "asimiló ese surrealismo y creó una forma de surrealismo personal, que no tenía nada que ver con lo que le rodeaba en ese momento. Eso me parece un ejemplo de integridad creadora".
Caballero Bonald, autor de Diario de Argónida, su último libro de poesía, elogió el talante crítico de su antiguo amigo y se declaró "discípulo de Oteiza como personaje contestatario". "Es un personaje aislado que ha sido desplazado, por razones distintas, de la circulación porque es incómodo y no está a gusto con lo que sucede social y políticamente a su alrededor", afirmó el poeta jerezano, quien admira de Jorge Oteiza su "intuición y espíritu crítico frente a las convenciones y los academicismos; además, él detesta el encasillamiento artístico".
La poesía de Oteiza ha quedado oculta tras el personaje, opina Caballero Bonald, aunque en ello ha influido "la circulación restringida de las ediciones" y su "desinterés por difundirla", a diferencia de otros artistas vascos, como Agustín Ibarrola y Eduardo Chillida. Éstos forman "la luz de la sociedad y Oteiza es la tiniebla", afirmó el escritor andaluz, quien también mantuvo una estrecha amistad con Blas de Otero y Gabriel Celaya.
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