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Reportaje:

Un país de grutas

Miles de oquedades rocosas que sirven de cobijo a todo tipo de animales, profundas y lúgubres grutas por las que surcan caudalosos ríos, simas vertiginosas sólo transitadas por intrépidos espeleólogos y hasta cuevas visitables por típicos turistas han sido listadas por la Consejería de Medio Ambiente en lo que constituirá la primera nómina oficial de concavidades subterráneas. Este listado valenciano de espeluncas (el latín da nombre al vacío enclave y a la ciencia que lo estudia) ha sido concebido como el Catálogo de Cuevas de la Comunidad, un documento oficial que el Consell debería haber aprobado hace casi cuatro años, al igual que las respectivas listas de Zonas Húmedas (polémico documento ya elaborado pero no aprobado que ha hecho correr ríos de tinta en los últimos años) y de Vías Pecuarias. Sin embargo, y pese a que, tras un último aplazamiento, deberán aprobarse las tres antes de fin de año, en Medio Ambiente dicen que el catálogo de cuevas aún no esta terminado. La ley 11/94 de Espacios Naturales Protegidos especifica claramente en su artículo 16 que "se consideran protegidas todas la cuevas, simas y demás cavidades subterráneas sitas en el territorio de la Comunidad Valenciana". Y no sólo protege la estructura rocosa en sí misma, sino que también preserva la vacía cavidad que delimita la cueva, en el sentido que limita las actividades permitidas. Así, puntualiza que "se prohíbe toda alteración o destrucción de sus características físicas, así como la extracción no autorizada de cualquier clase de materiales naturales o artificiales de su interior y la introducción de desechos y objetos de cualquier tipo que puedan alterar las condiciones de equilibrio ecológico existentes". Sin embargo, y pese a que la disposición adicional cuarta de la ley daba un plazo de un año a partir de la aprobación de la misma, en diciembre de 1994, para publicar los catálogos de zonas húmedas, cuevas y vías pecuarias de interés natural, han pasado tres años más y nada se sabe. Y si el Catálogo de Zonas Húmedas ha desatado las críticas de los ecologistas y de la oposición, el olvido de las cuevas pasa desapercibido. No obstante, el Consell intentó paliar este vacío legal, aplazando la aprobación con el debate de los presupuestos de este año. Así, la ley de acompañamiento de los presupuestos estipula que a lo largo de este año se publicarán los tres esperados catálogos oficiales. Aprobada el 28 de diciembre pasado, y si no resulta una broma de Santos Inocentes, antes del 31 de diciembre el Ejecutivo de Eduardo Zaplana deberá sacar la lista oficial de cuevas valencianas. Y lo mismo para los humedales y las vías pecuarias. Desde la Federación Valenciana de Espeleología han contribuido notablemente a elaborar el catálogo, informando a Medio Ambiente de todos los enclaves explorados así como su ubicación, dimensiones y topología. Entre 3.000 y 4.000 oscuras cavidades en el subsuelo valenciano que en los últimos años han sido exploradas y, en algunos casos, descubiertas por los aficionados a las cavernas. Entre ellas habrá miles de remotas y enigmáticas grietas en la roca, pero también, así es de esperar, estarán las grutas más famosas, como la Cueva de las Calaveras, en Benidoleig, en la Marina Alta, que tiene más de 400 metros de longitud y en la que se han descubierto restos prehistóricos. También estará la visitable Cova del Rull, en La Vall d"Ebo, emblemática gruta con gran riqueza de estalactitas y estalagmitas. Y la de La Vall d"Uixò, el río subterráneo navegable más largo de Europa. Incluso la propia patrona de todos los espeleólogos españoles tiene su casa en una cueva castellonense del Alto Palancia. Se trata de la gruta-santuario de la Virgen de la Cueva Santa, en Altura. El listado también servirá para proteger a muchas especies animales protegibles, como los emblemáticos murciélagos.

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