El PP mantiene la distancia sobre el PSOE, aunque pierde tres puntos en intención de voto
Josep Piqué es el miembro del Gobierno que experimenta mayor caída en su valoración
La disputa electoral entre los dos grandes partidos, PP y PSOE, continúa dibujando una clara ventaja a favor del partido de José María Aznar, según el Barómetro de Primavera realizado por Demoscopia para EL PAÍS, entre los días 12 y 14 de abril, sobre una muestra de 1.200 personas. La diferencia es similar a la del anterior Barómetro de Invierno: 24,3% a favor del PP y 17,6% que votarían al PSOE, aunque se detecta una caída mayor para los populares, que ven recortada su ventaja en 1,2 puntos. Respecto a febrero pasado, el PP cae tres puntos, mientras el PSOE lo hace en 1,8. Izquierda Unida, por el contrario, sube un punto, del 3,6% al 4,6 %. El partido gobernante, si bien consolida su situación, parece estar experimentando un desgaste fundamentalmente por la situación de crisis internacional. En esta ocasión el recuerdo de voto por las dos formaciones mayoritarias es más equilibrado que en el anterior sondeo, lo que puede interpretarse como que los datos de ahora tienen un sentido de básica estabilidad. En cuanto a las elecciones europeas, en un contexto que no parece aún muy cristalizado, se aprecia una ventaja sensible del PP sobre el PSOE, del orden de seis puntos en intención directa de voto.
El Gobierno que preside Aznar sigue siendo objeto de una valoración prácticamente igual a la registrada hace un trimestre (5,2 frente a 5,3: una décima más baja), y dos de cada tres españoles siguen pensando que, de celebrarse ahora elecciones generales, las ganaría de nuevo el PP. De hecho, la intención directa de voto expresada por los entrevistados refleja una situación esencialmente similar a la de hace un trimestre, con un ligero acortamiento de las distancias: el PP, con un 24,3%, aventaja en casi siete puntos al PSOE (por el que se inclinan ahora el 17,6%).
En esta ocasión la diferencia entre ambos partidos es concretamente de 6,7 puntos, frente los 7,9 puntos de febrero pasado. Esta reducción de 1,2 puntos, inferior al error de muestreo, puede ser efecto del hecho de que en esta ocasión el recuerdo de voto es menos asimétrico que hace un trimestre (si bien sigue siendo levemente favorable al PP).
La tendencia a la baja apreciable en la intención de voto de los dos principales partidos de ámbito nacional con respecto al trimestre anterior (tres puntos en el caso del PP, casi dos puntos en el caso del partido del candidato José Borrell) puede ser resultado del clima de desasosiego e inquietud generado por la guerra de Yugoslavia, que se traduciría así en una cierta desmovilización y desafección en algunos sectores de votantes.
Evidentemente, a estas alturas, sin unas elecciones generales convocadas y con un tamaño de muestra relativamente reducido, no cabe convertir mecánicamente esas intenciones de voto en una estimación de resultado electoral. Sin embargo, si a estos datos se les aplicara la misma técnica de estimación que se usa en ocasiones electorales, la previsión que cabría establecer dibujaría una ventaja de la fuerza de Aznar sobre la de Borrell en un orden de magnitud de entre 6 y 7 puntos sobre voto válido, y en un supuesto de participación del 75%.
En ese escenario se registraría también un descenso de Izquierda Unida, pese a que en este barómetro recupera un punto, y la básica estabilidad de las formaciones nacionalistas. Con todo, no habría que descartar que el PSOE redujera la ventaja del PP en la situación electoral real, una vez que el nivel de movilización de sus electores se aproximara más al que hoy presentan los del Partido Popular.
La posible pauta de ligera desafección antes señalada resultante de la situación de crisis quizá explique también la leve caída (en torno a dos décimas, por lo general) en la valoración de los componentes del Gobierno. A esta pauta sólo escapa la ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, que de hecho mejora levemente su anterior puntuación. La negociación final de la política agraria comunitaria quizá se encuentre detrás de esta mejora de calificación, que pese a su exigüidad, adquiere una cierta mayor significación en un contexto de generalizada baja de las valoraciones.
La situación opuesta corresponde al ministro de Industria, Josep Piqué, cuya calificación cae en siete décimas: una caída muy superior a la del conjunto de sus compañeros de Gobierno. Cabe pensar que su especial presencia en los medios de comunicación en estas últimas semanas con motivo de una serie de imputaciones por parte de la oposición pueda haber influido en ello
El ministro de Interior, Jaime Mayor, sigue siendo el mejor valorado (5,8), seguido del vicepresidente Rodrigo Rato (5,6) y, a más distancia, de la ministra de Agricultura, Loyola de Palacio (5,2), y del titular de Educación y Cultura, Mariano Rajoy (5,1).
Por lo que se refiere a los líderes de los principales partidos, Aznar continúa siendo el líder más valorado, ocho décimas por encima de Borrell (que pierde tres décimas), y aún más distanciado del líder de IU, Julio Anguita, y los presidentes de Cataluña, Jordi Pujol (CiU), y el País Vasco, Juan José Ibarretxe (PNV).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.