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Los camiones reanudan la retirada de los lodos tóxicos extraídos este verano del cauce del Guadiamar

Alejandro Bolaños

Los grandes camiones-bañera que recorrieron hasta el pasado invierno el circuito de los lodos para devolver a la mina de Aznalcóllar el material contaminante que dejó escapar el 25 de abril de 1998, tras la rotura de su balsa de residuos, volvieron ayer a tomar las carreteras del valle del río Guadiamar. En esta ocasión, su número es mucho más reducido: medio centenar frente a los 400 que llegaron a circular diariamente durante la primera fase de la limpieza. Su cometido será transportar a las instalaciones de la empresa Boliden los lodos tóxicos que han extraído, este verano, del cauce del Guadiamar, los operarios y las máquinas de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

Los expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) encargados de supervisar las actuaciones de las administraciones dieron el visto bueno a la primera limpieza del vall del Guadiamar, pero se encontraron con dos problemas: la acumulación de residuos en el lecho del río y la presencia de zonas mal limpiadas en las graveras próximas a la mina. Los científicos mostraron su preoucupación por la contaminación residual (sobre todo de cinc y arsénico) en el valle, que podía ser arrastrada por las crecidas del Guadiamar hacia la desembocadura del Guadalquivir o infiltrarse en los suelos. Por ello, la Administración central se comprometió a desecar el río por tramos para limpiar el lecho y trasladar los lodos tóxicos a la mina a cielo abierto de Aznalcóllar, que ha servido de depósito de los residuos recogidos durante estos meses. Los operarios de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, encargados de esta tarea, han limpiado hasta ahora más del 25% de los 40 kilómetros de cauce que tienen que revisar. La balsa de residuos que se rompió el año pasado dejó escapar más de dos millones de metros cúbicos de lodos tóxicos, de los que la mitad se depositó en las riberas (ya limpias) y en el lecho del río. Las previsiones del coordinador de las actuaciones de la Administración central tras el vertido, Félix Pérez Miyares, son retirar 400.000 metros cúbicos antes del próximo 15 de octubre, si bien ha matizado en varias ocasiones que éste no es un plazo fijo, ante las críticas del consejero de Medio Ambiente, José Luis Blanco, sobre el retraso en esta segunda fase de la limpieza del cauce. El medio centenar de camiones que reanudaron ayer la retirada de lodos, debían haber comenzado la pasada semana, pero los responsables de la operación decidieron retrasarla para que coincidiera con la limpieza de las graveras cercanas a Aznalcóllar. Los camiones no circularon en agosto para minimizar el riesgo de accidentes (en 1998 murieron cinco personas) por el aumento de tráfico en un mes de vacaciones. Ahora, evitarán el paso por el centro de las localidades afectadas y sólo podrán circular, como máximo, a 60 kilómetros por hora.

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