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El ritmo de la primavera. Tiempo de Alergias.

El cambio climático podría estar alterando el comportamiento de las estacionesA juicio de la organización ecologista Greenpeace, los efectos del cambio climático ya se están dejando notar en algunas zonas del planeta. En el Ártico, por ejemplo, ha disminuido el grosor y extensión de la capa de hielo que todos los años cubre el mar de Bering, los inviernos son más suaves, la llegada de la primavera se está adelantando y algunos animales, propios de zonas meridionales, han comenzado a desplazarse hacia el norte. Estos datos proceden de los testimonios recopilados, durante dos años, entre los aborígenes de Alaska. Greenpeace otorga una gran fiabilidad a estas informaciones, ya que "se fundamentan en la sabiduría ancestral, que descansa sobre miles de años de observaciones y vivencias en la tierra". Parecido es el método que han utilizado dos investigadores alemanes para estudiar el ritmo de las primaveras y los otoños en Europa durante los últimos 30 años. En este caso se ha analizado el comportamiento de algunos árboles y arbustos plantados en diferentes jardines del continente, observando cómo las hojas brotan ahora seis días antes, como promedio, de lo que lo hacían hace 30 años, mientras que la caída otoñal se ha retrasado una media de cinco días en el mismo periodo de tiempo. Estas alteraciones, indican los autores del trabajo, pueden deberse al calentamiento global de la atmósfera, fenómeno que en Europa se ha traducido en una dilatación de la primavera, que ha alargado su duración en casi 10 días desde los años sesenta. La fenología, una disciplina auxiliar de la meteorología, se ocupa de estudiar las diferentes fases de la vida de plantas y animales con relación al tiempo y el clima. En España, el Instituto Nacional de Meteorología (INM) cuenta con una red de colaboradores que periódicamente remiten información sobre fenómenos como la llegada de las primeras golondrinas, la caída de la hoja de la vid, la floración del almendro o el regreso de las cigüeñas. Todos son indicadores vivos de la llegada de una nueva estación. Esta red reúne a 130 personas, de las que una veintena se reparten por distintas localidades andaluzas. Estos días están remitiendo información sobre los indicadores primaverales, de forma que puedan elaborarse mapas en los que, a partir de las fechas en que se produce la floración de determinadas plantas o la llegada de algunas aves migratorias, pueda establecerse la forma en que progresa geográficamente la nueva estación. A pesar de disponer de una voluminosa base de datos histórica, los especialistas del INM no se atreven a asegurar que el cambio climático esté manifestándose en España. "Se pueden apreciar pequeñas variaciones en el comportamiento de las estaciones", asegura Antonio Mestre, especialista en fenología del INM, "alteraciones que pueden indicar un acoplamiento de la naturaleza a unas condiciones climáticas diferentes a las que teníamos hace 20 o 30 años, pero para poder hablar de cambios de cierta trascendencia habría que realizar un estudio muy específico". Lo cierto es que los últimos años, precisa Mestre, "se han caracterizado por algunas anomalías climáticas importantes, que tuvieron su reflejo en el comportamiento de plantas y animales". Así, por ejemplo, se adelantó la floración de algunos vegetales al presentarse inviernos más cálidos de lo habitual, mientras que las primaveras se anticiparon y fueron particularmente secas.

Tiempo de alergias

La forma en que las condiciones meteorológicas modulan el comportamiento de animales y plantas también tiene su incidencia en la salud humana. En la estación que acaba de estrenarse el ejemplo más evidente lo constituyen las alergias, ligadas a la presencia de pólenes de distintos vegetales en la atmósfera. Las escasas lluvias registradas en los últimos seis meses permiten augurar una primavera de polinización moderada, debido a que la concentración de pólenes suele estar marcada por la pluviosidad de los meses de otoño, que en este caso ha estado por debajo de lo normal, según explica el doctor Francisco Javier Subiza, presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Como detalla este especialista, "la mayoría de las personas afectadas de polinosis están sensibilizadas a las gramíneas, plantas que proliferan si se dan otoños muy lluviosos, por lo que esta primavera se espera que las concentraciones de polen de este grupo de vegetales sean inferiores a las que se midieron en 1997 y 1998". Sin embargo, el doctor Subiza pronostica una elevada presencia de pólenes de distintas variedades de cipreses que, a diferencia de las gramíneas, no necesitan de lluvias abundantes. "De hecho", comenta, "días antes de que comenzara la primavera ya se habían registrado concentraciones de este alérgeno que duplicaban las registradas el año pasado".

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