_
_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El árbitro impidió ver un partido equilibrado

- Condición de favorito. El Barça hizo valer su condición de favorito apoyado en una serie de circunstancias muy claras. El equipo azulgrana jugó en su campo y, a pesar de las diferencias que existen entre la afición y su técnico, en este partido Barça-Real Madrid el apoyo fue extraordinario desde el primer minuto. La inercia de los resultados del Barcelona, con siete victorias consecutivas, le ha aportado la seguridad y confianza necesarias para salir desde el inicio con la máxima clara de superar al Madrid. El Barça utilizó la alineación tipo de los últimos encuentros tras la llegada de los hermanos De Boer, demostrando que su presencia ha aportado cohesión y sincronización, sobre todo con el liderazgo defensivo que ejerce Frank de Boer. El Madrid, con su trayectoria irregular, no tuvo capacidad de reacción después del tempranero gol de Luis Enrique.- Precauciones de Hiddink. Con la alineación inicial, el técnico madridista dejó entrever un excesivo respeto al introducir a Sanchis (un defensa) en el medio campo. Lo hizo con la mejor intención de ayudar al Madrid en algunos aspectos tácticos. La alineación de Jarni indicó claramente la renuncia al ataque, al dejar fuera a Savio, un hombre capaz de desequilibrar por habilidad en el regate, y más aún teniendo en cuenta que esa banda la ocupó un hombre como Ronald de Boer, cuya especialidad no es precisamente el juego defensivo. El Real Madrid no supo resolver ni contrarrestar la virtud más importante del juego de ataque barcelonista, que es precisamente la capacidad de crear centros. Sus dos primeros goles fueron propiciados por centros de diversas facturas, y con la finalización de un hombre que llegó desde la segunda línea, Luis Enrique.

- Exagerada sanción de Iturralde. Con su exagerada y no justa decisión de expulsar a Roberto Carlos, el árbitro nos impidió ver un partido equilibrado, en el que el Barça había encarrilado con buen juego y convicción una victoria. A partir de la expulsión, el Real Madrid no pudo cambiar su actitud defensiva ya iniciada, sino todo lo contrario. Excesiva preocupación defensiva. El Real Madrid no está acostumbrado a dejar la iniciativa al rival, y en este partido lo hizo prácticamente desde el inicio, provocando un desgaste físico complementario al que los jugadores blancos no están habituados. Cuando recuperaban el balón, no estaban lo suficientemente frescos como para incorporarse al ataque.

- Mejora del Madrid en el segundo tiempo. Con la presencia de Savio y Guti, el Madrid generó un juego más de creación y de posesión del balón, dando oportunidades y cambiando su actitud defensiva con esporádicas llegadas individuales de sus jugadores más importantes: Raúl, Savio.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_