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EEUU, dispuesto a enviar 4.000 soldados a Kosovo

15.000 albaneses se concentran y claman a favor de la independencia en Rambouillet

Bill Clinton intervino ayer desde Washington en la conferencia de paz de Rambouillet. Anunció que EEUU está dispuesto a enviar 4.000 soldados a Kosovo siempre que las partes acuerden poner fin al conflicto. Los negociadores del castillo en las afueras de París recibieron, también ayer, una inesperada visita. Unas 20.000 personas, albaneses venidos de toda Europa, se concentraron para pedir la independencia de Kosovo. Mientras, en Urosevac, al sur de Kosovo, 13 personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad, por la explosión de un artefacto.

La diplomacia internacional concentra este fin de semana sus esfuerzos en torno al castillo de Rambouillet, donde serbios y albanokosovares negocian a duras penas el acuerdo para Kosovo que debe poner término a un conflicto que ha costado ya más de 2.000 muertos y pone en riesgo la estabilidad de la zona. La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, llegó ayer a la capital francesa con el propósito decidido de "remangarse" y meterse directamente en faena en Rambouillet antes de acudir hoy por la tarde a la reunión de París en la que el Grupo de Contacto evaluará el estado de las negociaciones. Según informó un funcionario del Departamento de Estado, Albright "no ha venido a negociar" sino que llega decidida a presionar a las partes para que lleguen a un acuerdo. Desde Washington, el rehabilitado Bill Clinton dio prueba de la determinación norteamericana con el anuncio de que Estados Unidos enviará cerca de 4.000 soldados a Kosovo en el caso de que serbios y albanokosovares lleguen a un acuerdo en la semana de negociaciones que les queda.

La reunión del Grupo de Contacto (Alemania, EEUU, Francia, Reino Unido, Italia y Rusia), que contará con la presencia del ministro ruso de Exteriores, Igor Ivanov, estará precedida por una comida de trabajo que congregará en la Embajada alemana a los 15 ministros de Exteriores comunitarios. Europa quiere subrayar el protagonismo que le corresponde por su papel en la organización de la conferencia de paz y su disposición a aportar el 85% de las fuerzas a desplegar en Kosovo. Además de a analizar la situación, los encuentros de este fin de semana van dirigidos a forzar la mano a ambas partes para que cierren a la mayor brevedad el capítulo político del acuerdo y abran la discusión sobre la no menos espinosa propuesta del "anexo militar" que establece los niveles de desarme bilateral y el despliegue de las fuerzas internacionales. Los tres mediadores internacionales que tratan de hilvanar los puntos de acuerdo entre los contendientes llevan días devanándose los sesos a la búsqueda de una fórmula aceptable por ambas partes que concite tanto el propósito serbio de sellar la pertenencia de Kosovo a la República Yugoslava como la aspiración independentista albanokosovar. Los primeros han rechazado hasta ahora la posibilidad de que el hipotético Gobierno y Parlamento autónomos kosovares puedan convocar "unilateralmente" un referéndum de autodeterminación tras los tres años de "autonomía provisional" establecidos en la propuesta del Grupo de Contacto. La atmósfera que envuelve las negociaciones va crispándose a medida que se cubre el calendario negociador, y la discusión tropieza en puntos claves, como el del referendo de autodeterminación, que amenazan por echar por tierra los avances ya obtenidos en la mayor parte del texto político.

Una multitud formada por unos 20.000 kosovares y albanos, procedentes mayoritariamente de los distintos países europeos, España incluida, que acogen actualmente a medio millón de albanos, ocupó ayer el municipio de Rambouillet en un alarde de fortaleza independentista. A juzgar por sus vítores, pancartas y banderas que portaban, algunas de ellas norteamericanas, los manifestantes, jóvenes varones en su mayoría, buscaban, preferentemente, mostrar su adhesión a los representantes del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) integrados en la delegación albano-kosovar. Los escasos vítores dedicados al teórico presidente kosovar Rugova, hombre que no comulga con las actividades violentas del ELK, fueron acallados con los gritos a favor del ELK y silbidos.

Los serbios, mientras, se han lanzado a una ofensiva verbal destinada a contrarrestar las acusaciones de bloquear las negociaciones vertidas contra ellos por la diplomacia internacional. Milan Milutinovic -el brazo derecho del presidente serbio, Milosevic, que no está contribuyendo precisamente a desbloquear la situación en Rambouillet- ha amenazado a la OTAN con provocar un "Vietnam europeo" en el supuesto de que las fuerzas internacionales lleguen a desplegarse en Kosovo. En este terreno, los serbios saben que, tácticamente, y en tanto no exista un acuerdo, pueden contar con el respaldo del Gobierno ruso.

"Si se utiliza la fuerza, esto será 20 veces peor a lo de Irak", manifestó ayer el primer ministro de Rusia, Yevgueni Primakov. "La crisis de Kosovo no podrá solucionarse sin la participación de Rusia. Norteamericanos y europeos", indicó, "lo saben perfectamente".

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